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La UME se ejercita entre los restos de la chimenea de la antigua central térmica de Andorra La UME se ejercita entre los restos de la chimenea de la antigua central térmica de Andorra
Imagen de uno de los ejercicios

La UME se ejercita entre los restos de la chimenea de la antigua central térmica de Andorra

Ha participado durante varias jornadas en un simulacro de rescate de personas entre los escombros
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Efectivos del Cuarto Batallón de Intervención en Emergencias (BIEM IV) ubicado en las instalaciones que la Unidad Militar de Emergencias (UME) tiene en la Base Aérea de Zaragoza, han participado durante varias jornadas en un simulacro de rescate de personas entre los escombros de la chimenea de gases de la antigua central térmica de Andorra (Teruel).

Profesionales de la UME, acompañados de perros especializados, se han ejercitado entre los restos de hormigón procedente de la voladura de la chimenea de 343 metros demolida el pasado 16 de febrero. La UME realiza este tipo de ejercicios de instrucción de forma periódica con el objetivo de mantener sus capacidades operativas en caso de emergencia real.

La voladura de la chimenea produjo alrededor de 25.000 toneladas de escombro de hormigón. Sus restos dibujaron un escenario muy similar al derivado del colapso de edificios y estructuras como consecuencia de catástrofes naturales o en situaciones bélicas y han permitido a los profesionales de la UME realizar su ejercicio de instrucción en un entorno de parecidas características a los escenarios reales de riesgo a los que se enfrentan en el rescate de seres humanos en situaciones extremas.

Endesa realizó hace unas semanas la voladura de la chimenea de la central térmica de Andorra, un paso más en el proceso de cierre y desmantelamiento de las centrales de carbón que la compañía lleva a cabo y que completará en la península en el año 2027.

La demolición de la chimenea de la central, junto con la voladura de las torres de refrigeración llevada a cabo el pasado mes de mayo, supuso un hito, no solo por el simbolismo de la estructura, sino también desde un punto de vista técnico.

Para su demolición fue necesario diseñar un exhaustivo procedimiento con el objetivo de garantizar unas condiciones absolutas de seguridad, ha informado Endesa en una nota de prensa.

La voladura de la chimenea estuvo soportada por un proyecto específico en el que se analizó estructuralmente la afección de los trabajos, la dinámica de la voladura, su secuencia, dirección de caída, medidas mitigadoras de las afecciones, medidas de vibraciones y puesta en seguridad de todos los elementos y estructuras afectadas.

En el proyecto se fijó un radio de seguridad de 600 metros. La
demolición se realizó mediante el empleo de cargas de explosivo confinadas en barrenos de pequeña longitud con el objeto de conseguir una cuña desestabilizadora.

La voladura produjo alrededor de 25.000 toneladas de residuos --básicamente hormigón--, que serán gestionados de acuerdo con la normativa medioambiental. Estos residuos serán valorizados en obra al
ser usados como material de relleno por su carácter inerte. El residuo del hierro, que constituía la armadura del hormigón armado, se revalorizará para su posterior uso.

La chimenea de la central tenía 343 metros de altura, 23,5 metros de diámetro en su base y 9,5 metros de diámetro en la coronación. Fue construida entre 1978 y 1979 en hormigón y su peso aproximado era de 25.000 toneladas, ha detallado Endesa en una nota de prensa.