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La ermita de Aguaviva acoge un centro de investigación en materiales vegetales La ermita de Aguaviva acoge un centro de investigación en materiales vegetales
El inusual centro de investigación está ubicado en la planta superior de la ermita de Santa Bárbara. Zoocánica

La ermita de Aguaviva acoge un centro de investigación en materiales vegetales

Zoocánica trabaja para obtener nuevas estructuras basadas en micelios de hongos y lignina de madera
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Tres jóvenes ingenieros con raíces en Aguaviva han vuelto al pueblo para abrir un centro de investigación que no tiene parangón en todo el territorio. Instalado en la segunda planta de la ermita de Santa Bárbara, se centra en el desarrollo de nuevos materiales basados en tejidos vegetales que a medio plazo permitan crear toda una industria I+D+i a orillas del Bergantes.

Desde octubre, dos cooperativas convergentes en el proyecto Zoocánica trabajan en la localidad bajoaragonesa para obtener estructuras funcionales y duraderas basadas en fibras vegetales, incluyendo polímeros derivados de la lignina y micelios de hongos. La finalidad es que los nuevos materiales puedan integrarse dentro de sistemas de uso intensivo, como cuadros y herrajes de bicicleta, palas de hélices o aplicaciones arquitectónicas.

El teléfono del ingeniero industrial Sergio Mesa no para estos días. Hasta el 8 de enero está activa una oferta de empleo para contratar a dos investigadores de biomateriales y dos diseñadores o desarrolladores de producto. Los primeros resultados que arroja el laboratorio son satisfactorios y están “acelerando el proceso”, por lo que a él, a Manuel Vidal y a Magda Carceller se sumarán otras cuatro personas, dos a jornada completa y dos a media jornada.

La primera línea de investigación es con micelios –raíces– de hongos. “Hacemos crecer el micelio dentro de un molde en condiciones controladas de humedad y temperatura, dándole de comer restos agrícolas”, explica Mesa. Cuando el material llega al borde del molde “lo matamos”, calentándolo a 60 grados”, y de esta forma se obtiene un producto que se puede utilizar en la construcción. “Si consiguiéramos un material que trabajara bien bajo presión y fuera un buen aislante térmico y acústico podría sustituir elementos constructivos actuales como el ladrillo”, destacó.

El segundo material que desarrolla este peculiar laboratorio es la madera densificada. “Extraemos mediante un proceso químico la lignina, que es como el pegamento de la madera, y la comprimimos”. Con ello se consigue un producto “mucho más denso y que, según bibliografía y estudios, llega a tener mejores propiedades mecánicas que el acero”, aseguró.

Si tras el esfuerzo que Zoocánica está haciendo por contratar nuevos investigadores “los resultados son buenos, el siguiente paso sería poder industrializar el material y hacerlo aquí, en Aguaviva, donde tenemos tres naves vacías”, adelantó. Ello se traducirá en más empleo. “En paralelo, si seguimos atrayendo gente para trabajar podemos desarrollar un ecobarrio que además ayude a combatir el problema que tienen los pueblos con el acceso a la vivienda”, dijo Mesa. 

No obstante, manda la prudencia porque en investigación los proyectos se revisan a un año vista. “Empezamos a principios de verano, cuando se comenzó a consolidar la idea, y aquí empezamos a trabajar hace dos meses”, explicó Mesa, que junto a su pareja ha decidido dejar atrás su vida en Barcelona. 

Sinergias con ambición

El proyecto es fruto de la sinergia entre las cooperativas Biocore, dedicada al área de I+D+i “en compromiso con el beneficio comunitario del conocimiento”, y Silvestrina, una entidad que centra su actividad en cuatro entornos: territorio, arquitectura, ciencia y urbanismo.

Ambas desarrollan el proyecto Mading, que investiga el uso y la aplicación de nuevos materiales basados en tejidos vegetales, así como su posterior desarrollo como industria renovable y sostenible. En la actualidad, defiende la web de Biocore, “la madera es sustituto de elementos arquitectónicos con un acabado más amable y con frecuencia con mejores prestaciones, tal como ha sido demostrado por las tradiciones de construcción nórdicas y asiáticas durante siglos”.

Además, las dos cooperativas comparten el proyecto Territorio, que plantea “soluciones locales para la reordenación territorial a través de la implantación de nuevos modelos de industria basada en el conocimiento como eje de reactivación económica, incorporando planes de movilidad, urbanismo y desarrollo que persiguen el cuidado social y ecológico”.

"Ilusión en la localidad"

“Estamos en una ermita porque queremos darle visibilidad al proyecto. Somos un centro abierto al público y queremos firmar convenios con la Universidad de Zaragoza o con centros tecnológicos”, incluso “nos gustaría que pudiera entrar el Gobierno de Aragón” en una suerte de consorcio, dijo Mesa.

El proyecto ha generado ilusión en el municipio, que desde el inicio de la pandemia ha visto cómo se empadronaban más de 20 personas gracias al teletrabajo. “Si las líneas de investigación salen bien, cabe la posibilidad de que se puedan convertir en productos que se fabriquen aquí”, con lo cual la localidad “puede desarrollarse muchísimo más”, dijo el alcalde, Aitor Clemente.

El proyecto está impulsado por la iniciativa privada, “pero tiene espíritu de apertura y de implicar a lo público en todo lo posible”, destacó el regidor. “La investigación es la punta de lanza, pero la iniciativa tiene una ambición amplia de ordenación territorial”, añadió

El Ayuntamiento de Aguaviva ha arrendado la ermita a Zoocánica y colabora con ellos porque tiene “mucha ilusión”, reconoció Clemente, quien explicó que los impulsores del proyecto “han vuelto al pueblo, uno de ellos con su familia”. Además, se trata de “empleos cualificados”, valoró. 

Clemente explicó que el laboratorio tiene “toda la planta de arriba” de la ermita de Santa Bárbara para su uso exclusivo, mientras que “la parte de abajo seguirá albergando actividades culturales”, como viene haciendo desde que fuera restaurada hace unos años conjugando modernidad y tradición. En la obra se respetaron los elementos arquitectónicos que quedaban en pie de este templo del siglo XVII pero la parte que faltaba se reconstruyó, dando un contraste y un toque de originalidad con llamativos colores. 

Zoocánica ha instalado los equipamientos necesarios para llevar a cabo su investigación, así como una sala de reuniones y equipos informáticos.