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Gigantesco cambio de vestuario para Don Quijote y Dulcinea en Alcorisa Gigantesco cambio de vestuario para Don Quijote y Dulcinea en Alcorisa
Los gigantes danzando en la plaza de los Arcos

Gigantesco cambio de vestuario para Don Quijote y Dulcinea en Alcorisa

Las dos figuras de la comparsa estrenan una conjuntada vestimenta, obra de la modista Eva Sesé
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Los gigantes Don Quijote y Dulcinea de Alcorisa han renovado su vestuario. Como hicieran el año pasado con las figuras del Baturro y la Baturra, la Comparsa de Gigantes y Cabezudos ha modernizado los atuendos de estas dos emblemáticas figuras del Siglo de Oro español con las que los alcorisanos se recorren cada verano media provincia.

La magnífica obra textil es un trabajo de la modista alcorisana Eva Sesé, autora también de los trajes nuevos que lucen desde 2018 los gigantes baturros y que ha vuelto a superarse con las vestimentas de la novelesca pareja  que ideó Miguel de Cervantes en El Quijote.

La comparsa aprovechó este sábado uno de sus pocos sábados libres del verano para presentar los atavíos que llevarán a partir de ahora las dos figuras. Como explicó el presidente de la asociación, Daniel Martín, Don Quijote y Dulcinea viajan el próximo fin de semana a Los Olmos y “queríamos que antes los trajes se estrenaran en el pueblo”.

Los atuendos que portaban hasta ahora los dos personajes de ficción tenían 15 años y se habían deteriorado “de tanto vestirlos y desvestirlos”, comentó Martín. La Comparsa alcorisana se decidió por la renovación del vestuario y propuso de nuevo a Eva Sesé el reto, y ella se lo tomó “con una enorme ilusión, porque es para mi pueblo”.

La idea era “darle un toque innovador a los trajes, aunque respetando el periodo histórico en el que se enmarcan los dos gigantes”, relató el presidente de la agrupación gigantera, a la que a partir de la semana que viene esperan jornadas maratonianas de actuaciones por toda la provincia. Como explicó Martín, el sábado próximo actúan en Los Olmos, siguen al siguiente en Dos Torres de Mercader. En el puente del 15 agosto “vamos a Caminreal, a Alcorisa, y después a Montoro de Mezquita, a Ariño, a Alloza, y finalmente participamos en una concentración en Sangüesa (Navarra)”.

El cambio que ha dado la nueva vestimenta a Don Quijote y Dulcinea salta a la vista, no sólo por el estilo de los ropajes, sino por sus coloridas prendas que, además, van conjuntadas, porque la falda de ella es de la misma tela y el mismo color que la camisa del más popular caballero andante de la Historia de la novela española. 

Modernización

Las ropas que portaban las dos figuras hasta la renovación del vestuario se podría decir que “eran bastante clásicas”, con el tradicional corpiño y delantal -que se suprime- en ella. Ahora Dulcinea luce ya un traje más largo, con broche al cuello y una tela que le cuelga del moño. Las mangas del vestido son también más anchas. El Quijote luce una camisa atada con cordones en el pecho y que tiene unas mangas abombadas que fueron uno de los elementos que más llamaron la atención del público alcorisano durante la presentación en la plaza de los Arcos.

La camisa de Don Quijote ha  sido una de las prendas más complicadas de confeccionar, precisamente por el diseño de sus mangas, según declaró la diseñadora y modista Eva Sesé. “Las mangas llevan muchísimo trabajo, aunque la dificultad estriba en que es una figura rígida y hay que ir con mucho cuidado  de que no quede ninguna arruga”, comentó.

Cada personaje ha necesitado de “por lo menos 15 metros de tela en doble ancho” para la confección, ya que las figuras miden 3,5 metros de alto cada una.  Esta medida significa que cada metro de tela hay que multiplicarlo por metro y medio. De pasamanería (adornos) “llevan 75 metros más”, explicó la modista.

El martes, acabados

Los últimos retoques a Don Quijote y Dulcinea se realizaron el lunes y el martes las pruebas y el trabajo se dio por definitivamente acabado, para satisfacción de la Comparsa y de la propia diseñadora. Desde ambas partes manifestaron su satisfacción con el resultado final de varios meses de trabajo.

En cuanto al público, en la plaza de los Arcos todo eran felicitaciones para un trabajo que no sólo ha sido de diseño y costura -ha habido que medir varias veces, usando escaleras e incluso un toro mecánico para probarles los trajes a los dos gigantes-, sino también de documentación histórica. 

“He tenido la suerte de que los  chicos de la Comparsa me dan toda la libertad del mundo”, relataba Sesé, que ha pedido prestadas varias ediciones del Quijote que estuvieran ilustradas. “En algunos aparecía Dulcinea de plebeya, en otros de dama y finalmente he optado por una opción intermedia, ni lo uno ni lo otro”, añadió. Con todo, el cambio con respecto a la giganta Dulcinea de antaño es considerable. No en vano, la figura iba vestida de tabernera y ahora, “aunque tampoco va vestida de dama propiamente dicha, podemos decir que está en un punto intermedio en que no es una gran señora, pero tampoco viste como una plebeya”, resumió Sesé.

Eso sí, la autora se ha esmerado en buscar tipos de telas poco pesadas, “porque al peso de los trajes se suma al de la estructura que llevan los portantes, así que había que aligerarlo”. Finalmente, optó por el crep y el encaje con hilo planteado.