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Celadas y su gran y desconocido y monumental castillo-palacio de la Orden de San Juan Celadas y su gran y desconocido y monumental castillo-palacio de la Orden de San Juan
Castillo de Celadas, en la actualidad

Celadas y su gran y desconocido y monumental castillo-palacio de la Orden de San Juan

El edificio alberga, desde los años 40, la sede del Ayuntamiento y otras dependencias públicas
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Por Javier Ibáñez, Rubén Sáez & José F. Casabona

El Castillo de Celadas se sitúa en la parte más alta de la loma sobre la que se asienta el pueblo, emergiendo por encima del caserío, junto con la monumental iglesia. Desde los años 40, el edificio alberga el Ayuntamiento y otras dependencias públicas.

Se trata del castillo-palacio más grande y mejor conservado de toda la Comarca Comunidad de Teruel; dentro de su tipología, no tiene parangón en un radio de más de 40 km. a la redonda. Sin embargo, hay muy escasas referencias documentales al edificio, lo que dificulta su estudio, rodeándolo de una cierta aureola de misterio.

El edificio

Pese a las transformaciones realizadas, el antiguo castillo-palacio conserva, en esencia, su estructura original. Construido con una sólida sillería, está formado por un cuerpo central en el que se abre la puerta principal (con arco apuntado al exterior y rebajado al interior), flanqueado por sendas torres de planta cuadrada.

Su fábrica original incorporaba, al menos, diez aspilleras, en gran medida destinadas a defender la zona de la entrada. Una parte importante de las mismas y de los demás vanos existentes, fueron objeto de distintas transformaciones en la rehabilitación de Postguerra. En cuanto al interior, se mantiene la estructura de dos crujías de distinta anchura, aunque se encuentran enmascaradas por tabiques y enlucidos.

Aureola de misterio

En origen, el conjunto era más amplio e incorporaba otras edificaciones en su parte posterior. De ellas se conservan diversas estructuras, integradas en nuevas edificaciones, entre las que destacan un paramento de sillería, dos basas de columnas góticas y una aspillera destinada a defender la parte trasera del edificio.

Pese a su notable entidad, el Castillo ha sido objeto de muy pocos estudios, en gran medida debido a la aparente escasez de fuentes documentales. No se conoce ninguna cita segura al mismo durante la Baja Edad Media y no se sabía a ciencia cierta quien lo había construido. Parecía haber salido de la nada. En el siglo XIX se refieren a él como “fortificaciones moriscas”.
 

Fachada principal en el año 1941, indicando las aspilleras documentadas


Más recientemente, Cristóbal Guitart defendía acertadamente que había sido construido por algún comendador sanjuanista, aunque no llegaba a concretar bien su cronología (siglos XV o XVI). Por el contrario, Segismundo Ubed le otorgaba fechas mucho más tempranas (1330), vinculándolo con un noble local y considerando que el rey Pedro IV había estado alojado en él durante la epidemia de Peste Negra. En un reciente estudio, incorporado en las III Jornadas sobre el Territorio de Monte Gaudio, hemos ordenado la información disponible y aportado algún nuevo dato sobre su funcionalidad, lo que arroja una nueva luz sobre el edificio.

El Castillo pudo asentarse sobre la “casa de Miota de Celades”, perteneciente a la Orden militar de Monte Gaudio, construida entre 1174 y 1196; durante buena parte de ese periodo, la propia aldea de Celadas había pertenecido a estos monjes guerreros; pero, tras distintas vicisitudes, la aldea pasó a manos de la Villa de Teruel (quedando posteriormente integrada en su Comunidad); a pesar de ello, Monte Gaudio retuvo numerosas propiedades y el patronazgo de la iglesia parroquial, con sus importantes rentas asociadas. Al fusionarse en 1196 la Orden de Monte Gaudio con la del Temple, este edificio y demás derechos y propiedades pasaron a manos de los templarios, que los retuvieron hasta su trágica disolución, momento en el que pasó a los sanjuanistas.

Sanjuanistas

Fueron los sanjuanistas los que construyeron el actual edificio en el siglo XV, como sede de la Orden en Celadas. Se concibió para desempeñar múltiples funciones; una de las más importantes era la de albergar las cuantiosas rentas en especie asociadas tanto a la iglesia parroquial, como a sus múltiples propiedades situadas en Celadas; además de ese carácter económico-administrativo, el edificio debió desempeñar usos residenciales y una clara función representativa; también un uso religioso, al contar con una capilla de entidad en su interior; en cuanto a su carácter defensivo, éste se encuentra plenamente justificado, dada la compleja situación bélica del siglo XV.

Todo ello explica su amplitud y buena calidad arquitectónica; pero dicha polifuncionalidad determina que pueda aparecer en la documentación referenciado de muy diversas formas (almacén, “arsenal”, ermita, casa), además de como “castillo”.

En el año 1583, se decidió la sustitución de la antigua iglesia parroquial por un edificio de nueva planta, que respondiera mejor a la nutrida población. Como se quería construir en el mismo emplazamiento, era necesario demoler el anterior templo, por lo que el párroco solicitó la autorización episcopal para el traslado del Santísimo Sacramento a la “iglesia del Castillo durante el tiempo que durase la reedificación de la Iglesia Mayor”. Esta situación se prolongó hasta 1588, ejerciendo la capilla castral la función de parroquial durante cinco años. Sin embargo, aunque a partir de ese último año dejó de desempeñar ese uso, la capilla se acabó transformando en una ermita integrada en el ciclo litúrgico, con la advocación de la Virgen de la Concepción, también conocida como Nuestra Señora del Castillo. Por si existía alguna duda, en la visita pastoral de 1721 se dice que dicha ermita “está dentro del Castillo”; y en 1732, incluso se instituye un beneficio eclesiástico en favor de la “Virgen de la Concepción del Castillo”.
 

Exposición permanente, situada dentro del castillo


Pero éstas no son las únicas menciones existentes al edificio durante la Edad Moderna; en 1779 se indica qué para conservar el grano y otros fines, “la Orden de San Juan tiene en el propio lugar de Celadas una Casa y Arsenal”; los límites que establece parecen indicar que los sanjuanistas, además del Castillo, poseían una cerrada anexa bastante extensa, que comprendía espacios actualmente ocupados por edificios de viviendas. En 1790 se vuelve a mencionar como “graneros y cerrado a ellos contiguo”. En la cartografía de 1916 aparece reflejado el “Barrio del Castillo”.

La restauración

Pese a su solidez, el Castillo sufrió daños apreciables durante la Guerra Civil, momento en el que el 88 % de los edificios de Celadas fueron destruidos o sufrieron graves daños.

Fue rehabilitado en 1941-42 por el Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones, que invirtió 95.165,38 pts. El proyecto fue realizado por José María Lafuente, arquitecto que, teniendo en cuenta el contexto en el que se realizaron las obras, demostró poseer un criterio bastante avanzado. Pese a ello, fue objeto de algunas transformaciones importantes, como el recrecimiento de las torres y la sustitución de aspilleras por ventanas.

Desde ese momento, el edificio pasó a desempeñar la función de casa consistorial, habiendo sido objeto de otras dos nuevas rehabilitaciones parciales.

Nueva exposición

Desde hace unos meses, en la planta baja del edificio se ha instalado una exposición permanente sobre el interesante Patrimonio Cultural de Celadas; se ha realizado (junto con una mesa de interpretación instalada fuera al edificio) dentro de un proyecto colaborativo con los ayuntamientos de Camañas y Escorihuela, cofinanciado por ADRI Teruel. En ella se pasa revista a la intensa relación de Celadas con varias órdenes militares, durante más de seis siglos y medio; primero con Monte Gaudio que, pese a su corta existencia, fue la creadora de la aldea primigenia; después con el Temple, que contribuyó a su consolidación; y por último con la Orden de San Juan, que construyó la actual iglesia y el Castillo. Un apartado importante de la exposición es el dedicado a la propia fortaleza palacial.

En otro apartado se aborda el tema del Patrimonio Cultural de Celadas, destacando la Fuente Vieja, una obra casi desconocida de Pierres Vedel; la imponente Iglesia de Santo Domingo de Silos, obra del maestro Pedro Texado; el amplio repertorio de ermitas y peirones de Edad Moderna; y el Patrimonio Bélico y la Arquitectura de Postguerra, que marcan el pasado reciente del municipio.

Por último, en la exposición se dedica un atril a Torralba, la aldea perdida que se situaba entre Celadas y Camañas.

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