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El calor estival merma una campaña trufera que ha sido “mejor de lo que se preveía” El calor estival merma una campaña trufera que ha sido “mejor de lo que se preveía”
Daniel Brito, esta campaña, junto a su perra buscando trufa en una finca con regadío en Sarrión

El calor estival merma una campaña trufera que ha sido “mejor de lo que se preveía”

Una producción inferior a otros años y la excelente calidad han propiciado el aumento de precio
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Cruz Aguilar

La temporada de Tuber melanosporum ha manejado cifras de recolección sustancialmente inferiores a las de otros años, pero mucho mejores de lo que se preveía en verano, cuando las continuas olas de calor durante los momentos de desarrollo y crecimiento del hongo hacían presagiar una campaña nefasta.

A falta de concluir el periodo de recolección, que está dando sus últimos coletazos, desde la Asociación de Recolectores y Cultivadores de Trufa de Teruel (Atruter) hacen un buen balance puesto que, como apuntó el presidente, Daniel Brito, “tal y como se han dado las condiciones meteorológicas, ha ido muy bien”. Detalló que en la provincia de Teruel hay más hectáreas de regadío y el agua este año ha sido fundamental para cosechar.

Según Brito, también el clima de la comarca de Gúdar-Javalambre, que es el lugar donde más hectáreas de cultivo hay, ha jugado un papel fundamental puesto que “a pesar del calor, hay muchas zonas donde se ha cogido algo en las explotaciones de secado. Hay unas diferencias de temperatura que hacen que las condiciones de esta zona sean idóneas e incluso en condiciones extremas, como las de este año, el producto ha salido adelante”, especificó. Daniel Brito prefirió no dar cifras sobre precios ni acerca de las toneladas recolectadas, aunque reconoció que no ha sido tan bueno como el año pasado. “La campaña pasada apenas hubo que regar y prácticamente todas las plantaciones dieron trufa, mientras que este año quien no ha regado ha tenido importantes mermas”.

La calidad de la trufa recolectada en la provincia de Teruel ha sido “excelente”, según argumenta Daniel Brito, quien destaca que “los terrenos ofrecen las condiciones idóneas para que se dé un buen producto”.

En cuanto al precio, este año ha sido elevado durante buena parte de la temporada debido a la escasez. Ya en la Feria Fitruf, celebrada a comienzos de diciembre en Sarrión, la de categoría extra se situó en 1.200 euros, el máximo histórico alcanzado en esta muestra monográfica, y han sido varias las semanas en las que se ha pagado por encima de los 1.000 euros la trufa extra. En la recta final de la campaña ha llegado a los 1.400 euros, siempre para piezas seleccionadas de calidad extra de Tuber melanosporum.

Las trufas de calidad extra son aquellas perfectamente seleccionadas, con un peso de más de 20 gramos y que, además de no tener ningún defecto, se encuentran en su punto exacto de maduración. El precio de la trufa a granel, que es el que rige en los mercados mayoristas, es sustancialmente inferior.

IGP en proceso

El presidente de Atruter indicó que continúan trabajando para la obtención de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) y, en ese sentido, especificó que han pulido diversos detalles  para “dar forma a un pliego de condiciones que salga adelante”. Matizó que están trabajando de forma conjunta con el Gobierno de Aragón, a quien agradeció todo el apoyo prestado. No obstante, indicó que desconoce cuánto tiempo van a tardar en contar con una resolución porque “son trámites largos”, aclaró.

Año tras año aumentan las jornadas, ferias y charlas destinadas a dar a conocer la Tuber melanosporum en toda España. Esto significa, a juicio de Brito, “que cada día la conoce más la gente” y además, concretó que también el cultivo está llegando a más personas  que apuestan por el producto porque “se puede vivir de el”. No obstante, aconsejó al respecto no solo tener en cuenta los terrenos, sino “también el ambiente, porque no solo el suelo es importante”, advirtió.

Sin embargo, Brito reconoció que todavía hay una cuenta pendiente, que es incrementar la cultura culinaria en torno a la trufa. “Somos un sector muy pequeño en un mundo muy grande y en Francia e Italia se consume mucho, pero en España hay que abrir nuevos mercados e incentivar que la gente coma productos del terreno”, dijo.

Aromas que no son trufa

Por otro lado, uno de los principales problemas los que se enfrenta el sector es la irrupción de los aromas que nada tienen que ver con Tuber melanosporum y que confunden al consumidor, en decenas de productos industriales. La formación de los consumidores es fundamental a juicio del responsable de Atruter, pero también contar con una legislación que impida los productos mal etiquetados donde aparecen trufa negra cuando no contiene ni un solo gramo de esta especie y, en ocasiones, de ninguna. “Desde la asociación estamos trabajando en contar con una legislación que lo regule, porque ahora la palabra trufado es gratuita, se usa para todo, debería haber un control”,  dijo Brito.