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Cielo despejado, viento en calma y suelo nevado, la receta de las grandes heladas Cielo despejado, viento en calma y suelo nevado, la receta de las grandes heladas
Vicente Aupí, durante la charla ofrecida en el Ayuntamiento de Fuentes Claras

Cielo despejado, viento en calma y suelo nevado, la receta de las grandes heladas

Vicente Aupí desvela nuevos datos sobre los 30 grados bajo cero alcanzados en 1963 en el jiloca
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El escritor, periodista y divulgador científico Vicente Aupí ofreció este sábado en Fuentes Claras una charla en la que explicó las condiciones que se dieron para que la localidad alcanzara hace justo hace 60 años los 30 grados bajo cero: suelo nevado, cielo despejado y viento en calma. Estos son los “ingredientes” necesarios para las grandes heladas que periódicamente se registran en el triángulo de hielo, cuyos vértices se sitúan en Molina de Aragón, Calamocha y Teruel.

Los 30 grados bajo cero se registraron en el antiguo observatorio cuya denominación oficial era Calamocha-VOR, situado en Fuentes Claras, que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) reconoce como el récord oficial de frío en zonas pobladas de España.

La entidad aérea encargada del tráfico aéreo (Aena, ahora Enaire) trasladó a principio de los años sesenta el observatorio y el radiofaro Omnidireccional de Muy Alta Frecuencia (VOR) desde el aeródromo de Calamocha al término municipal de Fuentes Claras por motivos técnicos, en concreto, para mejorar los datos de navegación aérea, explicó Aupí, quien no obstante puntualizó que, aunque Fuentes Claras tenga el certificado oficial, en el aeródromo calamochino también había 30 grados bajo cero aquel 17 de diciembre de 1963. Además, los datos están avalados por los -28 que ese mismo día se registraron en Molina de Aragón y Monreal del Campo y los -27 de Luco de Jiloca.

Para Aupí, los 30 grados bajo cero fueron el clímax, pero la singularidad de la zona es la frecuencia con la que se producen estos episodios desde el siglo XIX hasta la actualidad.

El divulgador meteorológico señaló que, en esencia, aquel episodio de 1963 fue similar a los registrados en 2001 o en 2021 con Filomena. “Lo normal es que después de un temporal de nieve entre una borrasca tropical desde  el Atlántico que barra el aire frío y derrita la nieve. Pero si en su lugar llegan varios días de estabilidad con el suelo nevado, el cielo despejado y el viento en calma, se dan los ingredientes que caracterizan al triángulo del frío de España”.

Vicente Aupí explicó también a los asistentes que cada vez son menos frecuentes estos episodios de grandes heladas por la falta de alguno de estos tres ingredientes y no tanto por el cambio climático, que sí propicia un aumento de las temperaturas medias.

Prácticamente en todas las décadas del siglo XX se ha producido algún episodio en el que las temperaturas mínimas han estado entre los 20 y los 28 grados bajo cero, dijo Aupí, que destacó el cuatrienio de 1944 a 1947, cuando todos los inviernos hubo temporales de nieve con estas condiciones en la zona del Jiloca.

El récord oficial absoluto, incluidas zonas despobladas, es de 32 grados bajo cero en Estany Gento en 1956. Pero para el divulgador “no tiene la misma importancia porque el impacto en las zonas pobladas es evidente”.

Y es que en los años 60 todavía no había agua corriente ni calefacciones en las casas de Fuentes Claras, por lo que se tenían que calentar con estufas y dormir tapados con entre 5 y 10 mantas, argumentó.