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Sostenibilidad y kilómetro 0 suman más que cinco estrellas al hotel Torre del Marqués

El establecimiento hotelero, adherido a la membresía Small Luxury Hotel, abrirá el 10 de julio
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Con permiso del Covid-19, el 10 de julio abrirá sus puertas la primera membresía internacional Small Luxury Hotel en la provincia de Teruel. Torre del Marqués, en Monroyo, apura las horas para llegar a esa fecha con todas las instalaciones listas para sus clientes. El establecimiento, que tiene reservados los meses de julio, agosto y septiembre -gracias a una política de cancelación muy poco restrictiva de solo 24 horas de antelación-, será el segundo calificado con cinco estrellas en la provincia (el único hasta ahora era el Balneario de Segura de Baños). 

A apenas un mes de que los primeros clientes asistan al estreno, los propietarios del hotel, Óscar García y Marta Goiri, repasan  los últimos detalles para la puesta a punto del hotel y su entorno, en donde parece que no va a faltar de nada para garantizar la máxima tranquilidad y confort. El hotel tiene una piscina exterior (calefactada en invierno), un spa con sauna, jacuzzi, sala de masajes y baño turco, además de distintas terrazas con vistas a las 200 hectáreas de pinar y naturaleza que rodea la finca.

Para la rehabilitación y puesta a punto de esta masía tradicional cuya construcción se encuadra en el inicio del siglo XVIII, la pareja de empresarios madrileños ha invertido en esta primera fase alrededor de tres millones de euros. Casa de veraneo del marqués de Santa Coloma, según consta en la ficha de Patrimonio Cultural de Aragón, pasó por distintas manos hasta llegar a las suyas. Antes fue el empresario valenciano Mariano García Montes quien adquirió la finca y la casona, montó allí una prueba de equitación y reformó la primera planta. Después, la propiedad quedó embargada.

Óscar García y Marta Goiri se encuentran estos días seleccionando al personal del establecimiento, de 18 habitaciones. En total, 36 plazas distribuidas en tres suites y 15 habitaciones, todas dobles y algunas de ellas convertibles en familiares. 

La antigua masía es una construcción tradicional de la que se ha respetado estructura y fachada. Esta se mantiene tal y como se levantó en origen. No obstante para su transformación en hotel de la máxima calificación ha sido necesario añadir dos edificios anexos, ambos construidos con material del entorno. Uno de ellos, a baja altura, acoge los espacios comunes (salas de reuniones, salones, restaurante...) mientras que el segundo es un apoyo que garantiza la disponibilidad de habitaciones suficientes como para garantizar la viabilidad del proyecto hotelero. 

Un proyecto sostenible

El proyecto es obra de Angels Castellarnau, de Estudio Edra Arquitectura Km0 de Ayerbe, en Huesca, que para esta rehabilitación ha realizado una selección de materiales  dirigida a la reducción del impacto ambiental. En este establecimiento no hay hierro ni hormigón armado. Prácticamente todo el edificio está construido con materia prima del entorno. "El 80% del peso del hotel procede de km0 o de km100", explicó la arquitecta.

Tanto para la restauración y adecuación del interior de la masía como para levantar los dos edificios que se han adherido a ella se ha seguido criterios medioambientales, utilizando técnicas tradicionales de construcción de la zona, aunque, evidentemente, tecnificadas y mejoradas. En este sentido, en los pavimentos de las habitaciones se ha utilizado el yeso de Albarracín, que aporta frescura en verano y calidez en invierno, mientras que "en las zonas nobles con más tránsito se ha utilizado el barro cocido, buscando una alegoría a la masía tradicional", relató la arquitecta. A ambos materiales se le suman la madera, como no podría ser de otra manera, los aislamientos de algodón y la arcilla local para los revestimientos en el interior. Finalmente, está la piedra caliza local y el tapial (barro y paja compactada), del que está hecho uno de los anexos a la antigua masía. Posiblemente, según Castellarnau, este anexo de tapial sea uno de los edificios en construcción de mayor volumen de todos los que se han hecho en Europa con este material. Y como detalles dentro de las habitaciones destacan las pilas de cerámica realizadas por una ceramista de Monroyo.

La estrategia arquitectónica utilizada por Castellarnau es la de "utilizar materiales poco manufacturados de manera que, en cuanto se acabe la vida útil del edificio, éstos se puedas reintegrar fácilmente en su entorno y en la naturaleza, puesto que no generan impacto". En este sentido, "al ser una ejecución de materiales poco tecnificada conseguimos reducir en más del 50% las emisiones de CO2 inherentes al edificio", indicó. 

El edificio tiene la vocación de ser sostenible y autosuficiente. En la cubierta de los aparcamientos, que están separados del hotel, hay 100 kv de energía solar instalada que abastece toda la demanda energética del establecimiento. Asimismo, gracias al enorme pinar que rodea la finca, se ha planificado una gestión de astilla del bosque para realizar la climatización del establecimiento y calentar el agua del spa y del hotel. Según Angels Castellarnau, "evidentemente se ha previsto una conexión eléctrica por si fuera necesario en picos de consumo, pero el hotel puede ser autosuficiente". Los materiales utilizados en el interior favorecen el autocontrol térmico. 

En este sentido, es reseñable la misma entrada al establecimiento, un "invernadero" -con cubierta acristalada por la que entran los rayos del sol- desde el  que se potencia la circulación del calor hasta diferentes estancias que se encuentran a uno y otro lado de éste.

En cuatro semanas el hotel Torre del Marqués recibirá a sus primeros clientes. Lo hará varios meses después de lo previsto. La pareja propietaria hubiera querido abrir en abril, pero distintas circunstancias lo han impedido. Lo último ha sido el Covid, pero antes vino la borrasca Gloria y la primavera lluviosa de este 2020 y que ha impedido que las obras avanzaran al ritmo al que a Óscar García y Marta Goiri les hubiera gustado. 

Un entorno auténtico

El 10 de julio Hotel Torre del Marqués abrirá sus puertas, aunque el establecimiento no será exclusivo para los clientes alojados. El restaurante y el bar, así como el spa y las dos salas de reuniones estarán disponibles para su alquiler durante los meses que permanezca abierto, en principio, desde marzo a diciembre, dejando enero y febrero "para las vacaciones de los trabajadores y la puesta a punto del hotel", explicaron García y Goiri. Para ambos enero y febrero son "los meses más desapacibles" en la zona con un invierno muy frío y de bajas temperaturas.

El hotel Torre del Marqués está dirigido a un turista "de alto poder adquisitivo", señala la pareja, un cliente que Marta Goiri, propietaria de una agencia de viajes de lujo desde hace nueve años, conoce al dedillo. Ambos consideran que su cliente objetivo valora enormemente lo que ofrece la comarca del Matarraña al visitante, esto es, "un paisaje, un entorno, una arquitectura tradicional que ha mantenido toda su autenticidad", señalan. Creen que será así, y recuerdan que Small Luxury Hotels ya ha creado el destino Matarraña en su cartera. 

 “Aquí hay una autenticidad que no se encuentra en otros lugares, y es lo que ahora están buscando los clientes de este segmento”, enfatizó Goiri. En este segmento del turismo “ha habido muchas modas, y estos son clientes que han experimentado el lujo extremo, pero ahora hay como una vuelta no a lo básico, pero sí a buscar un buen servicio, estar a gusto, a disponer de buena comida, con un entorno confortable y sin ostentaciones. Hay gente que ya está harta del gran lujo y buscan escapadas con buenas comodidades, buena comida y en donde se encuentren a gusto”.