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Marisa Falo, alma máter del nuevo cabezudo alabardero de La Puebla de Híjar: “Chovi tiene alma y corazón: están reflejados los niños de la escuela en su cara” Marisa Falo, alma máter del nuevo cabezudo alabardero de La Puebla de Híjar: “Chovi tiene alma y corazón: están reflejados los niños de la escuela en su cara”
Marisa Falo (3ª por la izda. en la fila superior), junto al cabezudo Chovi, el miércoles en La Puebla de Híjar

Marisa Falo, alma máter del nuevo cabezudo alabardero de La Puebla de Híjar: “Chovi tiene alma y corazón: están reflejados los niños de la escuela en su cara”

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Marisa Falo es el alma máter del nuevo cabezudo de La Puebla de Híjar, Chovi, que representa a los alabarderos que llenan de vistosidad la Semana Santa de la localidad. Este miércoles fue bautizado con el apadrinamiento de los gigantes poblanos, Farax y Aísha, coincidiendo con las fiestas patronales.

-¿Cómo surgió la idea de hacer un cabezudo inspirado en los soldados romanos de Semana Santa?

-Todo surgió en la escuela municipal de dibujo, pintura y esmaltes, de la que es profesor Fernando Crespo, el artista que ha hecho el cabezudo. La inspiración viene de cuando los alabarderos bajan hacia la plaza de España después de dejar los pasos de Semana Santa en el Calvario, dando lugar a una marcha más alegre y desinhibida, a la que se añaden hijos o nietos. Son muy considerados los alabarderos en nuestra Semana Santa, y admirados. La gente les aplaude y este año me vino la inspiración al pasar por mi calle en este paseillo. Pero como es una cosa muy delicada había que pedir su opinión y les pareció muy bien.

-¿Quién lo ha sacado por primera vez?

-Un chico que se llama Julián y que ha sido alabardero. Le han hecho miles de fotos, el pobre está agobiado porque tiene que llevar coraza y capa, lo cual ocupa más espacio y volumen que un cabezudo normal.

-¿Cómo es Chovi?

-Fernando, que tiene la tienda Zig Zag de Alcañiz, ha hecho un trabajo muy bueno. Empezó a coger características de los niños –ojos, mofletes, flequillos–, de tal forma que está reflejada toda la escuela en su cara. Tiene alma y corazón, y ha sido bastante bien acogido. En cuanto al traje de alabardero, es verde porque nos gustaba el color, aunque cada categoría de soldado tiene el suyo. El verde es el que más nos cuadraba.

-Han confeccionado el nuevo cabezudo en tiempo récord, apenas unos meses.

-Cuando nos dieron el pistoletazo de salida fue después de Semana Santa. El trabajo ha sido netamente de Fernando, aunque del traje se han encargado los alabarderos y la capa es cosa mía.

-Han cogido el gusto a bautizar gigantes y cabezudos cuando llegan fiestas patronales. 

-Parece que sí, cada año hay uno nuevo. Hay que destacar que Farax y Aísha, los gigantes grandes, han sido los padrinos de este evento. Padrino y madrina de alta categoría y altura (ríe). Hay grandes, pequeños y otros hechos por niños… Y un montón de cabezudos.

-¿Desde cuándo está en marcha la escuela de dibujo, pintura y esmaltes de la localidad?

- Llevará unos 38 años en marcha. Estamos entre 12 y 14 personas cada curso, de los que ocho o nueve son niños y el resto mayores. La hacemos el viernes, los niños primero y los adultos a continuación.

-¿Y cuáles son las obras más destacadas de este año?

-En fiestas permanecerá abierta una exposición para ver los trabajos, a los que se ha incorporado el trabajo exprés de dos chicas que nos han hecho un mural. Una preciosidad. Se podrán ver todos los trabajos de este año, de todo tipo, por supuesto también el alabardero. Hay collages, dibujos, acuarelas… Y luego están los cuadros de pintura rápida del concurso que hubo el domingo pasado, con pintores de Valencia y de muchos sitios. Hay un nivel muy bueno de participantes. También tenemos un señor que ha hecho maquetas teledirigidas, con motor. ¡Este pueblo es un salón de arte! El año pasado hubo hasta tres exposiciones para fiestas.