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Los vecinos del bar La Gruta de Alcañiz reclaman su “cierre inmediato” al Ayuntamiento Los vecinos del bar La Gruta de Alcañiz reclaman su “cierre inmediato” al Ayuntamiento
El bar para el que la Comunidad de propietarios solicita su cierre inmediato

Los vecinos del bar La Gruta de Alcañiz reclaman su “cierre inmediato” al Ayuntamiento

Registran la solicitud en base a un informe acústico que evidenció un exceso de ruido
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La Comunidad de propietarios de la calle Alejandre número 11 de Alcañiz registró el 26 de marzo una solicitud para la "clausura inmediata" del bar La Gruta, situado en el Pasaje La Muralla. Los vecinos han cursado la petición de cierre tras conocer los resultados de las mediciones acústicas efectuadas en la madrugada del pasado cuatro de marzo, que arrojaron unos niveles de ruido por encima de lo permitido, y eso que se efectuaron en una fecha y hora acordadas entre los afectados, los responsables del establecimiento y el Ayuntamiento.

Los vecinos esperaron a que el Ayuntamiento actuara de oficio, una vez que el informe acústico mencionado evidenció  lo que han estado denunciando durante más de cuatro años. Pero ante la falta de decisiones en ese sentido, presentaron la petición de cierre 22 días después de realizarse las pruebas de ruido.

Las mediciones se llevaron a cabo ante la presencia de dos agentes de la Policía Local, uno de los cuáles actuó como oficial al mando y levantó una denuncia pasadas las cuatro de la madrugada del cuatro de marzo, tras quedar acreditado que se superaban las limitaciones de ruido para una zona residencial.

Los vecinos del bar decidieron esperar hasta conocer el informe redactado por la técnico municipal de Medio Ambiente en el que se ponía de manifiesto que ninguna de las mediciones realizadas en los pisos y en el exterior del local cumplía con la normativa. En total, esa noche se efectuaron cinco sondeos, uno en el exterior del bar y cuatro dentro de algunas de las viviendas. En el primer análisis (en el Pasaje La Muralla) se detectaron 56,6 LkAeq (media de decibelios ponderados), por encima de los 50 de límite que establece la legislación. Hubo otros cuatro, dos en el primero izquierda y otros dos en el segundo derecha. Por distancias, los tres primeros debían cumplir la limitación de 30 LkAeq y el último no sobrepasar los 35 decibelios. En todos los casos se superaron los límites, tal y como pone en evidencia el informe municipal. Las mediciones dieron resultados de 37,8 LkAeq; 32,5 LkAeq, 36,6 LkAeq y 44,1 LkAeq, respectivamente. 

"Según lo expuesto, el resultado de las mediciones es el no cumplimiento de los valores límite en ninguno de los casos", concluye el informe, que deja constancia del levantamiento de un acta denuncia por parte de la Policía Local, que además adjunta en la documentación. 

La técnico incide en otros aspectos del local. Recuerda, por ejemplo, que existe un futbolín que esa noche, mientras se realizaba el estudio, no se utilizó. Al parecer, tampoco había mucha gente en el local, según comprobaron dos agentes de paisano de la Policía Local. Al no usarse, "no se pudo comprobar la “posible transmisión de ruido de impacto del futbolín sobre las viviendas”, añade la funcionaria.

Una ordenanza de 2002

Por último, recuerda que la ordenanza de ruidos de Alcañiz se aprobó en 2002 y que es anterior a otras que han entrado en vigor "a nivel autonómico, estatal y europeo". Es decir, "numerosa normativa condiciona la aplicación de lo expresado en la ordenanza municipal”, afirma la técnico, que considera “preciso” que ésta “se adecue a las modificaciones legales lo antes posible para evitar confusiones y equívocos entre los promotores de actividades, los técnicos redactores de proyectos y la administración pública”.

La Comunidad de propietarios ha entregado una copia de la solicitud de cierre del establecimiento a Alcaldía y al concejal delegado de Medio Ambiente, entre otros, “para que quede constancia que ha sido formulada la solicitud y nadie pueda decir posteriormente que no se enteró ni de las mediciones y sus resultados, ni de lo que habíamos pedido”, explicó María Pilar Gracia, portavoz de la Comunidad.

Más estudios

Los vecinos encargaron meses atrás su propia medición de ruidos. En todas las viviendas analizadas -seis habitaciones en el primer piso; cuatro en el segundo y tres en el tercero- se detectaron niveles de inmisión en el ambiente interior que superaban los valores límite establecidos por la normativa para el periodo nocturno en una zona residencial. 

En el primer piso, ninguna medición bajó de 50 decibelios. En el segundo, fueron superiores a 39, mientras que en el tercero dieron volúmenes de 33 y 38 decibelios. En todos los casos se superaron los 30 decibelios en el interior con excesos que iban desde los tres a los 15 decibelios.

Requerimiento del Inaga

El estudio acústico realizado  la madrugada del cuatro de marzo fue el resultado de un requerimiento del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) y de una sugerencia de la técnico de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Alcañiz. Forma parte del expediente iniciado para la concesión de la licencia de actividad solicitada por los responsables del bar. 

El estudio se efectuó en una fecha y hora acordada entre todas las partas. Según el informe de la técnico municipal, durante el tiempo en el que se realizaron las mediciones permaneció en funcionamiento un limitador de sonido que estaría ajustado a unos niveles de ganancia de 68,1 decibelios en un equipo de música, pero que, al parecer,  “no cumple los requisitos de la ordenanza de ruido y vibraciones”, según el mismo documento.

Las personas que estuvieron presentes durante la realización del estudio fueron el representante de la propiedad y un técnico que le acompañó; una vecina de la Comunidad y un técnico de su parte y cuatro policías locales.

Según consta en el acta levantada, los vecinos manifestaron que esa noche no se escuchaban apenas ruidos ni música y que el resto de días la música solía tener un volumen mucho más alto que les impedía dormir. En el acta la técnico hizo constar que en el momento de las mediciones había poca gente en el local y que  el volumen del equipo de música era bajo. También que “se intenta subir el volumen del equipo de música y no se puede”.

A las 5.30 de la madrugada se dieron por terminadas las mediciones en el edificio.

La comunidad afectada ha demandado al consistorio alcañizano

La Comunidad de propietarios de la calle Alejandre número 11 ha presentado una demanda contra el Ayuntamiento de Alcañiz en el tribunal de lo contencioso administrativo de Teruel, a través del procedimiento ordinario, según su abogado Clemente Sánchez-Garnica. 

La parte demandante entiende que “el responsable de que se haya llegado a esta situación es el Ayuntamiento de Alcañiz, por haber autorizado el mantenimiento de la actividad del bar con sólo una declaración responsable”.

La Gruta no tiene concedida licencia de actividad, pese a llevar años en funcionamiento.

En base a los resultados de las mediciones realizadas el cuatro de marzo, los demandantes exigen la anulación de la resolución de Alcaldía 793/2016 de 19 mayo por la que se levantó una suspensión temporal de la actividad del bar decretada con anterioridad por el consistorio. 

Denuncian que al bar se le ha permitido funcionar durante años con sólo una declaración responsable presentada, que la portavoz de los afectados, María Pilar Gracia, no se atreve a calificar como “falsa”, pero al menos sí como “inexacta”.

En la demanda, el letrado Sánchez-Garnica ha presentado, entre otra documentación, el informe técnico de un ingeniero  mecánico especialista en ruidos que realizó un estudio acústico en las viviendas. Es previo a las mediciones efectuadas el cuatro de marzo por el Ayuntamiento de Alcañiz, las cuales son, según el abogado, “muy importantes, porque corroboran los resultados del informe anterior”, apuntó. “Objetivamente hay dos mediciones distintas que demuestran que se superan niveles de ruido”, dijo Sánchez-Garnica.

Los propietarios han acudido a la vía judicial administrativa, pero no descartan hacerlo por la vía penal. El abogado defiende que “la inactividad del Ayuntamiento para solucionar este conflicto ha sido evidente desde el primer día”.