Mapa de toponimia de Torre de Arcas/Torredarques
Política Lingüística edita un nuevo folleto de Torre de Arcas de la serie Mapas de Toponimia
También ha publicado dos mapas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y otro de Longás
La Dirección General de Política Lingüística del Gobierno de Aragón ha editado cuatro nuevos folletos de la serie de “mapas de toponimia” para impulsar el patrimonio lingüístico, se trata de dos mapas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, un mapa de Torre de Arcas/ Torredarques y otro de Longás/Longars.
En estos trabajos se realiza una recopilación de los topónimos tradicionales. Se incluyen los nombres autóctonos con los que se identifican barrancos, balsas, caminos, corrrales, cuestas, cuevas, cruces, ermitas, fincas, fuentes, mases, norias, prados, rincones, saltos… y tiene como objetivo conservar y proteger un patrimonio lingüístico y cultural que corre el peligro de perderse en el olvido, informa el departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda en una nota de prensa.
“Con esta iniciativa se busca favorecer la conservación de este patrimonio lingüístico y su transmisión y difusión a toda la población en general” ha explicado Ignacio López Susín, director general de Política Lingüística, quién ha añadido “emana del trabajo llevado a cabo en los últimos meses por la Comisión Asesora de Toponimia de Aragón”
En colaboración con la Dirección del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y la comarca de Sobrarbe se impulsó la creación de dos folletos de toponimia que recogen el patrimonio de topónimos a través de los cuales se cuenta la historia del lugar.
Desde el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se explica el objetivo de impulsar la protección de los valores naturales y culturales de un paisaje vinculado a los usos tradicionales de sus pobladores.
Las personas de la zona, a lo largo de la historia, se han aliado con la naturaleza para modelar el impresionante paisaje de los valles, puertos y la alta montaña, al tiempo que nombraba cada rincón. Todo esto supone una importante fuente de información sobre la geografía, la geología, la fauna, la flora, así como de las historias y leyendas.
En Torre de Arcas/Torredarques, se ha contado con la colaboración de la comarca del Matarranya y con la Asociación Cultural Montnegrell.
El trabajo de recopilación se ha llevado a cabo con un proceso de participación popular, la organización de excursiones para las localizaciones, búsqueda de información y documentación. Tal y como explican desde la asociación, cada término que se recupera sirve para conocer también la historia que hay detrás de ese lugar y para amar más la tierra.
En Longás/Longars se ha contado con la colaboración del ayuntamiento de la localidad y de la Asociación Cultural Chinela. Con este proyecto, en el que se recogen 380 topónimos, se ha buscado oficializar los nombres de toda la vida para evitar la pérdida de los mismos y, especialmente, para sacar del olvido la historia ya que, a través de los topónimos, se puede conocer cómo era la vida de la gente, los usos que le daban a la tierra y a los recursos.
Por su parte, desde el departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda y la Comisión Asesora de Toponimia de Aragón, se ha explicado que la toponimia es parte de la cultura y es responsabilidad protegerla porque su desconocimiento y olvido ha llevado a que se comentan errores o deformaciones de los nombres de los lugares en la cartografía oficial.
La diversidad histórica y geográfica aragonesa tiene su reflejo en la variedad lingüística y, por ende, en la riqueza toponímica. Uno de los objetivos del Gobierno de Aragón, tal y como ha explicado el consejero José Luis Soro, ha sido recuperar y dar a conocer la toponimia autóctona de cada municipio, creada a lo largo de los siglos por sus vecinos.
La Comisión Asesora de Toponimia de Aragón se creó en 2016 y tiene entre sus funciones determinar los nombres geográficos a incluir en el Nomenclátor de Aragón y adoptar las medidas necesarias para impulsar la normalización de los nombres geográficos y promover su conocimiento, uso normalizado y valor como patrimonio cultural inmaterial.
Para ello cuenta con un importante grupo estable de expertos que realiza su tarea de forma altruista, así como con la colaboración, igualmente desinteresada, de estudiosos e investigadores de cada territorio concreto, además de las imprescindibles aportaciones que las entidades locales (comarcas o ayuntamientos) llevan a cabo en cada caso.
En estos trabajos se realiza una recopilación de los topónimos tradicionales. Se incluyen los nombres autóctonos con los que se identifican barrancos, balsas, caminos, corrrales, cuestas, cuevas, cruces, ermitas, fincas, fuentes, mases, norias, prados, rincones, saltos… y tiene como objetivo conservar y proteger un patrimonio lingüístico y cultural que corre el peligro de perderse en el olvido, informa el departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda en una nota de prensa.
“Con esta iniciativa se busca favorecer la conservación de este patrimonio lingüístico y su transmisión y difusión a toda la población en general” ha explicado Ignacio López Susín, director general de Política Lingüística, quién ha añadido “emana del trabajo llevado a cabo en los últimos meses por la Comisión Asesora de Toponimia de Aragón”
En colaboración con la Dirección del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y la comarca de Sobrarbe se impulsó la creación de dos folletos de toponimia que recogen el patrimonio de topónimos a través de los cuales se cuenta la historia del lugar.
Desde el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido se explica el objetivo de impulsar la protección de los valores naturales y culturales de un paisaje vinculado a los usos tradicionales de sus pobladores.
Las personas de la zona, a lo largo de la historia, se han aliado con la naturaleza para modelar el impresionante paisaje de los valles, puertos y la alta montaña, al tiempo que nombraba cada rincón. Todo esto supone una importante fuente de información sobre la geografía, la geología, la fauna, la flora, así como de las historias y leyendas.
En Torre de Arcas/Torredarques, se ha contado con la colaboración de la comarca del Matarranya y con la Asociación Cultural Montnegrell.
El trabajo de recopilación se ha llevado a cabo con un proceso de participación popular, la organización de excursiones para las localizaciones, búsqueda de información y documentación. Tal y como explican desde la asociación, cada término que se recupera sirve para conocer también la historia que hay detrás de ese lugar y para amar más la tierra.
En Longás/Longars se ha contado con la colaboración del ayuntamiento de la localidad y de la Asociación Cultural Chinela. Con este proyecto, en el que se recogen 380 topónimos, se ha buscado oficializar los nombres de toda la vida para evitar la pérdida de los mismos y, especialmente, para sacar del olvido la historia ya que, a través de los topónimos, se puede conocer cómo era la vida de la gente, los usos que le daban a la tierra y a los recursos.
Por su parte, desde el departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda y la Comisión Asesora de Toponimia de Aragón, se ha explicado que la toponimia es parte de la cultura y es responsabilidad protegerla porque su desconocimiento y olvido ha llevado a que se comentan errores o deformaciones de los nombres de los lugares en la cartografía oficial.
La diversidad histórica y geográfica aragonesa tiene su reflejo en la variedad lingüística y, por ende, en la riqueza toponímica. Uno de los objetivos del Gobierno de Aragón, tal y como ha explicado el consejero José Luis Soro, ha sido recuperar y dar a conocer la toponimia autóctona de cada municipio, creada a lo largo de los siglos por sus vecinos.
La Comisión Asesora de Toponimia de Aragón se creó en 2016 y tiene entre sus funciones determinar los nombres geográficos a incluir en el Nomenclátor de Aragón y adoptar las medidas necesarias para impulsar la normalización de los nombres geográficos y promover su conocimiento, uso normalizado y valor como patrimonio cultural inmaterial.
Para ello cuenta con un importante grupo estable de expertos que realiza su tarea de forma altruista, así como con la colaboración, igualmente desinteresada, de estudiosos e investigadores de cada territorio concreto, además de las imprescindibles aportaciones que las entidades locales (comarcas o ayuntamientos) llevan a cabo en cada caso.