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Salen de sus casas los últimos vecinos de la zona sur de Pui Pinos que quedaban Salen de sus casas los últimos vecinos de la zona sur de Pui Pinos que quedaban
Operarios trabajan en la zona, por encima de las viviendas, para la colocación de las mallas flexibles

Salen de sus casas los últimos vecinos de la zona sur de Pui Pinos que quedaban

Volverán a recoger cosas en accesos controlados de fin de semana cuando la obra esté parada
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Los vecinos de los números 67 a 75 de la ronda de Teruel de Alcañiz que todavía permanecían en sus domicilios salieron este lunes, antes de las ocho de la mañana, de Aunque la gran mayoría ya las habían dejado la semana pasada, antes incluso de que comenzaran a instalar las primeras pantallas de seguridad que han de proteger los inmuebles ante desprendimientos que se puedan producir mientras duren las obras de vaciado del cabezo. 

Las piezas para el montaje de esta estructura protectora llegaron desde Suiza a finales de la semana pasada, cuando comenzaron ya a instalarse en la parte baja de la ladera, por encima de las viviendas de la Ronda de Teruel. 

La salida de los primeros desalojados abre a partir de ahora un periodo de “incertidumbre” para la decena de personas que han abandonado sus domicilios, porque no saben durante cuánto tiempo estarán fuera, según reconoció David Miranda, uno de los portavoces de la Plataforma de afectados por el deslizamiento del 17 de abril de 2017 e hijo de una de las parejas que  a primera hora de la mañana dejó su casa.

La mayoría de los desalojados  no han esperado hasta el último momento para irse. Hace días que varias familias viven en  pisos de alquiler, algunos facilitados por el Ayuntamiento y otros que se han buscado ellos mismos, como es el caso de los Miranda, que rechazaron las viviendas ofrecidas por el consistorio, “en un caso por ser excesivamente pequeñas y en otro porque no las considerábamos adecuadas, porque eran pisos muy viejos”, reconoció su hijo.

Aunque el lunes de la semana pasada el Ayuntamiento pospuso el desalojo unos días, varias familias decidieron adelantar el traslado. “Unos se fueron hace más de 10 días, otros ya no durmieron la noche del domingo y finalmente los últimos han desalojado antes de las ocho del lunes”, relató Miranda, que calificó de “absoluta incertidumbre” la situación actual. 

A los afectados se les convocaba últimamente los jueves para darles información sobre el desalojo, pero “el último jueves ya no hubo reunión, así que hemos salido sin saber cuánto tiempo estaremos fuera, si podremos volver cuando se vacíe la mitad  del cerro que está sobre nuestras casas y si podremos hacerlo cuando arranque el vaciado de la otra parte o si habrá que estar todo el tiempo fuera”, reconoció el afectado. En su opinión, “es un poco de lo mismo, nunca se sabe qué va a ocurrir”.

Más o menos igual se pronunciaba otra de las portavoces de la Plataforma, Ana Insa, cuyos padres residen al otro lado del cabezo, en la parte septentrional, la zona cuyo vaciado empezará en la segunda fase, dado que la parte meridional (ladera derecha del deslizamiento) es la que presenta mayor “inestabilidad”, según consta en un informe geológico encargado por el Ayuntamiento de Alcañiz. 

Según Insa, “estamos expectantes y a la espera de saber cuándo tocará salir al resto”. De momento, los vecinos que residen junto al barrio Mazador todavía no tienen orden de desalojo”. Lo que saben es que “las obras durarán entre seis y ocho meses, pero no sabemos si el plazo es para todo el cerro o para una parte de éste, si los desalojados en este primer momento podrán volver a casa cuando hayan retirado el escombro de la parte que les afecta o si tendrán que estar fuera hasta que se acabe de intervenir en todo el conjunto. Ni siquiera sabemos si el Ayuntamiento tiene financiación suficiente, como han declarado algunos concejales”, añadió.

Por financiación no será, porque el Ayuntamiento ha ingresado en julio los dos millones de euros pendientes por la obra del nuevo hospital de Alcañiz, un montante que, según declaró la concejal del PAR Berta Zapater, se destinará a sufragar deuda y a obras de emergencia como el saneamiento del cabezo.

Lo que sí podrán hacer los vecinos es volver a sus domicilios los fines de semana, aunque no para dormir, sino para sacar algo que consideren indispensable. Ya ocurrió con las obras de emergencia realizadas en 2017 para la retirada de escombro. Entonces fueron accesos controlados y bajo supervisión y ahora también. “Serán entradas controladas que podremos hacer siempre que no haya maquinaria trabajando”, indicó Miranda. “La maquinaria y los vehículos nos los hemos llevado, pero es evidente que no lo hemos dejado todo vacío”, reconoció el afectado, así que “probablemente habrá que volver en algún momento”.

104.736 euros

Por otra parte, el PSOE de Alcañiz informó también de que tras una reunión con el consejero de Presidencia del Gobierno de Aragón, Vicente Guillén, éste informó de que el Ejecutivo aportará para realizar la obra 104.736 euros, montante destinado a sufragar los gastos extraordinarios que se derivaron del derrumbe. La cantidad cubrirá un pequeño porcentaje de aquellas obras de emergencia, que costaron alrededor de 1,5 millones de euros. Esa partida, según el Ejecutivo autonómico, es la misma que ha aportado el Gobierno central.

Por otra parte, los socialistas criticaron que el equipo de gobierno no presentara un proyecto para la adecuación del cerro a la última convocatoria del Fondo de Inversiones de Teruel (FITE), en el apartado destinado a ayuntamientos. “Hemos perdido 200.000 euros por esa vía”, denunció el secretario de organización del PSOE, Javier Baigorri.

Críticas de Cs

El grupo municipal de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de Alcañiz tachó  al equipo de gobierno PP-PAR de “negligente e insolidario” por no dar prioridad en el presupuesto a los afectados del derrumbe de Pui Pinos y no incluir 1.200.000 euros que el consistorio ha ingresado por el permiso de obras del nuevo hospital, en la partida para las obras de estabilización del cerro”.Su portavoz, Joaquín Galindo, recordó que Cs, junto a otros grupos, presentó una enmienda en la que se proponía consignar en el presupuesto de ingresos el importe mencionado y que éste fuera destinado a las obras, pero el equipo de gobierno se negó.

El edil criticó a PP y PAR por su “falta de diligencia presupuestaria”, pues “destinaron 500.000 euros a las obras de estabilización “cuando era conocido que esta actuación iba a costar un millón y medio”. Galindo lamentó que el consistorio no haya dedicado los fondos suficientes a las obras de Pui Pinos “mientras gastó una gran cantidad en una bandera gigante, sigue pensando en construir una nueva piscina climatizada o cubrir la pista roja de cara a las elecciones municipales de 2019”.