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Fuentespalda abandera el cambio de mentalidad hacia la eficiencia energética Fuentespalda abandera el cambio de mentalidad hacia la eficiencia energética
Lacueva, Millán, Agud y Martí, durante la inauguración de la feria y el congreso de energía de Fuentespalda. M. N.

Fuentespalda abandera el cambio de mentalidad hacia la eficiencia energética

La Feria de la Energía da a conocer proyectos sostenibles medioambiental y económicamente
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Fue uno de los primeros municipios de la provincia de Teruel en ahorrar energía cambiando a luminarias Led y ahora tiene entre manos un proyecto para bombear agua de boca con paneles fotovoltaicos. Fuentespalda es una localidad involucrada con la sostenibilidad energética, medioambiental y económica y este fin de semana lo ha plasmado con la celebración la VIII Feria de la Energía en el Medio Rural y el V Congreso de Energía y Ahorro.

El programa ha estado salpicado de ponencias de empresas dedicadas a la biomasa y bioconstrucción, así como de técnicos que participan en programas de eficiencia energética en el Matarraña y a nivel provincial como Green Gain o PrioritEE. También ha habido talleres y exposición de productos y servicios, si bien esta faceta ha venido a menos en los últimos años para reforzar la parte de las charlas especializadas. 

El certamen ha aglutinado ideas para que administraciones y particulares sean cada vez más eficientes desde un punto de vista energético. “Es una necesidad y la gente se está concienciando más cada día”, explicó la alcaldesa, Carmen Agud. “En esta comarca tenemos todos los recursos naturales y los podemos aprovechar: tenemos un sol espléndido para energía fotovoltaica, agua para energía hidráulica, material forestal para biomasa, o paja y piedra para la bioconstrucción” enumeró la regidora. 

Agud recordó que Fuentespalda “fue uno de los primeros pueblos que cambió las bombillas a Led”, y el año que viene también ejecutará un proyecto novedoso como es el bombeo de agua de boca con paneles fotovoltaicos desde el pozo de abastecimiento al pueblo. 

“El ahorro será grande” porque “bombear el agua del pozo nos cuesta un dinero”,  indicó la alcaldesa. En concreto, 10.000 euros anuales que una vez se ponga en marcha el nuevo sistema bajarán a una décima parte. 

 “Hay tres instalaciones en la comarca del Matarraña del mismo estilo pero con potencia más reducida en Fórnoles (10 kilovatios), Valjunquera (38 kW) y La Fresneda (30 kW). Este es más ambicioso porque la potencia es de 80 kW”, explicó Andrea Lacueva, autora del proyecto junto a Ion Hernández. 

La inversión, financiada con fondos europeos, permitirá “pagar los mínimos de potencia de la bomba”, por lo que “el 90% del consumo” lo va a solventar el Ayuntamiento con las placas, concretó Lacueva.  

“Sería muy rentable que todos los municipios usaran esta tecnología, ya que el mayor consumo de agua precisamente se da en épocas de mayor exposición solar”, como la estival en la que los pueblos se llenan. Como las placas se instalan sin baterías, “el mantenimiento sería reducido”. 

Preguntada por si proyectos de elevación de aguas para regadíos podrían beneficiarse de esta tecnología, Lacueva asintió, pero “se tendría que complementar con otras tecnologías como minieólica o minihidráulica porque “la energía solar necesita mucho espacio y son bombeos de mucha potencia”. 

 

Proyecto provincial

El buen hacer de técnicos en eficiencia energética como Lacueva, que ha colaborado en el punto de Infoenergía del grupo Leader Bajo Aragón-Matarraña (Omezyma), se extrapolará a toda la provincia de Teruel gracias al programa PrioritEE.

El proyecto, con una duración de dos años y medio, cuenta con una financiación de 177.000 euros para implementar la directiva de eficiencia energética en los edificios públicos de ayuntamientos, comarcas y de la Diputación Provincial de Teruel (DPT), impulsora de la iniciativa. 

Junto a otras zonas de Italia, Portugal, Grecia y Croacia, y con la Universidad de Zaragoza y el Clúster Aragonés de Eficiencia Energética como socios, PrioritEE no ejecutará inversiones en los municipios, pero programará una estrategia a seguir a largo plazo para que las administraciones adapten sus instalaciones para reducir emisiones y, a la vez, ahorren energía y gastos. 

El año pasado la DPT financió auditorías energéticas en varios ayuntamientos, información que servirá como base para realizar un diagnóstico y propuestas concretas en pueblos donde todavía se tiene que intervenir. También se tomarán como ejemplo los municipios del Bajo Aragón y del Matarraña que, gracias a Infoenergía, han obtenido buenos resultados. 

“Las auditorías han permitido ahorros de más de 6 millones de euros en toda la provincia. Se han instalado muchas calderas de biomasa y mejorado muchas envolventes”, especificó Lacueva. “Todo ello financiado con ayudas europeas, del Gobierno de Aragón y el Fondo de Inversiones Municipales Sostenibles (FIMS) de la DPT” a los que se echará mano para implementar la estrategia resultante del programa PrioritEE. 

“Siempre tiene que ser el habitante de la provincia el que nos da lecciones a las instituciones sobre cómo hacer las cosas. Pues bien, vamos a ver si somos capaces en esta ocasión de demostrar al ciudadano que esto es una realidad y que se puede ahorrar en energía”, manifestó el presidente de la DPT, Ramón Millán, que asistió el sábado a la inauguración de la feria de Fuentespalda. 

Millán puso en valor la muestra, a la que “no he fallado ni un año”, y expuso a los vecinos los planes de ahorro energético y de agua que ha llevado a cabo la institución provincial en los últimos años. 

 

La biomasa no arranca

Preguntado por los periodistas por la oportunidad de riqueza y empleo, a menudo desaprovechada, que representa  la biomasa en núcleos rurales, el presidente manifestó que en ocasiones no es preciso instalar “macroempresas”, sino otras pequeñas que “saben hasta dónde pueden llegar y producen lo que venden”. 

Lamentó el fiasco de la planta de Bea, “prácticamente cerrada”, pero señaló que otras siguen funcionando en Mosqueruela y Torre de Arcas.

Millán dijo no conocer las causas exactas por las que no proliferan más plantas de biomasa. “No es porque no tengamos biomasa ni profesionales”, aseguró, pero “tal vez falta eficacia a la hora de comercializar” y, además, “está llegando producto de biomasa muy barato de otras zonas e incluso de otras naciones y eso hace daño a lo que podría ser un recurso autóctono que podría generar más empleo”, disertó.

El gerente de Omezyma y la propia Lacueva expusieron los resultados del proyecto Green Gain que ha estudiado el potencial calorífico de residuos ambientales de ríos, vales abandonadas y actuaciones forestales. El programa ha concluido que el aprovechamiento de esta materia prima es viable siempre que su explotación se limite a ámbito local.