El alcalde de Monreal ensalza el carácter familiar del azafrán en la apertura de la feria
La V edición del salón vuelve a colgar el cartel de ‘completo’ y espera más de 6.000 visitantes
La quinta edición de la Feria del Azafrán de Monreal del Campo es ya una realidad. Este viernes abrió sus puertas este salón con la tradicional inauguración institucional tras la que los primeros visitantes del certamen empezaron a recorrer los más de 450 metros cuadrados del pabellón en el que se aloja desde la primera edición esta muestra.
La feria del oro rojo combina algunos de los productores de este cultivo de invierno referentes en el mercado nacional con una selección del comercio local y ambulante, además de varios stands institucionales y los dos espacios abiertos el año pasado, el Rincón Lumbre del Zafrán y el Lengüeta Space, en los que s sucederán a lo largo de todo el fin de semana demostraciones, charlas, show cookings y degustaciones de productos en los que el azafrán se reivindica como uno de los ingredientes protagonistas.
El alcalde de Monreal del Campo, Mario Latorre, fue el encargado de presentar la feria a las autoridades locales, comarcales, provinciales y regionales que se citaron en la platea del Lengüeta Space. Allí”, Latorre subrayó el carácter familiar de este cultivo que permitió, recordó el alcalde, dar cierta autonomía económica a muchas familias e incluso algo de independencia a las mujeres.
“Es un patrimonio inmaterial, es una flor delicada y brillante. estado presente en nuestras casas, conversaciones y en nuestras manos, generación tras generación. Pero la zafrán, por lo tradicional, tiene un valor económico incalculable”, afirmó el primer edil monrealense que se refirió a su cultivo como “un ingreso extraordinario que ha servido para comprar tierras, tractores e invertir” y con el que “muchas familias han mejorado su vida”. Latorre explicó, además, el papel que tuvo tradicionalmente este cultivo para las mujeres, a las que les supuso “ la independencia económica para ahorrar en la hora de su boda, para poder comprarse caprichos que de otra manera no eran posibles”.
En este contexto, Latorre quiso levantar la mirada hacia el futuro del sector aunque sin renunciar a su pasado y destacó la importancia de la Feria del Azafrán porque supone “ escaparate para su comercio local y es un revulsivo económico”.
La delegada del Gobierno de Aragón en Teruel, Rosa Sánchez, puso el acento en las tradiciones de los pueblos como rasgo diferencial frente a las grandes ciudades. La delegada territorial equiparó el cultivo del azafrán que se desarrolló en la vega del Jiloca con la micología propia de la Sierra de Albarracín como apoyo económico para las familias.
En esta edición se ha invitado a la feria a la Comarca Comunidad de Teruel. Su presidente, José Herrero, invitó a los asistentes a visitar el stand comarcal para conocer los atractivos y las posibilidades de un territorio que está muy cerca.
El carácter solidario es una de las características que el alcalde quiso destacar de esta cita. Como en ediciones anteriores, lo que se recaude con el almuerzo de huevos fritos y papada al aroma del azafrán de este sábado y con la comida popular del domingo se destinará a Atadi, para apoyar a esta organización en la construcción de la residencia que va a abrir en Monreal.
La Feria ha vuelto a colgar este año el cartel de completo con toda su superficie expositiva completa. Los 450 metros del polideportivo municipal en el que se aloja este salón albergan a más de 40 stands, de los que muchos de ellos son ya habituales de esta cita. Se espera que por sus pasillos vuelvan a desfilar los más de 6.000 visitantes que la recorrieron el año pasado y que supone multiplicar por tres los números de los primeros años en tan solo un lustro.
