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Josep Peret, consejero delegado de Refinasol Battmat: “El proyecto asegura suministro de cobalto a Europa; hoy el 80% está en manos de China” Josep Peret, consejero delegado de Refinasol Battmat: “El proyecto asegura suministro de cobalto a Europa; hoy el 80% está en manos de China”
Josep Peret, en una imagen de su archivo personal

Josep Peret, consejero delegado de Refinasol Battmat: “El proyecto asegura suministro de cobalto a Europa; hoy el 80% está en manos de China”

La refinería pide agilidad administrativa para poder producir a mediados de 2026 en Andorra
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La segunda tanda de ayudas del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (Perte VEC) ha adjudicado 15,7 millones de euros a Refinasol Battmat SL, una industria que pretende refinar cobalto en Andorra para la fabricación de las baterías de los vehículos eléctricos. El consejero delegado de la compañía, Josep Peret, confía en reunir la financiación necesaria para una primera fase de 150 millones de euros de inversión que generaría 48 empleos en el polígono PEAN. Pide agilidad a la Administración para que declare de Interés Autonómico un proyecto que considera estratégico para la fabricación del vehículo eléctrico en Europa.

-¿Estaban esperando esta ayuda del Perte VEC para iniciar en firme su implantación en Andorra?

-Hace mucho tiempo que llevamos trabajando en la financiación de los 150 millones que necesitamos para la primera fase de implantación. Entrar en la segunda fase del Perte VEC es importante y un paso más, pero todavía nos faltan fondos.

-Aterrizan en una zona en proceso de descarbonización. Es lógico que concurran también a las ayudas de Transición Justa.

-Obviamente, es difícil tirar adelante estos proyectos que requieren una financiación tan importante y sondearemos todas las posibilidades.

-¿Qué grupos inversores están detrás de la empresa Refinasol Battmat?

-Contamos con Solve Energy como inversores españoles, además de los ingleses Refinasol Holdings. Estamos muy avanzados en las negociaciones con otros inversores que van a entrar.

-Refinarán cobalto, un material imprescindible hoy en día para fabricar las baterías de los coches eléctricos. La demanda parece garantizada.

-Es un proyecto estratégico. Nuestro país es el segundo fabricante de automóviles de Europa y el noveno del mundo. El sector está sufriendo una transformación muy importante, hasta el punto de que dentro de varios años los coches de combustión no sé si desaparecerán, pero van a bajar mucho. Plantas de producción de baterías tenemos unas cuantas en Europa, pero de transformación de materia prima y concretamente cobalto hay muy pocas –Finlandia, Noruega y Bélgica–, ninguna en España. Este tipo de industria es estratégica, ahora mismo el 80% del cobalto está en manos de China y nuestro proyecto es una manera de asegurar suministro.

-¿Qué parte de la cadena de fabricación de las baterías se hará en su fábrica?

-Nosotros transformaremos hidróxido de cobalto en sulfato de cobalto para los cátodos de las celdas, o pilas de las baterías. Éstas están compuestas por el ánodo (electrodo positivo), el cátodo (electrodo negativo) y un material conductor (electrolito). El cátodo, el material más dificultoso por así decirlo, está formado por cobalto, manganeso y níquel. Hay muchos tipos de baterías y el cobalto es caro, pero a día de hoy es el que aporta baterías con capacidad de kilovatios, que son rápidas a la hora de cargar y aseguran que no se incendiarán y no pesarán demasiado. Hay que pagar un precio adicional por estas ventajas.

-¿Cuáles serán sus potenciales clientes?

-Nosotros refinaremos cobalto que se venderá a las empresas que hacen baterías. Es una commodity que no es local, el mercado que nos fijamos es europeo y también Estados Unidos. El cliente final es el que va a hacer la celda y puede ser cualquiera de las fábricas de baterías que hay instaladas o que se van a instalar en los próximos años.

-Ha hablado de una primera fase y 150 millones de euros. ¿Esto quiere decir que habrá más fases?

-Lo que tenemos hoy en día en proyecto son estos 150 millones. Lo demás, cuando toque, serían fase 2 y 3. Pero en este momento estamos centrados en el refinado de cobalto y el reciclado de baterías de vehículos obsoletas. Tenemos que esperar unos años para lo segundo porque los coches tienen una vida útil y, cuando ésta termina, las baterías ya no sirven para coches, pero pueden servir para otros sectores como por ejemplo almacenar energía en las viviendas. Solamente cuando ya no sirven para nada es cuando se reciclan los materiales, por lo que vamos a tener que esperar a que se hagan viejas.

-¿Qué empleo generarán en esta primera fase?

-48 empleos es lo previsto.

-¿Y qué plazos se marcan para su desembarco?

-Depende un poco de la administración y lo rápidos que seamos haciendo el expediente. Tenemos el objetivo de producir a mediados de 2026, pero dependerá de si hemos obtenido los permisos. Hace tiempo que solicitamos la Declaración de Interés Autonómico pero aún no la tenemos, y después hay que solicitar el PIGA (Proyecto de Interés General de Aragón) para tener la documentación necesaria para ponernos en marcha. No es fácil y requiere mucho tiempo, mientras el mercado de baterías evoluciona. Hay mucha tecnología de por medio y, cuanto antes empecemos, mucho mejor porque las baterías de aquí a 15 años no se parecerán demasiado.

-Tiene mala prensa el cobalto, un metal que está asociado a la explotación laboral e incluso infantil. ¿Pueden garantizar que la materia prima que llegue a Andorra lo haga en condiciones dignas?

-El 70% del cobalto en el mundo se encuentra en la República Democrática del Congo, y después hay en Filipinas, Rusia, Marruecos o Cuba. Hay distintos lugares donde hay cierta producción de cobalto y se va a ir encontrando más. Los clientes de nuestros clientes no se pueden permitir el lujo de que les puedan acusar de que algunos de sus componentes están producidos en condiciones infrahumanas, o por niños, por lo que tenemos que llevar un control muy exhaustivo en la compra de la materia prima. Nos obligamos a ir a fuentes que nos aseguren esto. Si tenemos claro esto, de ninguna manera podemos comprar ningún material que no esté perfectamente trazado. Esto se consigue exigiendo certificaciones y yendo a empresas que tengan relevancia.

-¿Qué volumen de cobalto necesitan?

-Necesitamos cincuenta toneladas diarias.

-¿Cuándo contactaron con el Ayuntamiento de Andorra?

-Empezamos a contactar con el alcalde que inició la anterior legislatura, que luego cambió. Llevamos mucho tiempo trabajando esto. Tras barajar distintas opciones nos decantamos por unas parcelas, 48 hectáreas en el polígono PEAN, que hoy son rústicas. Hemos contactado con buena parte de los propietarios y tenemos unos preacuerdos de compra. Intentamos dar unas condiciones que estén por encima del mercado.

-¿Por qué decidieron instalarse en Andorra?

-Es una zona con gran extensión de terreno y una historia minera. Estuvimos mirando en Huelva, en una antigua mina de cobre, pero nos decantamos por Andorra porque es una situación que no está tan lejos –la oficina de Refinasol Battmat está hoy en Sant Cugat, Barcelona– como el sur. Tiene suministro de agua por la central térmica, una red de energía importante que en los próximos años irá a más y una cosa importante para nosotros: está ubicada en una zona de minas, una actividad que no es algo nuevo para la familia. Aparte, tiene cerca los puertos de Barcelona y Valencia y se está intentando aprovechar el ramal ferroviario.