El agua suministrada por los bomberos se duplica hasta agosto respecto a todo 2023
La “intensa y pertinaz” sequía y la llegada de los veraneantes agrava la situación en varios pueblosLas precipitaciones acumuladas en el año hidrológico, que comenzó el 1 de septiembre de 2023, se encuentran por debajo de sus valores normales en el tercio este de la Península y están siendo especialmente bajas en una franja del Levante que va desde Almería hasta el delta del Ebro, en la que se incluye la práctica totalidad de la provincia de Teruel, donde se ha registrado menos de la mitad de la precipitación respecto a su valor medio para el periodo 1991-2020, según el último resumen de evolución elaborado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Con esta sequía como principal motivo, los bomberos de la Diputación de Teruel habían abastecido desde el 1 de enero y hasta el jueves 22 de agosto a diversos núcleos con 7.225.500 de litros, de los que aproximadamente un millón se habían servido desde el domingo 18 de agosto a las municipios de Alloza, Libros, Aguilar del Alfambra, Gargallo, La Puebla de Valverde, Bádenas, Segura de Baños, Villanueva del Rebollar de la Sierra y las localidades de El Paúl y Nueros pertenecientes a Manzanera y Calamocha, respectivamente.
Los cerca de 7,3 millones de litros suministrados por los bomberos este año son más del doble de los 3,5 contabilizados en todo 2023, de los que 2.204.500 litros corresponden a suministros motivados por la sequía y el resto a otras causas, como averías o turbidez de las aguas, según explicaron fuentes de la institución provincial.
La situación ha traído consigo la solidaridad entre localidades vecinas porque “el agua de boca no se puede negar”, como reconoció el alcalde de Fortanete, Luis Gil. Desde esta localidad han surtido a La Iglesuela del Cid y Cantavieja; desde La Cuba a Mirambel; desde Loscos a Bádenas; y desde La Mata los Olmos a Gargallo, entre otros trasvases.
Los manantiales de varias localidades del Maestrazgo se han secado debido a la “fuerte y pertinaz” sequía, según Gil. Fortanete cuenta con un pozo con un caudal notable, lo que le ha permitido “responder con carácter solidario” a las peticiones realizadas desde las localidades vecinas de La Iglesuela del Cid y de Cantavieja.
El Ayuntamiento de Fortanete se puso en contacto con el Gabinete Geológico de la Diputación de Teruel para conocer su aforo y, una vez sabido, ha podido suministrar agua de boca a ambas mediante cubas y durante todo el tiempo que lo han necesitado, hasta 750.000 litros en el primer caso durante la primavera y 900.000 en el segundo en la primera quincena de agosto.
Gil explicó que, durante la reunión mantenida entre los alcaldes de la Comarca, la Diputación y el Instituto Aragonés del Agua (IAA) quedó de manifiesto la necesidad de buscar soluciones ante lo que, lejos de ser un situación puntual, se está convirtiendo en un problema estructural debido a los largos periodos de sequía que produce el cambio climático. En su opinión, es necesario construir balsas para abastecer a las explotaciones ganaderas y revisar las redes de abastecimiento para evitar las fugas.
En el caso de Fortanete, por ejemplo, la precipitación acumulada este año es de 330 litros cuando la media anual se sitúa en 800. “La escasez de lluvia, y sobre todo de nieve, impide que se recuperen los acuíferos, que se sequen los pasos y que no crezcan los forrajes”, dijo. Y añadió que ahora tienen que revisar la situación de los dos depósitos conectados con los que cuenta la localidad, de 250.000 y 500.000 litros, mientras barajan construir algunas balsas “para ir capeando estas situaciones”.
En Mirambel reciben agua de boca desde La Cuba desde finales de julio porque uno de los manantiales de los que se abastece se ha secado y en el otro baja menos de medio litro por segundo, una cantidad “suficiente” para la población que reside en la localidad durante todo el año, pero no para la que se congrega en agosto.
La alcaldesa, Mari Carmen Soler, recordó que la Diputación de Teruel iniciará esta semana un sondeo de emergencia de unos 600 metros de profundidad en la zona de la Virgen del Pilar situada junto al río, que tiene un coste de 300.000 euros que serán abonados en un 59 % por el Ayuntamiento y el resto por la institución provincial.
Soler recordó que en los dos últimos años ha llovido y nevado mucho menos de lo habitual durante los dos últimos años, y que las lluvias de los últimos días todavía son insuficientes para recargar los acuíferos.
En Mirambel, al igual que en Cantavieja y Mosqueruela, entre otras localidades, no han abierto las piscinas este verano.
Otros problemas
En el caso de Gargallo, la necesidad de agua de boca vino provocada por una tormenta que “contaminó” de barro uno de los dos acuíferos, el que utilizan en verano. “No podíamos hacerlo servir y teníamos más consumo que entrada, así que el depósito se fue vaciando”, según contó el alcalde, Francisco Javier Gargallo.
El agua todavía no se ha aclarado, así que los bomberos llevan varios días suministrando agua de boca desde La Mata de los Olmos.
La alcaldesa de esta localidad, Silvia Gimeno, explicó que “por suerte” ellos no han tenido ningún problema con el agua. Y es que aunque el consumo es muy alto porque cuentan con granjas que suman 20.000 cerdos de cebo, matadero y fábrica de embutidos, disponen de tres pozos. En el momento que recibieron la petición la localidad vecina, la alcaldesa de La Mata junto al resto de concejales respondieron de inmediato.
“Nos hemos ido preparando en los últimos años y hemos gastado mucho dinero en infraestructuras hidráulicas lo que, a pesar de la sequía, nos ha permitido no tener restricciones e incluso ceder agua a Gargallo”, dijo. Gimeno agradeció la colaboración de la institución provincial, que realizó los sondeos de investigación que el pueblo convirtió en sondeos de explotación, y apuntó que el demandado proyecto de elevación de aguas del Ebro a Andorra podría mejorar la situación de la comarca y favorecer el desarrollo agrícola e industrial.
Además, la alcaldesa de La Mata de los Olmos recomendó a las localidades afectadas por la sequía que no dependan únicamente de los manantiales porque “los periodos de sequía son cada vez más frecuentes por el cambio climático”.