La viuda de Iranzo asegura que se “engañó” a los ganaderos y agricultores desde el tiroteo de Albalate

La viuda del ganadero asesinado a tiros por Igor El Ruso el pasado jueves, Eva Febrero, critica la falta de medios para localizar al fugitivo más buscado por Italia desde que el 5 de diciembre hirera de gravedad por arma de fuego a dos vecinos en Albalate del Arzobispo y reprocha a las autoridades que se “engañara” a la población para acompañar, “a pecho descubierto”, a los agentes a reconocer el terreno sobre el que se podía mover el peligroso criminal.

En un contundente comunicado emitido a través de su perfil en Facebook, Febrero asegura que Iranzo “no sabía a qué se enfrentaba” cuando, con la mejor de sus voluntades, colaboró con los agentes de la Guardia Civil en el reconocimiento del terreno por el que se podía estar moviendo el criminal. Éste asesinó a Iranzo y a los guardias civiles Víctor Jesús Caballero y Víctor Romero en las partidas de El Saso y El Ventorrillo, apenas a 10 kilómetros del mas donde disparó en Albalate nueve días antes. Sospechan que horas antes de los crímenes el pistolero comió y durmió en su propia masada.

Febrero se indigna con las palabras del ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, que en declaraciones a la prensa hizo referencia a la “respuesta inmediata” que se dio la noche del jueves para localizar al asesino.

“Cómo se nota que los asesinados no son su familia. Una respuesta inmediata no es lo que se hizo”, dice la viuda de Iranzo echando de menos que se actuara con contundencia no a raíz de los asesinatos, sino desde el día 5.

“La Guardia Civil local, sin medios, sí respondió. La gente de nuestros pequeños y abandonados pueblos sí respondieron”, pone en valor Febrero.

“José Luis estuvo no sé cuántas veces con la Guardia Civil. La última vez que lo vi iba al cuartel. Les ayudó todo lo que pudo”, prosigue el comunicado. “Buscaban a un asesino y se podía saber”, pues “las pruebas de Albalate eran contundentes”. Sin embargo, reprocha la viuda, “todos iban a pecho descubierto”.

“Fue José Luis, mi cielo, mi todo” el vecino tiroteado, “pero podría haber sido cualquier vecino: nuestros amigos agricultores, cualquier niño que acompañase a su padre a ver las ovejas. Cualquiera”, lamenta.

Febrero asegura que si la gente de la zona hubiera sabido que este sujeto era tan peligroso “seguro que ninguna esposa o madre les hubiéramos dejado ir al monte hasta que lo capturasen. Pero es que ni eso nos dieron”.

Y es que, según apunta, lo peor para ella “fue que ni información clara” se facilitó a “una gente honrada que, por lo menos, hubiera podido tener lógica y no ir al monte a trabajar hasta que capturasen al que se sabía era peligroso. Porque desde lo ocurrido en Albalate lo sabían”, insiste Febrero.

“Tengo rota la vida y tengo roto el corazón, y Aitor (el hijo de ambos) ha perdido a su guía. Eso no lo cambiará nadie. Y no hablo desde el odio ni el rencor. No voy a dejar que salga. Hablo desde el sentir que se engañó a muchas personas”, manifiesta.

“Hay que decir a la gente la verdad siempre. Aitor debe crecer con la verdad. Porque la gente buena, como minimo, merecemos verdades”, concluye.