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Toni Fernández

Y saltó la bomba, algo que ya llevaba meses, incluso años mascándose, parece que se anunció de forma sorpresiva e incluso precipitada. Ahora sí, se acabó el fútbol de antes, el romántico, el del amor a los colores, en definitiva el de la gente… pero, ¿es ahora cuando nos damos cuenta? 
Para mí el fútbol profesional de primer nivel lleva ya muchos años, más de los que nos pensamos, corrompido, podrido, no sé si son las palabras que exactamente  lo definen, pero seguro se acercan mucho. Ya estamos acostumbrados a  jeques, multimillonarios asiáticos o rusos, o simplemente que alguien con mucho dinero sea dueño de un club, alguien que no siente colores desde luego, alguien que no pisa un estadio, alguien que no conoce a ningún presidente de una peña de aficionados, y alguien que hasta dudo sepa que es un fuera de juego… pero no sólo eso, equipos que pagan traspasos y sueldos multimillonarios, una cifra de 130 millones, para que se vea bien 130.000.000 euros , por un traspaso, o sueldos que salen a 2.500 euros la hora, te vas a dormir 7 horas , te despiertas y has ganado 17.500 euros… Televisiones pagando millones y millones por retransmitir competiciones, creo que todo esto era ya una burbuja, que se escapa de toda lógica y como digo algo de podrido y corrompido ya tenía, no sé hasta que punto sostenible.
Ahora se propone un negocio privado, al fin y al cabo una empresa, con unos pocos socios, que genere mucho dinero, y realmente en su derecho están, otra cosa es que todo eso del fair play, la competición, y el deporte sea lo importante o realmente lo importante es el dinero. Y como aficionado puedo estar a favor o en contra, ver buenos partidos semanalmente puede ser bueno, o malo si en un momento determinado se pierde el interés por ser ya algo habitual. 
Ligas, Federaciones, UEFA, FIFA… se echan las manos a la cabeza, amenazan, cuando ellos proponen partidos de liga en Miami, finales de Copa en no se sabe dónde, y Mundiales en países con dudosas leyes y nula afición al fútbol , pero eso sí, todos esos sitios ponen la pasta por delante, mientras los organizadores siguen privando a los verdaderos aficionados de poder ver en directo y en el campo a sus equipos. Por eso no es nuevo todo esto, ya tenía muy mala pinta, pero aquí todo el mundo quiere su parte, y cuanto más mejor, realmente es la avaricia y la desigualdad que impera en el mundo real.