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La iniciativa 'Ven a tocar a Calanda' afianza la oferta turística local y propicia el aumento de ventas de túnicas y alquiler de tambores La iniciativa 'Ven a tocar a Calanda' afianza la oferta turística local y propicia el aumento de ventas de túnicas y alquiler de tambores
Turistas y tamborileros se distinguen en la Rompida por su indumentaria, algo que este año se pretende cambiar- M.N.

La iniciativa 'Ven a tocar a Calanda' afianza la oferta turística local y propicia el aumento de ventas de túnicas y alquiler de tambores

Los visitantes de la villa de Buñuel se lo pasarán en grande tocando instrumentos durante la Rompida y otros actos de Semana Santa
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La iniciativa Ven a tocar a Calanda ideada por la Mesa de Turismo de la localidad para dinamizar la reserva de alojamientos y alquiler de tambores y túnicas ha sido un éxito y ha contribuido a que la venta textil se haya incrementado un 70% en la localidad con respecto a 2019. El despacho de tambores se mantiene con respecto a otras ediciones de una Semana Santa normalizada.

Los visitantes a la villa de Buñuel se lo pasarán en grande tocando tambores y bombos durante la Rompida, la Parada y las principales procesiones gracias a paquetes turísticos de tres noches de alojamiento que incluían la posibilidad de alquilar una túnica con tercerol y un instrumento de percusión.

“Está todo agotado”, aseguró la concejala de Comercio, Cultura y Turismo, Isabel Zabal, que destacó que el público “hace muchos años que va demandando tambores y túnicas para poder salir a tocar”.

“Ha sido un éxito porque, además de llenar el albergue y el hotel Balfagón, el efecto que ha tenido para la gente que se dedica a hacer tambores y túnicas ha sido grande; han venido de todos los pueblos de la Ruta gracias a la repercusión mediática”, dijo Zabal, que se congratuló porque los manufactureros “habían padecido” los últimos dos años, con la actividad económica que rodea a la Semana Santa paralizada.

Buena temporada

De ello dio fe María Asunción Félez, propietaria de Mercería Chuni, que confesó que la temporada ha ido “muchísimo mejor de lo que esperábamos” porque “llevamos cosiendo 30 años y lo de este año había pasado nunca”. Cuantificó en un 60% o 70% el incremento del negocio con respecto a 2019, lo cual “contrarresta” lo sufrido en 2020 y 2021 con la pandemia y ha permitido contratar temporalmente a una persona más en la mercería que ha trabajado con ella y su hija.

“Hemos cosido para Alcañiz, Samper, Albalate o Lécera, además de para Calanda. Ha sido un cúmulo de circunstancias: la campaña, la web www.movemoscalanda.com y los anuncios publicitarios”, destacó.

Buena parte del incremento del negocio textil este año es que “los niños han crecido” y no les vale la ropa de hace tres años, dijo Chuni.

Lo mismo ha notado José Antonio Plana Conesa, propietario de la conocida casa de tambores y bombos calandina. “Hemos vendido tambores y bombos más grandes, y correajes de niños que se han hecho casi adultos después de dos años sin tocar, y también palillos y mazas”, subrayó el artesano.

“Tengo reservas de alquiler de turistas que vendrán el viernes, recogerán los tambores y los devolverán”, indicó, con lo cual la campaña ha tenido “mucha repercusión, que al fin y al cabo era lo que se buscaba”.

Clientela fija

No obstante, el fuerte de Tambores Plana Conesa sigue siendo su clientela fija, que no le ha permitido dejar la actividad “en ningún momento” desde 2020, aunque hasta esta temporada “con poca venta”.

El gerente calificó este año de “normal, muy similar a lo que fue el 2018 o el 2019”. No obstante, “la gente se ve que tiene muchas ganas y ese ansia se nota, todo el mundo lo quiere y lo quiere ya”, lo que a más de uno le ha generado alguna decepción.

“La temporada empieza en septiembre y en navidades se anima, pero algunos se han esperado demasiado y se lo han pensado sólo 15 días antes. La gente se ha esperado en exceso y luego vienen las prisas y las lamentaciones”, manifestó.

Además de ventas, ha habido reparaciones de instrumentos en las últimas semanas porque “hace mucho que se está tocando, para ensayos, las Jornadas Nacionales y de la Ruta, etc, y hay un desgaste y se nota”, dijo Plana Conesa, que indicó que a fecha de martes “aún me están pidiendo instrumentos”.

Una experiencia para repetir

Zabal dijo que lo más probable es que la campaña turística se repita el año que viene dada la buena aceptación que ha tenido.

Mediante esta experiencia, el visitante tendrá la oportunidad de vivir la Semana Santa como un actor principal más, participando activamente en la procesión del Vía Crucis el Jueves Santo; la Rompida y la procesión del Pregón el Viernes Santo, y la procesión del Santo Entierro y la Parada el Sábado Santo.

Para ello, entre los días 14 y 16 de abril se ha habilitado un servicio de alquiler de túnicas con tercerol al precio de 30 euros, y otro de tambores y bombos a razón de 40 euros toda la Semana Santa.

Esta experiencia se completa con una oferta de alojamiento en el hotel Balfagón por 114 euros la noche en habitación doble y 85 en habitación individual, con desayuno incluido y servicio de recepción de túnica y tambor en la habitación.

La opción más económica era el albergue municipal, a razón de 25,80 euros por persona y noche y el mismo precio referido arriba en tambores y túnicas.

Experiencia turística

Se trata de la primera experiencia turística que ha ideado la Mesa de Turismo, que a través de las páginas web www.calandaespasion.com y movemoscalanda.com impulsa los atractivos turísticos que suponen la Semana Santa, Luis Buñuel, el Milagro de Calanda, el Melocotón Embolsado y la naturaleza.

En este foro están presentes el Ayuntamiento y la Asociación de Comercio, Industria, Servicios y Turismo, así como productores de melocotón, el Grupo de Estudios Calandinos y la consultora de promoción turística Aradex.

La gerente de la asociación comercial, Laura Martínez, explicó en febrero durante la presentación de la campaña en el Centro Buñuel Calanda que el objetivo es retener a los turistas tras la Rompida. “Queremos que se queden y nos conozcan, haciéndoles partícipes con esta experiencia que para nosotros es una tradición pero para el visitante supone estremecerse en medio de la Rompida; o el Sábado Santo a las dos de la tarde, cuando Calanda enmudece; o en las procesiones, cuando te transformas en uno más de todo un colectivo”.

“Lo que hemos hecho es unificar” el alquiler de tambores, bombos y túnicas, algo que ya se hacía, con la reserva de alojamientos “para ofrecer un producto más potente”, cerró Martínez.