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El sacerdote andorrano Domingo Legua: “Necesitaba estar cerca de la gente e ir a República Dominicana me ha transformado” El sacerdote andorrano Domingo Legua: “Necesitaba estar cerca de la gente e ir a República Dominicana me ha transformado”
Hace 30 años que Legua abandonó España para ayudar a los más necesitados en el país americano. D.S.

El sacerdote andorrano Domingo Legua: “Necesitaba estar cerca de la gente e ir a República Dominicana me ha transformado”

Vuelve a su tierra en busca de financiación para acciones solidarias
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Hace ya 30 años desde que el párroco Domingo Legua decidiera abandonar España y marcharse  a República Dominicana. Andorrano de nacimiento, tras estar un tiempo de sacerdote en el barrio zaragozano de Casetas, Legua decidió partir a Santo Domingo, la capital del país Americano para ayudar a la gente, sentirse cerca del pueblo y trabajar para conseguir mejorar la calidad de vida de sus habitantes. 

“En Zaragoza vivía en un bloque de pisos, la gente me hablaba del tiempo o solo me daba los buenos días, conversaciones vacías, sin sentido, para quedar bien”, explica el párroco. “Yo necesitaba estar cerca de la gente, querer a la gente, e ir a República Dominicana, ver la realidad de las personas, la cercanía, me ha convertido, me siento contento y a gusto conmigo mismo”, añade.

Desde que emprendió este camino a República Dominicana, Legua ha estado realizando diferentes tareas en el país, como formación, rector de seminarios o párroco en barrios pobres periféricos de la ciudad. Desde hace 14 años es el vicario episcopal de Pastoral Social en Santo Domingo, una diócesis de más de 4 millones de habitantes. Además, durante todos estos años, Legua ha estado realizando diferentes proyectos de alimentación y reinserción social. “Pensé que lo mejor era crear instituciones para que dar respuesta y continuidad, que no sean acciones solitarias o periódicas”, indica.

En torno al año 2003, hizo un primer intento para crear el Banco de Alimentos, sin embargo, no fue hasta 2009, cuando el proyecto salió adelante y comenzaron a trabajar. A la par, Legua también creó desde la vicaria de Pastoral Social del arzobispado, la Fundación Ciento por Uno. Esta, se encarga de cubrir varias necesidades parentorias, de medicinas, enfermedades, vivienda o alimentación. “En esta fundación nos dedicamos a hacer casas para gente muy pobre, gente que no tiene ninguna posibilidad, ni siquiera una mínima colaboración”, detalla. El precio de construcción de cada vivienda, ronda los 3.000 dólares, y se construyen con bloques de hormigón hasta la altura de la ventana y madera hasta el tejado.

 

Fundaciones solidarias

En el ámbito de alimentación de la Fundación Ciento por Uno, solo el año pasado, se entregaron 5 millones de raciones de comida, que sumadas al millón trescientos mil que se dieron en el Banco de Alimentos, son casi 6 millones y medio de raciones de alimentos entregadas. Además, Legua también participó en la creación del Pastoral de la Calle, que entrega semanalmente alrededor de 200 cenas a mendigos, indigentes y drogadictos de la calle, acompañado de los jóvenes voluntarios cristianos del pastoral.

Tras estas, Legua creó otra fundación hace dos años, Proyecto Hombre, “porque el tema de la droga está a nivel mundial, y en estos momentos República Dominicana es un trampolín para Europa y Estados Unidos”, asegura. “En los últimos 20 o 25 años el consumo de droga en este país se ha incrementado en un mil por ciento y la iglesia nos teníamos que mojar a nivel de rehabilitación de drogodependientes”, continua. 

Esta fundación aborda el problema de la drogodependencia desde tres fases. En primer lugar, la acogida y desintoxicación, que ya funciona. La segunda fase sería la Comunidad terapéutica, que se puso en marcha hace cinco meses. Sin embargo, la tercera fase de reinserción sociolaboral, todavía está pendiente, y es por eso que Leguda busca ahora en Teruel, en conversaciones con CEOE-CEPYME, Cáritas Diocesanas y la DPT, financiación para su proyecto.

“Lo que pretendemos en la tercera fase es que la gente marginal encuentre trabajo, nosotros queremos hacer una cooperativa de trabajos múltiples para ganarse la vida, con talleres de fontanería, electricidad o pintura”, detalla. De esta manera, estaría completo Proyecto Hombre, para la reinserción de personas drogodependientes.

Por último, Leguda también ha desarrollado un proyecto para chicas adolescentes embarazadas, “muchachas de unos 12 o 14 años con hijos excluidas y marginadas”, dice. Para ellas, se ha creado un centro de acogida y de alimentación, que también les ofrece acogida, formación y ayuda psicológica, médica y pedagógica.

Mañana Leguda volverá a República Dominicana, donde seguirá trabajando por intentar cambiar un país, azotado por la pobreza.