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El 55  % de las personas que intentaron alquilar una casa de pueblo no pudieron hacerlo por ausencia de oferta El 55  % de las personas que intentaron alquilar una casa de pueblo no pudieron hacerlo por ausencia de oferta
En la imagen, una vivienda en venta en la localidad de Allepuz, en el Maestrazgo turolense

El 55 % de las personas que intentaron alquilar una casa de pueblo no pudieron hacerlo por ausencia de oferta

El uso como segunda residencia o la necesidad de invertir en el inmueble limitan el mercado
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Cruz Aguilar

Más del 55 % de las personas que intentaron alquilar una vivienda en un pueblo de menos de 1.000 habitantes no lo lograron y desistieron. Del resto, el 36,6 % encontraron la casa que buscaban y otro 8 % acabaron comprando ante la imposibilidad de arrendar un inmueble. Los datos se desprenden de un estudio, aún sin concluir, que está elaborando Adri Jiloca Gallocanta sobre el mercado de vivienda en alquiler de las pequeñas localidades. La investigación se enmarca en el proyecto Pueblos Vivos Aragón y el objetivo es conocer el estado de la cuestión para, a partir de ahí, analizar posibles soluciones.

Para la realización del trabajo se han realizado un total de 525 cuestionarios a particulares vinculados a distintas zonas rurales y se han facilitado 86 encuestas a todos los ayuntamientos de las comarcas del Jiloca y Gallocanta, que son las que están incluidas en el territorio del grupo de acción local. Todo ello se ha completado con un análisis del portal Idealista en cuanto a alquileres y venta en los municipios de las comarcas del Jiloca y Campo de Daroca con menos de 1.000 habitantes. Adri Jiloca Gallocanta gestiona un territorio de 86 pueblos aunque en el estudio solo se incluyen a 83 porque 3 de ellos –Calamocha, Monreal y Daroca– superan el millar de habitantes.

De 525 cuestionarios realizados a particulares, 222 no son propietarios de ningún inmueble en un municipio de menos de 1000 habitantes, y de estos el 77,92 %, es decir, 173 de los encuestados, mostraron su interés por vivir en una zona rural, algo que pone de manifiesto la necesidad que existe en los pueblos de disponer de vivienda accesible, tanto en la opción de venta como de alquiler, para esos potenciales compradores o arrendatarios.

Carestía

Los autores del estudio reconocen que partían de la premisa de la escasez de vivienda en alquiler que hay en los pequeños pueblos y desde luego los datos han ratificado la hipótesis porque solo un 2,30 % de las personas que realizaron el cuestionario alquilan sus viviendas.  De 525 cuestionarios realizados a particulares,  304 cuestionarios reflejaban que la persona que lo respondió es propietario de un inmueble en un municipio con menos de 1.000 habitantes y de ellos únicamente 7 lo tienen alquilado a terceras personas. Otro dato relevante es que la mayor parte de los propietarios de casas en los pueblos las han obtenido a través de herencias, la mitad de ellos son los únicos dueños y la otra mitad la comparten con más herederos. 

Los propietarios –pocos– que sí arriendan sus propiedades en los municipios analizados indican que han encontrado dificultades en ello, principalmente para encontrar inquilinos y también por el papeleo que requiere. 

“Si analizamos las respuestas que hemos recibido en cuanto al estado de la vivienda y los motivos por los que no se alquila, en el caso de los inmuebles que pertenecen a varias personas es porque, en su mayoría, se usan de segunda residencia; en segundo lugar por la inversión económica que necesita el inmueble y en un tercer nivel se podría achacar a la escasa demanda que existe en la zona”, relata Silvia Benedí, que es la investigadora que se está ocupando de recopilar y analizar los datos. 

Entre los propietarios de inmuebles habitables, la mayoría no lo arriendan porque lo utilizan como segunda residencia, aunque otro de los motivos es la falta de acuerdo con el resto de propietarios para aquellos que son compartidos. Los que poseen casas que necesitan actuaciones para lograr su habitabilidad, lo que echa para atrás a los dueños es la inversión que esas obras exigen. También hay algunos que responden que no la arriendan por la falta de demanda, algo que contrasta con el resto del estudio.

En cuanto a las viviendas disponibles en alquiler que hay en el momento de la realización del estudio se localizan 5, en las localidades de Cosa, Blancas, Torrijo del Campo y la localidad zaragozana de Herrera de los Navarros, donde hay 2. Se trata de casas de entre 2 y 6 habitaciones con una superficie que va de los 50 a los 300 metros y por las que se piden cuantías que oscilan entre los 240 y los 400 euros al mes. 

La mayoría de los 83 ayuntamientos consultados tiene una o dos casas en alquiler, aunque también hay algunos que no disponen de ninguna y otros –los menos– que cuentan con 4 o más inmuebles. De todas esas viviendas el 83 % están alquiladas, frente a un 17 % que se encuentran vacías y el motivo está asociado a su estado o a que no encuentran nuevos inquilinos.

Construcción o compra

Buena parte de las personas consultadas optaron por tener su propia vivienda en propiedad. La mayor parte de los que decidieron construirla son personas de más de 65 años, mientras que el estudio desvela que la compra se suele producir entre los 26 y los 45 años y las adquisiciones van descendiendo conforme se avanza en edad. 

El objetivo inicial del estudio es, como apunta Silvia Benedí,  conocer el estado de la cuestión para, a partir de ahí, analizar posibles opciones a tener en cuenta para dar solución al que es, para muchos, el principal problema del medio rural turolense. 

Alicientes

Sin duda uno de los alicientes a la hora de ir a vivir a un pueblo es la idea de tener una casa amplia. Igual no tanto que sea grande sino que esta tenga zonas exteriores que se puedan utilizar. También que no sean alquileres altos o que la casa disponga de un sistema de internet con wi-fi. El que la última característica menos buscada sea que esté amueblada nos habla de una población que no es de paso, es decir, que a la larga quiere construirse su propio espacio. El perfil de las personas que buscan alquilar en pequeños municipios son mujeres, de entre 36 y 45 años, con sueldos entre 10.000 y 20.000 euros al año, procedentes de grandes ciudades o pueblos pequeños. 

Entre 15.000 y 230.000 euros

De los 83 municipios consultados, en torno a la mitad tienen menos de 4 viviendas a la venta en este momento y la otra mitad disponen de más de 5. En cuanto al precio, es muy variable y oscila entre los 15.000 y los 230.000 euros, pero “hay una  representación abundante de casas que cuestan menos de 50.000 euros y tienen menos de 400 metros cuadrados”, dice Silvia Benedí, quien matiza que la diferencia radica en el estado en el que se encuentra el inmueble, “a mejor estado de habitabilidad el metro cuadrado es más elevado”.  En el portal de venta en internet se localizaron 143 casas en venta en los 83 pueblos, pero los autores del informe matizan que se observa un mercado local más amplio que no trasciende de los propios municipios: “Suelen ser casas que tienen mejor venta y que no llegan a publicitarse en internet porque no hace falta o los dueños no tienen acceso a estos medios”, indica Benedí.

Herencias múltiples

Las herencias múltiples son el principal motivo de abandono de las viviendas en los pueblos y hay una relación directa entre la situación de los inmuebles y el número de propietarios, ya que cuantos más dueños tiene, más degradado está el inmueble. Estas son algunas de las conclusiones que se desprenden del estudio que está desarrollando Adri Jiloca Gallocanta en el marco del proyecto Pueblos Vivos Aragón y que se centra en la situación del mercado de la vivienda de alquiler y venta en el medio rural.

Otro de los motivos que llevan al abandono es que la vivienda no sea habitable y, en este sentido, se establece una relación entre el uso de las casas y el estado en el que se encuentran, porque cuantos menos se usa más necesidad de reformas presenta. 

En la mayoría de los municipios consultados hay entre 10 y 49 inmuebles en los que no ha pasado una noche nadie en los últimos 5 años. Esa cifra supera el medio centenar en otros numerosos pueblos. La mayor parte de esas viviendas están en mal estado de conservación y pertenecen a varios propietarios.

Según explica la investigadora que está al frente del trabajo, Silvia Benedí, se entienden por herencias múltiples aquellas propiedades que son de varias personas. En lo que respecta a los inmuebles, la dificultad de división hace que se requiera un acuerdo entre todos los dueños para realizar cualquier tipo de actuación sobre él, bien sea de mejora, de venta o de alquiler. 

El estudio se basa en un cuestionario respondido por un total de 525 particulares. De ellos, 205 son propietarios de una casa en un pueblo de menos de 1.000 habitantes y el 39 % de los inmuebles a los que se refieren son de varios herederos. 

Si se analizan las respuestas sobre el estado de las viviendas, más de la mitad de las que necesitan reformas (51,3 %) son de varios herederos y este porcentaje se eleva hasta el 56 % en el caso de las casas que requieren una rehabilitación o reforma estructural de mayor calado.

“Si el foco lo ponemos en el uso que se le da a una vivienda que tiene varios herederos, también se observa una progresión”, dice Silvia Benedí. Así, de los encuestados que van al pueblo de vez en cuando un 38,31 % utilizan viviendas con herencias múltiples. El 40 % de las casas que emplea también otra persona –además del encuestado– proceden de herencias múltiples; de los que han respondido que solo  pasan a dar una vuelta por la vivienda, un 43,33 % son herencias múltiples y un 42,85 % de los que no van nunca son propietarios de una vivienda compartida procedente de una herencia.