La inyección de CO2 en la potabilizadora de Andorra mejora la calidad del agua

El agua de Andorra ha reducido sus niveles de dureza y alcalinidad gracias a una solución tecnológica consistente en aplicar dióxido de carbono a la red desde la planta potabilizadora.

La innovación, probada durante tres meses por la empresa que gestiona la potabilizadora de Andorra, Global Omnium, acabará con los problemas de incrustabilidad, averías de electrodomésticos y malos olores, explicó la empresa en un comunicado. 

El proyecto beneficiará, prosigue la compañía, a los casi 8.000 habitantes que tiene la villa minera. Ha costado 60.000 euros sufragados en su totalidad por el Instituto Aragonés del Agua. 

Los técnicos de Global Omnium, en coordinación con el Ayuntamiento de Andorra, estudiaron alternativas para reducir los índices de PH del agua (índice Langelier), que “triplicaban en algunos casos el 0,5 que marca la legislación vigente”, profundiza la empresa en su nota. Por ello, diseñaron el proyecto para ajustar el PH de la estación potabilizadora de Andorra mediante la aplicación de dióxido de carbono. 

Gracias a ello, “se ha logrado alcanzar en toda la red el índice recomendado por Sanidad, 0,5, haciendo que el agua suministrada en todo el municipio sea neutra y no provoque problemas ni de incrustación ni de agresividad del agua”, prosigue. 

El agua será “de calidad” y “mejorará notablemente la calidad de vida de los vecinos”, explicó el gerente de la compañía en Aragón, Jesús Cachaza, que ayer visitó la potabilizadora junto a la alcaldesa de Andorra, Sofía Ciércoles. Los vecinos se han quejado en los últimos años de acumulación de kilos de cal en sus electrodomésticos y de pieles atópicas, además de tener que comprar agua embotellada. 

Para validar la efectividad del tratamiento, los técnicos han analizado a lo largo de tres meses la evolución de los niveles del índice Langelier en distintos puntos del municipio (entrada y salida de la potabilizadora, el depósito de Endesa, la fuente del doctor Espada, la fuente Solidaria, la fuente Botón y Aragal), y en todos se han mejorado. 

La empresa asegura que el tratamiento de inyección de CO2 en la red hidráulica tiene una serie de ventajas, como es que el almacenamiento en forma líquida o gaseosa es “inerte y seguro” y “permite una regulación controlada debido a que la curva de neutralización de agua con CO2 es suave, frente a lo que ocurre con el uso de ácidos fuertes”. Además, el tratamiento “no tiene efectos secundarios” porque “el uso de CO2 permite evitar el aporte de sales que pueden engendrar riesgo de corrosión de aceros, cementos, provocar olores o desarrollo de bacterias sulfito-reductoras”. Ello garantiza “aumentar sensiblemente la vida útil de los materiales”.

Por otra parte, la solución  puede ayudar a mejorar el resto de procesos de tratamiento que en ella se producen, como la optimización de la eficacia de los reactivos de coagulación y floculación, o evitar el uso de ácidos fuertes que puedan ser tóxicos para el medio ambiente, concluye la empresa. 

El problema, explicó la alcaldesa de Andorra, es que el agua que abastece a la localidad procede de captaciones subterráneas, con elevados niveles de cal. Por ello, el Ayuntamiento trabaja también en la apertura de un nuevo pozo en la zona de la Estación, que es de donde mejor agua se extrae y que permitirá reducir el aporte de pozos más conflictivos, como el de San Juan. El Ayuntamiento invertirá del orden de 160.000 euros en esta obra. 

La alcaldesa puso en valor la colaboración entre el consistorio y la empresa que gestiona la red de aguas de Andorra, Aragonesa de Servicios Públicos. “Al Ayuntamiento le corresponde la parte de la inversión y a la empresa el mantenimiento”, destacó.