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Los colores de Jesús Nazareno y el olor a incienso ‘engullen’ la parte vieja de Alcañiz Los colores de Jesús Nazareno y el olor a incienso ‘engullen’ la parte vieja de Alcañiz
Salida de la procesión de la iglesia de Santa María. Esther Esteban Sauras

Los colores de Jesús Nazareno y el olor a incienso ‘engullen’ la parte vieja de Alcañiz

Cientos de personas participaron en una de las procesiones más multitudinarias del Bajo Aragón
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El casco viejo de Alcañiz volvió a lucir con los colores de la hermandad de Jesús Nazareno y a oler al aroma a incienso que desprendían los cuatro incensarios que desde el año pasado acompañan a esta multitudinaria procesión alcañizana. 

La de Jesús Nazareno copó el miércoles por la noche toda la atención de los cientos de personas que se agolparon a ver uno de los desfiles semanasantistas más emblemáticos de Alcañiz y que marca el inicio de la Semana Santa propiamente dicha. 

Todo en la del Nazareno es especial, desde los símbolos que salen a procesionar hasta los monumentales pasos de Jesús Nazareno con el cirineo y Jesús atado a la columna, sin quitar importancia a la Cruz morada, que abrió el desfile, o a la Verónica.

La salida de los cofrades de la iglesia de Santa María La Mayor se produjo a la hora en punto prevista con el despertar de la banda de tambores y cornetas en el interior de la iglesia. A las 22.30 de la noche arrancó el redoble lento del cabo y de toda la banda de tambores, lo que marcó la salida de cientos de hermanos y hermanas. Vela en mano, grandes y mayores empezaron un recorrido que terminó dos horas y media después, tras haber pasado por las sinuosas calles del casco viejo. 

Los portantes de los pasos  tuvieron que hacer maniobras complicadas para conseguir que las peanas dieran giros en la parte vieja del pueblo. Especialmente difícil fue para los dos pasos de mayor tamaño:  Jesús Nazareno con el cirineo y Jesús atado a la columna. 

La primera es una obra de 1958 de Joaquín Larrañaga, una talla de un enorme peso que se sostiene con patas metálicas en los momentos en los que los portantes realizan un descanso. La segunda talla, mucho más moderna, es de 1991, y una obra del escultor alcañizano Francisco Rallo. Esta talla está realizada en madera de pino y pintada al óleo y simboliza los latigazos que sufrió Jesús mientras subía al monte Calvario al ser crucificado.

Antes del inicio de la procesión propiamente dicha, la Junta de la hermandad reunió en el interior de la iglesia a los hermanos para dar lectura de los 50 nuevos miembros que han ingresado este año en la hermandad. “La mayoría de ellos recién nacidos”, reconocía unas horas antes Antonio Navarro, presidente saliente de la hermandad con mayor número de cofrades de Aragón. En 2019, ya han superado los 2.800 integrantes.

Simbolismo

La cruz morada, la escuadra de romanos, la Cruz guión al inicio, el estandarte y la banda con sus tambores y timbales, los banderines, además de los farolillos iluminados convirtieron el desfile procesional en un evento digno de seguir y, sobre todo, plagado de simbolismo. “Los faroles reflejan los cinco misterios y junto a los incensarios, comprados el año pasado para aromatizar la procesión, conforman un conjunto muy completo”, señaló el presidente saliente de la hermandad. Al que se suman las velas, la tenue iluminación nocturna y el silencio de quienes desfilan junto a los pasos.

La Junta rectora de la hermandad cerró el desfile con la participación de los hermanos de turno y de honor. La hermandad sorteó el primer puesto este año, que recayó en María Gracia Magallón. “La opción del sorteo es una manera de que los jóvenes también puedan disfrutar de esta distinción”, destacó Navarro. No en vano, al alternar el uso de la lista de cofrades por antigüedad y el sorteo, “facilitamos que todo el mundo pueda tener esta posibilidad, ya que, si sólo se usara la modalidad de turno por antiguedad en la cofradía habría miembros a los que no les todavía nunca”.

El puesto de honor ha sido para José Luis Díaz, miembro de la Junta hasta su fallecimiento el año pasado. Fue su mujer la que, en su nombre, ocupó el puesto de honor durante el recorrido.

Jesús Nazareno sale en Semana Santa en Alcañiz desde 1955 y se ha convertido con el tiempo en una de las procesiones más multitudinarias de las que se organizan en la capital bajoaragonesa.