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Valderrobres despide a Elvira Hidalgo con la música con la que triunfó en los escenarios Valderrobres despide a Elvira Hidalgo con la música con la que triunfó en los escenarios
De i. a d., Josefina Puyo, Joaquín Gil y Manolo Siurana, de la Fundación Valderrobres Patrimonial, salen de la iglesia con los restos de Elvira Hidalgo y la lápida

Valderrobres despide a Elvira Hidalgo con la música con la que triunfó en los escenarios

Sus restos fueron enterrados en el cementerio tras inaugurar una sala en el Museo en su memoria
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Una antología de ópera y zarzuela despidió este domingo en la iglesia de Santa María La Mayor de Valderrobres a Elvira Hidalgo 127 años después de su nacimiento. Con sus restos mortales repatriados desde Italia y la presencia de su familia española, las voces de la soprano Laura Úbeda, del tenor Ángel Santolaria y del barítono Pascual León (de la Asociación Amigos de la Música de Zaragoza) dieron el adiós definitivo a esta cantante de ópera y maestra de canto que llevó con sus consejos y enseñanzas hasta lo más alto de los escenarios a la mítica soprano María Callas.

El canto lírico, con piezas de Puccini, Arrieta, Sorozábal, Gounod, Lara, Alonso, Bellini -uno de sus compositores preferidos- Serrano y Moreno Torroba, dieron la puntilla al homenaje que le rindió Valderrobres a esta cantante española nacida en el pueblo un frío 28 de diciembre de 1891 y fallecida en Milán (Italia) 89 años después.

El concierto precedió a la inhumación en el cementerio municipal de los restos, que, en el interior de un pequeño ataúd, fueron depositados en torno a las tres de la tarde en el panteón de la Fundación Valderrobres Patrimonial, organizadora y artífice de que Elvira Hidalgo descanse por fin en el pueblo en el que fue bautizada bajo el nombre de Elvira Rodriguez Roglán.

Al término del concierto lírico, la banda de cornetas y tambores de la cofradía del Santo Entierro acompañó la salida de los restos ante la presencia de varias decenas de personas que habían asistido a la misa funeral y al concierto en su honor. 

El entierro en el cementerio estuvo abierto al público, por ser  un día “festivo”, en palabras del director de la Fundación, Manolo Siurana. No en vano, aquella mujer nacida casi por casualidad en Valderrobres en la última década del siglo XIX y que triunfó en los mejores teatros de Europa en los años 30 era recibida en el pueblo en el que nació para descansar “esperemos que para siempre”, apostilló Siurana, y en una sepultura digna.

En cualquier caso, la hora hizo que sólo una veintena de personas -entre familia, miembros de la Fundación y algunos aficionados al mundo de la ópera- asistieran al que parece el último sepelio de Elvira Hidalgo. Bajo su lápida, en la que se la define como “valderrobrense ilustre, gran cantante lírica y maestra de María Callas”, fueron depositados distintos ramos de flores.

En el cementerio se pronunciaron las últimas de las palabras que estos días se le han dedicado durante los distintos actos de homenaje que en la Semana Cultural se le han tributado. Entre éstas las que pronunció LLorenç Gallifa, uno de sus sobrinos nietos, que valoró el trabajo realizado por la Fundación recordándole a su director que “con este esfuerzo de recuperar sus restos, ha creado unidad”. Después, Gallifa explicaba el significado de estas palabras: “mi madre me ha comentado en más de una ocasión que Elvira Hidalgo estuvo alejada de su familia debido a los viajes que tuvo que realizar por su profesión, y éste acto ha servido para que la familia tenga un reencuentro consigo misma y con ella”.

La cantante lírica, que desde el 21 de enero de 1980 estaba enterrada en el cementerio de Milán, tiene por fin una tumba definitiva en la que descansar, y los amigos y discípulos que en el año 2000 costearon una osera por 20 años más -en 2020 caducaba la propiedad- podrán respirar tranquilos, porque Elvira Hidalgo se ha salvado de ir a parar a la fosa común.

Precisamente esta circunstancia fue lo que motivó la repatriación, con la autorización de la familia, de los restos hasta Valderrobres, algo que, tras un año y medio de vicisitudes, consiguió finalmente la Fundación hace unos meses.

La tumba podrá ser lugar de peregrinación para quienes ahora empiezan a descubrir a una de las figuras del bel canto mas importantes que ha tenido nuestro país. La película María by Callas, estrenada recientemente y que  se proyectó en Valderrobres en el marco de los actos de la Semana Cultural, ha ayudado a rescatar del olvido la figura de la que fuera maestra y consejera de la Callas, que en la película evidencia lo que su maestra representó en su vida.

La familia 

Las dos sobrinas españolas que todavía quedan con vida, Elvira y Raquel Sala Rodríguez, manifestaron su felicidad por la recuperación de la memoria de su tía. “Nunca nos hubiéramos imaginado lo que podrían hacer en su memoria, y ella se sentiría orgullosa de recibir un homenaje así, cosa que en España no se ha hecho nunca”, comentaron Raquel y Elvira, que evocaron en algunos momentos  la personalidad de la cantante, una persona “muy agradable, trabajadora y muy buena, pero con mucho carácter”. Ambas se mostraron convencidas de que “estaría emocionada”. 

Tras asistir a la inauguración de la sala del Museo que le rinde homenaje, Raquel y Elvira reconocieron que siempre pensaron que exhumar los restos de su familiar sería casi imposible. “Era muy difícil traer sus cenizas desde Milán, pero lo han conseguido con tesón y mucho esfuerzo”, señalaron estas dos mujeres, de 92 y 95 años.

Uno de los más satisfechos  era el director de la Fundación Valderrobres patrimonial. Manolo Siurana dio por cerrada una fase importante en lo que concierne a la figura de la cantante y a los objetivos que se había marcado el pueblo. “Todo lo que ha costado mucho conseguir da una enorme satisfacción”, reconoció. 

También satisfecho con lo acontecido se mostró el alcalde, Carlos Boné, quien consideró que “lo que hemos hecho hoy es reconocer y poner en el lugar en que le corresponde a una de las vecinas más ilustres de nuestro pueblo con la que los valderrobrenses teníamos una deuda pendiente”. Para Boné, “había que intentar traerla hasta aquí, y el esfuerzo ha valido la pena”.  Gracias a la Semana Cultural que se ha desarrollado en los últimos días, “los valderrobrenses hemos podido conocer más a fondo a esta mujer que tuvo una gran importancia en el mundo de la música”, añadió. 

Para el alcalde, la exposición del Museo ha quedado “completa”, gracias a que “tenemos trajes originales, réplicas, efectos personales de la cantante... con todo nos podemos hacer una idea de lo que fue su vida y su trayectoria profesional, y estamos muy orgullosos con el resultado”.

Y si su tumba es lugar de veneración para los aficionados a la ópera, también lo podrá ser la sala del Museo que  inauguró el Ayuntamiento en honor a la cantante y que acaba de incorporar algunos de los objetos personales que le pertenecieron y que han cedido por un lado la familia y por otro Bruno Antoniolli y Mauricio Capusoni, dos de sus amigos italianos. En la sala se exponen la Gran Cruz de Isabel la Católica al merito civil que le entregó el Gobierno de España, un amuleto que le perteneció y que según la familia “siempre llevaba encima”, un collar de plata, un brazalete que portó en la ópera Lakmé, entre otros objetos que le pertenecieron.

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Todos ellos se exponen junto a las  reproducciones -realizadas por la modista y diseñadora Mercedes Insa de Alcañiz- de tres trajes de ópera que portó Elvira Hidalgo en los mejores teatros de Europa, dos de ellos de la ópera El barbero de Sevilla y uno de otra obra que no se ha identificado. Junto a éstos, un cuarto traje de calle de época. 

En esta sala hay dos vestimentas originales que ha cedido el Institut del Teatre (institución dependiente de la Diputación de Barcelona) por 10 años, previa restauración costeada por la Fundación. Uno de ellos es un traje completo de la ópera Manon  y la otra pieza es un chaquetín de la misma obra.

La sala se completa con un retrato de Elvira Hidalgo realizado por el pintor belga Gastón Potmans, con la lápida de la osera del cementerio de Milán y con una veintena de reproducciones de esbozos de figurines y escenografía que el Institut del Teatre de Barcelona tenía sobre distintas óperas en las que la soprano participó, entre ellas Romeo y Julieta, Tosca, La flauta mágica, La Bohème, y otras.

Más adelante, la Fundación añadirá las cartas personales que la familia y sus amigos italianos han cedido al Museo en estos últimos días. Cartas que tienen que ser estudiadas y analizadas antes de que formen parte del conjunto de la exposición, según el director de la Fundación, que ya avanzó que “se expondrán en una vitrina especial para que todo el mundo pueda verlas”. Algunas son entre Hidalgo y sus discípulos y otras entre ella y María Callas.

La unidad expositiva

Y del conjunto y unidad expositiva que merece esta sala se habló mucho  en Valderrobres. Lo hizo en distintas ocasiones el director de la Fundación, quien declaró que “es voluntad de la familia de Elvira Hidalgo que todas sus prendas estén en el mismo Museo” y que “están dispuestos a explicárselo a quien sea, porque sería incomprensible que no fuera así”, lo que corroboraron después sus familiares.

Las piezas a las que se refería Siurana son varios trajes que pertenecieron a la soprano y que un sobrino nieto italiano de Hidalgo entregó en 2003 a Margarita Celma, maestra de Valderrobres que está preparando una tesis doctoral sobre la cantante. Los trajes, según la Fundación, le fueron entregados para que los depositara en el Ayuntamiento de Valderrobres, aunque Celma aseguró  a este periódico que los recibió para poder realizar su trabajo de investigación. La negociación para la cesión de las vestimentas al Museo quedó truncada el año pasado entre Ayuntamiento e investigadora, que ha terminado cediéndolas en depósito al Gobierno de Aragón, que se habría comprometido a restaurarlas. 

La polémica se acrecentó  tras publicarse unas declaraciones de Celma recogidas por la agencia Efe en las que aseguraba que ella fue quien comunicó al Ayuntamiento de Valderrobres que en 2020 los restos de Elvira Hidalgo pasarían a la fosa común, algo en lo que  se ratificó la docente y que también  desmintió el director de la Fundación. Según Siurana, “no dudamos de que Margarita Celma lo supiera desde hace 15 años, pero en 15 años no ha movido un dedo por hacer nada con la tumba y no sabemos por qué se atribuye este mérito”.

En relación a la polémica que ha rodeado los trajes, también se pronunció el alcalde: “espero que la gente actúe con responsabilidad y coherencia y que las vestimentas puedan exponerse en Valderrobres, que es donde tendrían que estar desde hace mucho tiempo; también deseo que el Gobierno de Aragón, que los tiene bajo custodia, entienda que han de estar en el Museo para que los pueda ver todo el mundo”. 

En cualquier caso, para el director de la Fundación, “la exposición es muy completa, puesto que tenemos ocho vestimentas, dos de ellas originales, por lo que consideramos que la exposición sobre Elvira Hidalgo ha sido muy digna”.