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Nuevo ataque a las ovejas, esta vez en Castelserás y  por acción de varios perros Nuevo ataque a las ovejas, esta vez en Castelserás y  por acción de varios perros
Una oveja matada por perros en Castelserás, en la madrugada del lunes. M. Insa

Nuevo ataque a las ovejas, esta vez en Castelserás y por acción de varios perros

Los ganaderos piden una reunión a la DGA por la loba
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Seis ovejas muertas en término municipal de Castelserás es el último balance del ataque a rebaños en el Bajo Aragón, si bien en esta ocasión se ha tratado de perros y no de la loba que mató la semana pasada en Valmuel a 15  ejemplares de ganado ovino. Los ganaderos alertan de un posible cruce con canes, advierten de la proliferación de casos e insisten en solicitar al Gobierno de Aragón que les reúna para atajar un problema que quita el sueño y vocaciones.

En la mañana del martes moría el último macho atacado la noche del domingo al lunes en la explotación de Marcos Insa, que con 37 años y tras la jubilación de su padre ha heredado el negocio. Varios perros se colaron en su campo para dar cuenta del ganado, matando a tres hembras y tres machos, estos últimos de 90 kilos de peso, además de herir a otros animales que sufrirán abortos y mermarán producción.

El ganado afectado, acotado por una valla electrificada –pastor eléctrico–, fue encontrado degollado y destripado. Pese a que las primeras pruebas apuntaban a la loba ibérica, la necropsia que realizaron los agentes de protección de la naturaleza en el centro de La Alfranca (Zaragoza) reveló que, en esta ocasión, el ataque fue de perros, “por la cantidad de mordiscos de poca efectividad que presentan los ejemplares”, indicaron fuentes del Gobierno de Aragón. “El lobo lo que hace es romper la tráquea para matar, y de un solo mordisco, y en esta ocasión hay varios mordiscos”, refrendó Insa.

“Me afecta lo mismo”

No obstante, “me afecta exactamente lo mismo”, manifestó el joven agricultor y ganadero, que lamentó que, al no haber acción de la loba de por medio, no recibirá ayudas. Sin embargo, sugirió que los animales que atacaron a su rebaño podrían estar cruzados ya con esa especie. “Igual no es lobo al cien por cien, pero sí al 50%”, enfatizó, y pidió una solución al Gobierno de Aragón porque tiene la paridera “a cuatro kilómetros de donde sí se produjo un ataque de lobo hace unos meses en Alcañiz”.

Lamentó que los ganaderos se planteen prescindir ahora del avance para la profesión que ha supuesto el pastor eléctrico porque “da un poco de vida, sobre todo el fin de semana que puedes hacer otras cosas”, y pidió a la administración que se reúna ya con el sector porque “está en peligro de extinción, más que el lobo, y como no se empiece a tomar un poco en serio que realizamos una labor medioambiental, alimentaria y demográfica esto no tendrá vuelta atrás”, dijo Insa.

“Si hay que convivir con el lobo, no tenemos problema, pero lo que no podemos es estar siempre pendientes. Que compren las vallas y las presten a los ganaderos, y que las indemnizaciones sean inmediatas y fehacientes, sin tanta burocracia; sea lobo, perro o lo que sea, pero que se haga”, concluyó Insa.

“Aunque nos den ayudas, un ganado no se hace en uno, ni en dos ni en tres años. Tardas cinco o seis y eso vale un dineral. La ganadería no está para tener lobos aquí. Queremos sentarnos con la administración y buscar una solución a este problema, que es gordo porque antes teníamos a la loba y ahora tenemos dos, que criarán lobeznos y esto será el fin porque el pastor eléctrico nos da la vida y, sin él, la gente se cansará”, argumentó el presidente de la Asociación de la Rasa Maellana, José Cases.

Él fue uno de los primeros ganaderos afectados por la loba ibérica identificada por el Gobierno de Aragón, administración que está poniendo pastores eléctricos de dos metros de altura a los damnificados. “Nos van a tener que dar vallas a todos porque el animal se mueve a 25 kilómetros a la redonda”, dijo. “La solución la tienen bien fácil: venir, meterles un dardo, dormirlos y llevarlos donde sea para que la gente los contemple. De esta forma dormiremos tranquilos, que llevo mes y pico que cuando despierto por la noche solo pienso qué estarán haciendo los lobos”. Cases recordó que el último ataque se produjo en Valmuel. También estuvo en Alcañiz y Andorra. “Recorren muchos kilómetros y es un problema”, concluyó.

Fuentes del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente explicaron que la convocatoria que el área publica cada año para los municipios donde se ha constatado la presencia del lobo y oso –especies protegidas– llegará a partir de mayo, y que “todo el material” que los ganaderos “compren de autoprotección luego se les paga al 100%”. No obstante, “en cuanto a los perros los ayuntamientos pueden tomar las medidas que consideren oportunas”.