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Grupo Pamesa restaura con éxito la primera fase agotada de la mina de arcillas de Seno Grupo Pamesa restaura con éxito la primera fase agotada de la mina de arcillas de Seno
Primera fase de la mina Valdecastillo (Seno) en explotación (año 2022). Fotos: Grupo Pamesa

Grupo Pamesa restaura con éxito la primera fase agotada de la mina de arcillas de Seno

La compañía de porcelánico castellonense obtiene el 40% de sus materias primas de seis minas de Teruel
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Grupo Pamesa obtiene de la provincia de Teruel el 40 por ciento de las arcillas con las que se abastece para fabricar sus reputados productos de gres y porcelánico. El primer productor a nivel europeo del sector apuesta por una minería de excelencia y sostenible, que maximiza beneficios económicos y crea empleo, al tiempo que minimiza los impactos ambientales. En este sentido, la restauración de la mina Valdecastillo, que ha agotado la primera de sus tres fases productivas en Seno, ha sido un ejemplo de restitución, donde ya se notan los efectos de las siembras para uso agrícola.

Desde que en 2018 aterrizara en la provincia con su departamento de minería hasta la actualidad, la compañía castellonense ha abierto seis minas, la mayoría de arcillas blancas –destinadas a porcelánico–. Ya genera un centenar de empleos directos en Teruel y otros 150 puestos de trabajo indirectos sólo en el transporte de las arcillas cerámicas.

Grupo Pamesa es hoy una empresa consolidada en el autoabastecimiento de insumos para consumo propio. Además de las explotaciones que mantiene abiertas, la compañía está a la espera en estos momentos de que el Gobierno de Aragón conceda nuevas autorizaciones en suelo turolense, y tiene otros proyectos en fase de estudio y desarrollo. Así lo marca su estrategia de obtener arcillas de proximidad, que se han convertido en imprescindibles para reducir progresivamente la dependencia de materia prima extranjera, principalmente de Ucrania, su gran abastecedor histórico, en un contexto de guerra en el país del este de Europa.

De Galve a Estercuel

La compañía inició su andadura minera en la provincia en Galve. Allí situó su primera explotación, Galve I, II, III y Demasías, para la extracción de arcillas rojas y arenas feldespáticas que surten a las fábricas de gres del grupo empresarial cerámico en la vecina provincia de Castellón.

Seis años después, ha cuadruplicado sus provisiones de material autóctono.

En octubre de 2020, Grupo Pamesa estrenó Valdecastillo, en Seno, su primera mina de arcilla blanca en Teruel cuya primera fase –de las tres que tiene autorizadas– se encuentra en situación de agotamiento.

Valdecastillo, con estériles y tierra vegetal añadidos (2024)

Con la compra del grupo Azuliber en 2021, Grupo Pamesa adquirió la concesión minera Pilón, también de arcilla blanca y ubicada en esta ocasión en Mas de las Matas.

En enero de 2022 la compañía abrió Mina Elena, dentro de la concesión Indiferente en Estercuel. Es la más grande. La concesión otorgada por el Gobierno de Aragón, al que el presidente del grupo cerámico, Fernando Roig, ha agradecido la diligencia públicamente en más de una ocasión, es para los 23 años de vida útil de la explotación.

Se trata de otra mina de arcilla blanca con una superficie a explotar de más de 80 hectáreas, capaz de extraer hasta 600.000 toneladas anuales.

Finalmente, durante agosto de 2024 se iniciaron las labores preparatorias para reiniciar los trabajos en las concesiones mineras Graderas II (Seno) y Val Royo (Jaganta), ya en explotación.

Restauración

La restauración minera supone un reto para el grupo empresarial. La responsable de Minas de Grupo Pamesa, Susana Tejada. pide un voto de confianza al territorio. En diciembre de 2023, la compañía inició los trabajos en la primera fase de Valdecastillo, ya agotada, que darán como resultado terrenos aptos para uso agrícola tras la devolución a sus propietarios. Dos años más tarde, “se pueden ver los efectos de las siembras realizadas en años anteriores y los avances en la restauración” subrayó Tejada, que explicó que el proyecto de restitución se basa en la “minería de transferencia”.

Los trabajos han incluido el movimiento de más de un millón de metros cúbicos de material estéril para el relleno del hueco minero generado, la formación de taludes y la conformación de la superficie final restaurada tras el extendido de 180.000 metros cúbicos de tierra vegetal en una superficie de 5,5 hectáreas.

Valdecastillo, con la vegetación aflorada y ya dispuesta para reanudar el cultivo (2025)

A finales de noviembre de 2024 se procedió a la revegetación y siembra con más de mil kilos de semillas de plantación, un hito palpable desde el pasado verano. En concreto, se sembró un 10% de Festuca arundinacea, Vicia sativa, Medicago sativa y Melilotus officinalis; y un 15% de Onobrychis viciifolia, Lolium rigidum, Poa trivialis y Agropyrum elongatum.

Una actividad responsable

Ya son aptos para uso agrícola tras la devolución de los terrenos a sus propietarios originales. Así lo asegura Tejada, que insiste en que la actividad de la minería es hoy responsable con el medio ambiente y se somete a los dictados del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga).

La empresa hace seguimiento de la calidad atmosférica, niveles sonoros, hidrografía, controles paleontológicos y arqueológicos, suelos y tierra vegetal, controles de procesos erosivos, flora y vegetación, fauna o patrimonio cultural. “La DIA nos obliga a hacer un seguimiento mensual de los compromisos ambientales y para ello tenemos a una empresa de Teruel contratada que supervisa estos programas de vigilancia medioambientales que demuestran que estamos cumpliendo”, apostilla la responsable de minería, a quien avala un premio de restauración a nivel europeo por su labor en Riodeva.

Comunidad local

Desde el inicio de las actividades mineras en Teruel, Grupo Pamesa se ha enfocado en establecer contacto con los representantes municipales con la prioridad de crear empleo entre la población local. El objetivo es asentar población y generar puestos de trabajo seguros y permanentes para que, una vez clausurada la emblemática minería del carbón, las empresas auxiliares de la zona puedan continuar trabajando en las explotaciones de arcillas, absorbiendo o creando nuevos empleos.

Al centenar de puestos de trabajo directos que ofrece el Grupo en el territorio se unen los transportistas, alrededor de 150 chóferes de los cuales el 35% son de la provincia de Teruel.

Las empresas de maquinaria, lubricantes, fungibles, hostelería y restauración engrosan el empleo inducido.

En los últimos años, los empleos “han aumentado sensiblemente, y seguirán aumentando, ya que la ampliación del equipo productivo es necesaria a día de hoy”, dijo Tejada, en referencia a jefes de producción, químicos, técnicos de laboratorio, maquinistas de retroexcavadora, palas cargadoras o mecánicos, entre otros. La empresa es formadora de perfiles específicos, debido a la escasez de mano de obra.

De modo que la actividad genera riqueza en forma de salarios y contratación de servicios, pero también en alquileres o compra-ventas de los terrenos donde se ubican las minas, la mayoría en suelo público, por lo que los ayuntamientos reciben ingresos que ayudan a conservar los servicios que prestan.

Por otra parte, la empresa cuenta con convenios activos con los consistorios, mediante los que se desarrollan actividades culturales, deportivas o medioambientales destinadas a la comunidad. Estos acuerdos contemplan, además, el abono de cánones fijos previamente estipulados y regulados en cada convenio municipal.

Desarrollo e investigación

El desarrollo y la investigación son premisas irrenunciables para Grupo Pamesa, en aras de garantizar la viabilidad de su abastecimiento futuro. El departamento de minería está plenamente consolidado y cuenta con un amplio equipo formado y especializado en minería, geología, medio ambiente y químicos que forman parte de la plantilla de cien personas en Teruel.

El laboratorio de arcillas es un proyecto iniciado desde la implantación de Grupo Pamesa en Galve y cuenta con la tecnología más avanzada para el análisis físico-químico de las arcillas cerámicas. Los cuatro profesionales ocupados residen en esta población de la Comarca Comunidad de Teruel, Analizan diariamente las arcillas para su control de calidad y poder así abastecer, desde localidades próximas, a la gran industria cerámica levantina.

Según explica Tejada, “explotamos las capas de arcillas pertenecientes a la formación geológica Arenas de Utrillas”, que actualmente son la fuente que alimenta las fábricas.

Se sitúan junto a la formación Escucha, históricamente explotada para la extracción de carbón y que, a día de hoy, su recurso se destina a la fabricación de fertilizantes orgánicos como una muestra más de las actividades mineras de la provincia de Teruel.

En cuanto a las propiedades físicas y químicas, la arcilla turolense tiene una calidad media-alta dependiendo de los niveles de explotación donde se encuentre. Asimismo, “cada mina aporta una calidad diferente, con lo que llevamos a cabo una labor de análisis, clasificación, mezcla y molturación entre las diferentes explotaciones para cumplir con las exigencias y los parámetros de la calidad que actualmente exige la industria azulejera del Grupo Pamesa ”, concluye la responsable de minería.

Solución al transporte

Conocedor de las reclamaciones de los ayuntamientos ante la proliferación del tránsito de camiones de arcillas que circulan por las travesías de municipios del Bajo Aragón y por carreteras secundarias de la provincia de Teruel, Grupo Pamesa tiende la mano para encontrar un equilibrio entre las necesidades de la empresa y la responsabilidad que tiene la Administración pública para adecuar las infraestructuras a los nuevos requerimientos del tráfico de mercancías. Además, la compañía ha dado instrucciones precisas a sus chóferes para velar por la seguridad y compatibilizar la actividad industrial con la seguridad vial y ciudadana.

Grupo Pamesa, junto a otras empresas del sector, han mantenido reuniones con los ayuntamientos afectados, por lo que es conocedor de primera mano de sus quejas e inquietudes.

“Entendemos la problemática social generada sobre todo en materia de seguridad ciudadana y que los municipios afectados conforman un territorio eminentemente rural, caracterizado por carreteras secundarias y conformado por núcleos pequeños de población”, indica la compañía en un comunicado.

Alineada con la transición

“Estas infraestructuras, diseñadas para un tráfico moderado, no están preparadas para soportar de forma continuada el paso de una densidad de vehículos, como actualmente ocurre, pero es importante destacar que la actividad económica depende en gran medida del transporte por carretera”, añade.

Por ello, “debe existir un equilibrio entre las necesidades de la empresa y la responsabilidad de la Administración pública para impulsar infraestructuras que permitan el desarrollo económico de nuestra actividad minera considerando que Grupo Industrial Pamesa desempeña un papel dinámico en la comarca”, propone la compañía.

“Su impacto se extiende más allá de la extracción: genera empleo estable, moviliza inversiones, apoya a proveedores locales y forma parte de la estrategia de reindustrialización y transición social de la comarca, alineándose con la visión desarrollada por nuevos proyectos mineros, industriales e infraestructuras”, argumenta.

“Estaremos ahí, dentro de nuestras posibilidades, para intentar encontrar ese equilibrio que nos beneficie a todos”, se ofrece Grupo Pamesa, quien urge una solución temprana en el objetivo común que supone “la adaptación o construcción de nuevas infraestructuras, vías seguras, bien dimensionadas y señalizadas para el movimiento de mercancías”

Acciones concretas

Grupo Pamesa ha implementado acciones complementarias para minimizar los riesgos que puede ocasionar el tráfico de camiones. Estas pasan por la formación y concienciación de los conductores, con charlas periódicas de seguridad vial y conducción eficiente; gestión de rutas, con uso de sistemas de GPS y software de planificación de viaje y control de velocidad, implantado desde 2024; optimización de horarios de carga más amplios, para evitar el efecto convoy; un canal de comunicación abierto para que conductores y ciudadanía reporten riesgos o condiciones peligrosas; aparcamiento para camiones en municipios donde el tránsito es más denso, para evitar estacionamientos descontrolados dentro del casco urbano; coordinación con municipios y autoridades de tráfico sobre rutas recomendadas y restricciones de paso por festivos; y personal de control propio en determinadas localidades para velar por el cumplimiento de la normativa en seguridad vial.