La selección española de fútbol empató el sábado en Noruega, un resultado que a priori podría resultar sorprendente, ya que sobre el papel somos mejores que ellos. Pero mucho más sorprendente a mi modo de ver, resultó la rueda de prensa del seleccionador actual, Robert Moreno. Lejos de achacar el empate, que además fue en el tiempo de descuento, a la mala suerte, decisiones arbitrales o fallos de los jugadores, entonó un mea culpa difícil de ver hoy en día en el mundo del deporte. Vino a decir que quizás no supo transmitir determinados conceptos tácticos importantes para ese partido a sus jugadores, y que su último cambio podía considerarse demasiado defensivo y quizás erróneo… el empate fue en el minuto 93, es decir la selección estuvo a un par de minutos de la victoria, pero aún así Robert asumió su responsabilidad sin achacar nada a nadie.
Sus palabras me hicieron reflexionar, cuánto cuesta encontrar alguien tan honesto, tan íntegro, no ya en el mundo del fútbol ni del deporte en general, sino en cualquier ámbito de la vida. Y ya no sólo el ser honesto, sino además salir y decirlo en una rueda de prensa que ven y analizan millones de personas. Mi reflexión va también dirigida a esos otros ámbitos, por ejemplo ahora tenemos encima de la mesa un gran problema con Cataluña, pues bien, no he visto ni oído ningún mea culpa por parte de nadie, más bien lo contrario, más leña y gasolina al fuego. Sin posicionarme en ningún lado, digo yo, que alguien quizás en algún momento hizo algo mal, ¿no sería momento de reflexionar, dialogar y analizar los hechos pasados para ver que se hizo mal? Está claro que es una pregunta retórica, porque nadie va a hacerlo, más bien lo contrario.
Incluso en el ámbito personal de cada uno, pasa que siempre (como en el fútbol) hay excusas para casi todo, excusas que suelen ser factores externos en los que nuestra actitud o comportamiento no influyen y por lo tanto parece que nos exculpan de cualquier responsabilidad. Y como digo, a mi por lo menos me ha hecho pensar, porque como dijo Robert Moreno, el mea culpa sirve para analizar los errores propios, y sobre todo no volver a cometerlos, y esto es muy valioso para el deporte, pero aún más para la vida misma.