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La Confederación Hidrográfica del Ebro plantea reconvertir en regadío los leñosos y crear en el Bajo Aragón 3.000 empleos La Confederación Hidrográfica del Ebro plantea reconvertir en regadío los leñosos y crear en el Bajo Aragón 3.000 empleos
Contar con regadío para el olivar supondrá asegurar las cosechas y mantener una producción que incidirá en el impulso de la industria agroalimentaria

La Confederación Hidrográfica del Ebro plantea reconvertir en regadío los leñosos y crear en el Bajo Aragón 3.000 empleos

El proyecto se engloba en el almacenamiento a gran escala de energía en la cuenca del Ebro y propone la construcción de una balsa junto a la térmica
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Cruz Aguilar

La propuesta de almacenamiento a gran escala de energía en la cuenca del Ebro tiene una parte social que marcará, de materializarse, un antes y un después en el Bajo Aragón histórico puesto que plantea la conversión en regadío de un total de 22.866 hectáreas y la generación de más de 3.400 empleos. Este proyecto, elaborado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) e incluido en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro (PHE), se acometerá tras poner en marcha la central de bombeo para el almacenamiento y generación de energía.  

La iniciativa se enmarca en la propuesta para el almacenamiento a gran escala de energía en la cuenca del Ebro y el binomio agua-energía se alza como solución a la transición energética con renovables. El agua se tomará del embalse de Mequinenza en la zona de Chiprana, en Zaragoza y se elevará hasta la provincia de Teruel. 

Para esta primera parte del proyecto sí hay una empresa privada, Global Energy Sistems, que está interesada en su realización. El salto reversible abarata los costes energéticos de la elevación y hace posible el uso para regadío. Se estima que el coste de la elevación con energía procedente de la central de bombeo es un 80% inferior a la energía obtenida por elevación tradicional.

La consecución de estos regadíos tecnificados supondrá una de las apuestas de desarrollo territorial más importante que ha tenido la provincia de Teruel en su historia reciente. Así, se calcula que, al menos, se generarán 2.098 empleos directos, lo que equivale a un puesto de trabajo por cada 14 hectáreas de regadío. Esta inyección laboral servirá para paliar en parte la pérdida de empleos tras el cierre de la central térmica. 

A esos 2.098 empleos hay que añadir los generados por la industria alimentaria, que calculan en 944, y los 400 derivados de la construcción tanto de las obras de la central de bombeo como de la transformación en regadío de las 30.000 hectáreas. En total suman 3.442 puestos de trabajo, según se desprende del estudio.

Desde la Confederación Hidrográfica del Ebro señalan que se trata de una “cifra conservadora” puesto que en la zona de Caspe-Chiprana-Maella y Mequinena el incremento de 8.000 hectáreas de regadíos ha supuesto una afiliación a la seguridad social agraria que supera los 3.000 puestos de trabajo (aunque hay una alta tasa de eventualidad).

El proyecto de almacenamiento a gran escala de energía plantedo en el marco del Plan Hidrológico para la cuenca del Ebro incluye la construcción de una central de bombeo con una potencia del salto de 318 megavatios que supondría una inversión de 343 millones de euros y que, previsiblemente, se ejecutará a corto plazo con inversión privada. 

La segunda parte de la iniciativa se centra en el aprovechamiento agroalimentario del agua y la construcción de las infraestructuras necesarias supone un coste de 109 millones de euros para los que, de momento, no hay financiación.

La combinación de ambos usos hídricos está justificada puesto que el agua detraída para el uso agroalimentario solo representa el 7% del total utilizado y es, por tanto, asumible.  

Los costes de inversión varían en función del uso del agua Así, el precio medio por metro cúbico de regadío es de 0,008 euros por metro cúbico, mientras que el coste medio es de 0,017 euros por kilovatio hora generado. 

El proyecto de la CHE precisa que las horas de bombeo necesarias para satisfacer las necesidades del regadío son de 113 horas al año en la situación actual y 285 en un futuro. 

Según los cálculos realizados, el coste del metro cúbico de agua para regadío es de 0,05 euros , una cifra que resulta asumible puesto que, aunque es superior al coste medio en los regadíos Del Valle del Ebro (de 2 céntimos por metro cúbico), es similar al coste del agua utilizada en la aspersión y goteo en los regadíos modernizados de esta misma zona, dicen desde la CHE.

Por partes

Analizándolo con detalle, la propuesta de riego de la Confederación Hidrográfica del Ebro plantea incluir 13.142 hectáreas del Canal Calanda Alcañiz, lo que supondrá un incremento en la producción final agraria de 29,44 millones de euros al año. A ellos se suma la irrigación de 3.139 hectáreas en la cuenca del Mezquín, lo que se traducirá en un incremento productivo de 13,75 millones al año. Esas hectáreas se completan con las 14.094 hectáreas de riego de baja dotación del Bajo Aragón turolense, en las que el incremento previsto es de 61,73 millones. En total, la producción final aumentará, según los cálculos realizados, en 104,92 millones de euros al año.

La balsa que abastecerá a las fincas agrícolas , situada en las inmediaciones de la central térmica de Andorra, en la cuenca del barranco del río Regallo, justo aguas arriba de la confluencia de este con el canal Calanda-Alcañiz, tiene una capacidad de 143 hectómetros cúbicos y ocupa una superficie de 700 hectáreas. En el proyecto elaborado se plantea ampliar la capacidad hasta 353 hectómetros cúbicos con el fin de solucionar de forma definitiva al déficit estructural de agua de la margen derecha del Ebro. 

En el estudio elaborado en el marco del Plan Hidrológico del Ebro recalcan que los regadíos de apoyo al olivo y al almendro ya existen en muchas zonas irrigadas por el Ebro en Cataluña, donde se han alcanzado rentabilidades muy positivas. 

En el proyecto planteado desde la CHE proponen que la inversión la asuma el Estado y la repercuta vía canon a los usuarios, tanto del salto reversible como a los regantes. Destacan la importancia social de un proyecto que paliará, de ejecutarse, parte de la pérdida de empleo originada por la reconversión del carbón. Podría ser una iniciativa susceptible de ser declarado de Interés General del Estado porque supone un almacenaje de energía junto al nudo Aragón, clave en la Red Eléctrica Española y satisface el déficit estructural de la margen derecha del Ebro. 

El déficit de agua medio anual de los regadíos del Guadalope es de 45 hectómetros cúbicos y cada 4 o 5 años se producen acusados episodios de sequía, lo que repercute de forma negativa en la producción, principalmente de olivas (aceite) y almendras. Se calcula que el riego tecnificado multiplicará por diez la producción, pasando de los 600 a los 6.000 kilos por hectárea.

Una de las ventajas que tiene la ejecución de este proyecto es que no hay figuras de protección en la zona que puedan hacerlo inviable. La única infraestructura afectada es al camino que une la carretera TE-V-1335 con la localidad de Calanda, para lo que se propone un desvío del mismo por fuera de la zona inundada. En el caso de ampliar el embalse afectaría a la carretera TE-V-1335 de acceso a Andorra y sería necesario realizar un desvío. También podría repercutir en las líneas de alta tensión Central Teruel-Nudo Aragón y la del Nudo Aragón con Morella y Castellón, por lo que habría que optimizar la cota máxima de embalse para evitar afecciones o plantear desvíos, según se desprende del proyecto. 

La Cámara de Comercio ya propuso un proyecto similar

La Cámara de Comercio de Teruel elaboró en el año 2003 un proyecto de transformación en regadío para los cultivos leñosos en el Bajo Aragón. Su planteamiento también era captar el agua en el embalse de Mequinenza y distribuirla por un total de 27 municipios del Bajo Aragón Histórico. En total, se irrigaban más de 60.000 hectáreas  y suponía la transformación de secano a regadío de 35.000 hectáreas, principalmente leñosos. 

Según el proyecto planteado por la delegación de la Cámara en Alcañiz, una vez instalados los riegos por microirrigación, el incremento de la producción sería hasta los 8.000 kilos por hectárea en el caso de la aceituna y de 4.000 para la almendra. Pero además, supondría “uniformizar cosechas”, lo que se traduciría en una importante industria agroalimentaria capaz de abastecer al mercado. 

No solo redundaría en una mejor productividad, sino también en la calidad de vida del agricultor que, con los riegos tecnificados, podría programarlos.

En su planteamiento, la Cámara de Comercio aludía a la despoblación y señalaba que este proyecto era una “apuesta” clara “por la vida en los pueblos”.