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Los restos del maqui Francisco Serrano son los encontrados en el cementerio de Tortosa Los restos del maqui Francisco Serrano son los encontrados en el cementerio de Tortosa
La familia de Serrano, junto al enterramiento con los restos

Los restos del maqui Francisco Serrano son los encontrados en el cementerio de Tortosa

La Generalitat de Cataluña confirma la identidad del vecino de Castellote tras cotejar su ADN
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El Departamento de Justicia de la Generalitat de Cataluña confirmó el jueves que los restos que fueron recuperados el pasado mes de diciembre de una fosa en el cementerio de Els Reguers, en Tortosa (Tarragona), son del maqui de Castellote Francisco Serrano Iranzo, conocido con el apodo de El Rubio. Según la información facilitada por la dirección general de Memoria Democrática, el ADN de los huesos hallados en el enterramiento ha coincidido con el perfil genético de su hija, Lidia Serrano.

La excavación para encontrar el maqui se llevó a cabo entre noviembre y diciembre del año pasado. Los arqueólogos encontraron el cuerpo con un disparo de bala en la pelvis derecha, un dato que ya coincidía con la autopsia que se practicó al cadáver de Serrano en 1954. Los restos se encontraron en el punto que determinaba el estudio previo de la Dirección General y que también aseguraba el relato de un testigo que había presenciado su enterramiento. El cuerpo apareció boca abajo y sin ataúd.

La búsqueda de Serrano se inició en un punto del cementerio situado junto a la puerta y cerca de la tapia. El lugar fue identificado por un vecino que tenía siete años cuando vio como enterraban al El Rubio. La familia del guerrillero confiaba en que se encontraran los restos gracias a este testimonio. Ahora, la familia quiere enterrar a Francisco Serrano en su pueblo

El Rubio

El maqui actuó entre las comarcas del Maestrazgo, Els Ports de Castellón y la Terra Alta junto al guerrillero Florencio Plà, conocido como La Pastora. Ambos asaltaron una masía cerca de Tortosa en agosto de 1954 e intentaron secuestrar a la hija de los masoveros para obtener dinero y comida. Uno de los hijos, oficial de milicias, tenía una pistola escondida y aprovechó una distracción para disparar a Serrano. Los dos guerrilleros huyeron, pero Serrano no pudo continuar debido a las heridas que presentaba y murió en las proximidades del lugar del asalto. Un alguacil y un sereno trasladaron a Serrano hasta el cementerio de Els Reguers y lo enterraron en el suelo.

La Guardia Civil comunicó a la familia la muerte de Serrano, pero no autorizó el traslado del cadáver hasta Castellote. Y eso es lo que ahora quiere conseguir la familia, enterrar a Serrano en el pueblo, después de 66 años de su muerte.

Noveno identificado

Francisco Serrano es la novena persona identificada con el Programa de identificación genética de la Generalitat, que es el sistema que dispone de una base de datos con perfiles genéticos de familiares de víctimas y perfiles genéticos de restos localizados en fosas. Los datos se cruzan para ver si hay coincidencia genética.

Aparte de estas 9 personas, el Programa también ha facilitado la identificación de un vecino de Salamanca, Ramón Haro, recuperado de una fosa de Pamplona abierta por el gobierno navarro. La colaboración fue posible a raíz de un convenio firmado entre los gobiernos de Cataluña y Navarra para compartir el ADN. El hijo de la víctima residía en LHospitalet de Llobregat y la Generalitat disponía de una muestra genética de él.

El Programa de identificación genética dispone actualmente de unas 2.500 muestras de ADN de donantes vivos y de unos 300 perfiles genéticos de restos de fosas. Cada extracción de ADN de un individuo de una fosa tiene un coste aproximado de unos 1.000 euros. Es un proceso complejo y caro.

En cambio, la donación de ADN por parte de familiares es gratuita e indolora, y es clave para poder identificar a las víctimas. Los familiares que quieran dar una muestra genética deben inscribirse en el Censo de personas desaparecidas. El Hospital Universitario Vall dHebron es el encargado de extraer la muestra del frotis bucal.

El Censo de personas desaparecidas de Cataluña cuenta con  unos 6.000 casos inscritos, unos 1.500 de los cuales corresponden a personas  que murieron o desaparecieron en Cataluña, como es el caso del maqui Francisco Serrano.