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Arrancan las obras para convertir la Casa de la Comunidad de Albarracín en un museo Arrancan las obras para convertir la Casa de la Comunidad de Albarracín en un museo
En la imagen, los restauradores trabajando en la sala principal del edificio, donde hay pinturas de grisallas

Arrancan las obras para convertir la Casa de la Comunidad de Albarracín en un museo

La Fundación Santa María es la encargada de los trabajos
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La Fundación Santa María de Albarracín inició el pasado mes de julio las obras para convertir la antigua Casa de la Comunidad de Albarracín en el Museo del Territorio. 

Los trabajos programados para esta primera fase se centran en la reinstalación eléctrica del edificio, con la ejecución de sus  pertinentes rozas murales para las conducciones ocultas, y el cableado de las mismas. Además, se actuará en el cuarto de calderas y se eliminaran las humedades. Por otro lado, se hará un tratamiento en los suelos de yeso y se repintarán los paramentos de toda la construcción.

Especial interés dedicarán los técnicos a la restauración de la sala principal, que presenta restos muy dañados de las pinturas que pudo tener el en el siglo XVI. Toda la habitación estuvo decorada con diferentes imágenes religiosas en grisallas, aunque al añadirle posteriores capas de yesos repicaron esta  policromía inicial, que apareció en la primera rehabilitación que hizo la fundación en el año 2008. Entonces se inició el proceso de recuperación que culminará ahora. 

Son pinturas de orden religioso, con la Virgen en uno de los paramentos entre algunos corderos y árboles al pie de la misma, en clara sintonía con el escudo de la comunidad histórica de Albarracín. En el muro paralelo aparece otra imagen masculina junto con algunos animales fantásticos, entre recercados de sencillas líneas pintadas, que se quieren dibujar en el muro frontal de la misma, donde también apareció el hueco de una chimenea.

Ventana con asiento 

Este es el espacio más relevante de la casa y cuenta con una sola ventana con un doble asiento enfrentado, tallado  en piedra y alojado en el grueso muro de la edificación, que permitía una clara visión de la denominada Placeta de la Comunidad, desde la que se accede al edificio.

En la segunda planta del edificio, se localizan destacadas salas con repintes de zócalos distintos; el que pudo ser el despacho del juez, con un gran armario de madera con triple cerradura, y sus contiguas alcobas también profusamente decoradas.

Con posterioridad, está previsto abordar la primera fase de la mejora de los almacenes de la Catedral y una nueva fase de intervención de la primera muralla de Albarracín, en la que ha actuado de forma gradual en años consecutivos con el apoyo de la Dirección General de Patrimonio.