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Cella no celebra este 23 de abril el Calvario pero los vecinos comen el pan típico Cella no celebra este 23 de abril el Calvario pero los vecinos comen el pan típico
Mapi Sierra (dcha.) y Esmeralda Sánchez en la Panadería Sierra de Cella, que ayer vendió centenares de panes de pintera

Cella no celebra este 23 de abril el Calvario pero los vecinos comen el pan típico

Una panadería local ha vendido por encargo 900 panes de pintera
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Cruz Aguilar

El coronavirus ha sido el único motivo que ha impedido a los cellanos celebrar su tradicional Calvario a lo largo de la historia. Desde el siglo XVIII jóvenes y mayores son fieles a una cita con el campo que este año no se llevará a cabo. Sin embargo, los vecinos no quieren renunciar a algunos de los sabores tradicionales de esta fiesta y en la panadería han hecho más de 900 panes de pintera, que son los típicos que reparte el Ayuntamiento, cuyo número en un año convencional ronda los 3.500.

El alcalde, Juan Sánchez, explica que aunque resultó muy doloroso, el equipo de gobierno y el resto de los grupos con representación municipal tomaron la determinación de suspender la festividad. Determinaron no aplazarla por las características de la celebración, que consiste en pasar la jornada en el monte Calvario y realizar hogueras para cocinar, algo que entraña un gran peligro en meses más calurosos.

En este 2020 los vecinos que deseen comer pan y sardina y regarlos con vinos han tenido que pagarlos de su bolsillo. Sin embargo, como explica Mapi Sierra, de la Panadería Sierra, han cocido más de 900 panes de pintera. El horno de la localidad ofreció la posibilidad de vender este alimento previo encargo y sus propietarios no esperaban tener tanta demanda. “A la gente le gusta seguir con las tradiciones y nosotros queríamos que, al menos, pudieran tener el pan”, comenta la panadera.  Cada pan pesa 250 gramos y se han vendido a 0,80 euros, el mismo precio que una barra convencional.

Además, al igual que ocurre en el calvario, las familias han encargado un pan por persona, que es lo que distribuye el Ayuntamiento cada 23 de abril. Se trata de panes redondos, hechos con la masa similar a la del pan convencional pero a la que se añade un poco de aceite de oliva para que así esté más jugoso al día siguiente. 

La panadería Sierra no es la única que ha atendido pedidos enfocados hacia el Calvario ya que la gente también quiere comer, aunque sea en sus casas, la tradicional sardina salada. Pili Olivas tiene una empresa de venta ambulante de salazones y, aunque desde el confinamiento no ha podido acudir a ningún mercadillo, sí hace reparto a domicilio en Cella, la localidad donde vive. Indica que desde que se decretó el estado de alarma ha vendido varias cubas de sardinas, en total mas de 200, aunque recalca que no solo son pedidos de los últimos días con la mirada puesta en San Jorge, sino también de las semanas previas.

Según indica Mapi Sierra, muchas familias mantendrán también la tradición en el menú y “comerán paella o carne asada, que es lo más típico”. A su vez hay cuadrillas de amigos que se han emplazado para comer hoy juntos, aunque en este caso se verán a través de una pantalla y tendrán que esperar al año que viene para degustar la tortilla de uno o la empanada que siempre porta el otro.

Sin posibilidad de aplazarlo

Desde el Ayuntamiento concretan que es la primera vez de la historia que no se ha celebrado y que nadie en Cella recuerda no haber participado en esta festividad. Juan Sánchez recalca que el problema de aplazarlo es principalmente el encendido de las hogueras. “Desde el 28 de marzo ya no se pueden hacer hogueras y a nosotros nos dan cada año un permiso especial, pero más adelante ya supone un gran riesgo, sobre todo porque la fiesta es en un carrascal”, aseguró. 

Para festejar de alguna manera San Jorge, el Ayuntamiento está barajando la posibilidad de hacer una comida popular para las fiestas de agosto o, si no se pudiera, durante la Feria de la Patata. “De aquí al verano se ve muy difícil todo”, lamenta. 

La fiesta se completaba con una discomóvil durante la noche previa al día de San Jorge que también se ha cancelado.

Tiene sus orígenes en el siglo XVIII y nadie recuerda no celebrarla

La fiesta del Calvario está documentada desde el siglo XVIII y tiene sus orígenes en una romería que los vecinos realizaban para pedir agua al monte de San Ginés, en Peracense. Ahora se realiza en el mismo término municipal de Cella y también incluye una misa