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La iglesia del Carmen de Alcañiz La iglesia del Carmen de Alcañiz
Fachada de la iglesia, Bien Catalogado por el Gobierno de Aragón

La iglesia del Carmen de Alcañiz "suplica" una puesta a punto mientras sigue deteriorándose

Un plan director redactado tras la restauración de la cubierta propone su adecuación como auditorio
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La restauración de la hornacina de la calle del Carmen, que ya ha concluido, ha vuelto a centrar la atención en la iglesia, cerrada desde el año 2003 tras la granizada de aquel mes de agosto, que provocó daños en tejados de media ciudad de Alcañiz. Después de la pedregada, el agua se acumuló en el entrador de las bóvedas y filtró al interior causando  daños en los yesos y en el suelo. Aunque el edificio es estable estructuralmente y la cubierta fue reparada en 2005 -actualmente no presenta filtraciones-, las consecuencias del agua, la falta de uso y de mantenimiento han hecho mella  en el edificio, cuya restauración está valorada en 300.000 euros.

El Ayuntamiento de Alcañiz, la Fundación Quílez Llisterri y el Arzobispado de Zaragoza se plantearon darle un uso cultural al edificio para convertirlo en un auditorio, lo que encarecería la obra hasta 1,2 millones de euros. Las conversaciones avanzaron hasta el punto que el Arzobispado cedió el uso de la iglesia durante cinco años -plazo que ha expirado ya- , con el fin de que se encargara un plan director, que fue asignado al arquitecto Luis Moreno, y se buscara la financiación necesaria. Ésta nunca ha llegado.

Según el arquitecto Luis Moreno, que redactó también un anteproyecto de rehabilitación, es necesario retirar las humedades, levantar todo el solado y hacerlo nuevo, reparar las bóvedas, los yesos y eliminar la humedad de decapilaridad, esto es, aquella que procede del suelo y absorben las paredes de piedra arenisca. Se trata de una humedad que se observa fácilmente desde el interior de la iglesia. Según el arquitecto, ya llega a los dos metros de altura, disgrega los granos y descompone la piedra. 

La conservación estructural del edificio es estable, aunque el redactor del anteproyecto no descarta desgastes de los materiales de la estructura. Además, "la acción de la humedad por capilaridad está causando daños crecientes que empiezan a ser preocupantes", señala. Hay manchas de humedad en paredes y bóvedas provocadas por las filtraciones de agua que se produjeron desde agosto de 2003 hasta que en 2005 se reparó la cubierta.

Agua y filtraciones

Las principales patologías del edificio están derivadas de este empapamiento de la piedra. Las paredes de la fachada principal y de la calle del Carmen están afectadas en su zona inferior por las humedades de capilaridad que proceden del suelo. Hay también descamaciones en el techo y manchas de agua como consecuencia de las filtraciones anteriores a la reparación de la cubierta. Asimismo, también se localizan en los muros perimetrales, lo que puede dañar a largo plazo la piedra arenisca de los paramentos.

De la fachada, las zonas más perjudicadas son las más expuestas a la intemperie, como ocurre en los remates de las cornisas e impostas. También la zona inferior está afectada por la misma humedad por capilaridad, y hay desprendimiento de cemento ligante por la pérdida de granos de arena superficiales.

Desde un punto de vista estructural, la fachada de la iglesia está deformada debido a un descenso diferencial de las pilastras. La rotura de éstas y las fisuras verticales que acompañan a los arcos fajones en la parte superior de los muros de la nave central obedecería, según una de las hipótesis con las que trabaja Moreno, a "un asentamiento brusco de las pilastras capaz de generar suficiente energía para producir esos efectos”. En este sentido, el arquitecto redactor apunta a que el asentamiento y consolidación del terreno ha generado un estado de equilibrio estable para el edificio.

En las bóvedas hay grietas, mientras que en el retablo el redactor del estudio propone que se realice una comprobación de su subestructura, que es de madera y que posiblemente presente daños. Los desprendimientos de yesos desde el techo han causado daños en algunos elementos del retablo por las infiltraciones de agua de 2003.

El coro es otro espacio con desniveles. Presenta "una flecha considerable", apuntó Moreno, que propone una inspección del forjado para ver el estado de conservación de la madera, así como un refuerzo y nivelación del suelo.

Los usos propuestos

Las cualidades acústicas de la iglesia del Carmen la hacen adaptable como auditorio. Sus propiedades en este sentido están potenciadas por su forma basilical de tres naves y seis tramos. 

Según el plan director, el uso de auditorio no tendría por qué interferir con el litúrgico. El arquitecto propone en su estudio prescindir de las naves laterales para su uso como auditorio y la incorporación de paneles acústicos entre los pilares, cerrando los huecos de las capillas para delimitar acústicamente el espacio de escucha. No obstante, plantea no alterar el espacio principal de la iglesia, el altar con sus tres naves. 

El coro es otro de los espacios que se propone utilizar para que funcione como sala multiusos. Un sistema de paneles móviles ha de servir para distribuir el espacio en caso de usos que lo precisen. Esta sala dispone de almacenes anexos para recoger paneles, sillas y demás elementos y en el plan se propone dejar en forma diáfana.

El plan director de la iglesia del Carmen incluye la adecuación de camerinos, que plantea ubicar en un espacio fuera de la iglesia, adosado a esta; aseos; un almacén para instrumentos voluminosos, entre otras estancias, entre ellas una sala de grabación, y una zona reservada para las bombas de calor. 

Las actuaciones que el arquitecto pone sobre la mesa son diversas, según la parte de la iglesia y el grado de afección. En la fachada recomienda una limpieza y reposición de piedra dañada, mientras que habría que resolver patologías estructurales visibles en pilastras y bóvedas. También la consolidación de las primeras y la colocación de mallas tipo ‘mallatex’ en las segundas. Asimismo, recomienda aumentar el grosor de la cara superior de la bóveda con una capa de mortero de yeso con aditivos de 4 a 0 centímetros, su limpieza y picado.

En el coro sería necesario sustituir las escuadrías de madera en mal estado y la colocación de tornillos roscamadera cada 50 centímetros, con una capa separadora de polietileno. Allí mismo es necesaria la incorporación de las armaduras necesarias y de mallazo y el vertido de hormigón.