Quién lo diría, un mes ya desde que nuestras vidas cambiaron radicalmente, nadie nos podíamos imaginar que en un mundo como el actual, lleno de tecnología y telecomunicaciones, donde el ritmo diario es como una apisonadora que no nos deja apartar la vista y ver más allá del corto plazo. Hoy parece que si lo hacemos, o por lo menos lo intentamos, como ya dije semanas atrás, este virus cambiará muchas de las cosas que dábamos por ciertas en el mundo, y que seguramente el día de mañana serán diferentes, no sé si para mejor o peor, pero seguro que diferentes.
Ahora desde el silencio de las calles, añoramos cosas que nos parecían vulgares tan sólo hace unos días. Cada cual tiene sus preferencias, pero ¿A quién no le apetece un partido de palas en la playa? ¿una ruta senderista por la montaña? ¿ó simplemente unos tiros a canasta con tu hijo, tu hermano o tu amigo? Hechos tan mundanos y tan poco valorados, poder hacerlos ahora serían una joya, incluso pagaríamos por ello.
Muy pocos deportes se pueden practicar desde casa en condiciones normales, así que de momento toca seguir esperando, siendo responsable y aguantando una situación donde la salud de todos es lo primero. Luego ya llegarán pequeños momentos deportivos que en el día a día no valorábamos lo suficiente y que ahora nos hacen pensar, que muchas veces la felicidad nos la dan pequeñas cosas, un salida en bicicleta, un partido de volei, dar patadas a un balón contra una pared a modo de portería, o simplemente salir a correr un rato… a los que nos gusta el deporte, poco o mucho, y sobre todo practicarlo, nos damos cuenta lo que ayuda a sentirse bien, físicamente y psicológicamente.
Quizás el salir a practicar deporte en solitario sea algo que puedan ir permitiendo poco a poco, habrá que aprovecharlo, pero sobre todo siendo responsables, con moderación y evitando, en la medida de lo posible, accidentes que puedan perjudicar aún más toda esta situación. Ya vendrán tiempos mejores, en los que practicar el deporte que nos gusta vuelva a convertirse en algo cotidiano, pero a ver si a partir de ahora no olvidamos la importancia que tiene esas pequeñas prácticas.