El dispositivo de la Guardia Civil protegerá a los refugiados de Mora ante convocatorias violentas
Fernando Beltrán visita las instalaciones de acogidaLa Delegación del Gobierno en Aragón desplegará un plan de seguridad para actuar ante convocatorias como la que se vivió el fin de semana pasado por “grupos de fuera del municipio”, ante “cualquier llamamiento por redes sociales para venir al pueblo a hacer algo” o ante las “amenazas telefónicas como las que ya se han producido”. Así lo aseguró el delegado, Fernando Beltrán, que añadió que “en ningún caso se está pensando en un plan que tenga que ver con proteger a la gente del municipio” porque “de los inmigrantes no se espera ningún comportamiento violento”.
El delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán, y el subdelegado del Gobierno en Teruel, Enrique Gómez, visitaron ayer el hotel Mora, donde desde el martes se alojan los 110 refugiados llegados de la emergencia canaria para conocer de primera mano la situación. Allí se entrevistaron con los responsables de la organización Accem, encargada de su atención, con representantes del Ayuntamiento y con los mandos de la Guardia Civil para establecer el dispositivo de seguridad.
Beltrán recordó que “Mali es un país del Sahel que, desde que dejó de ser colonia francesa, ha venido sufriendo una secuencia de gobiernos fallidos, de democracias que no terminan de desarrollarse o golpes de Estado. También existen los fenómenos culturales entre el norte y el sur del país, un comienzo de talibanización, de manera que hay un estado de guerra permanente, de violación de los derechos humanos”, además de “sufrir sequías y de hambrunas, de manera que todas las personas que entienden que sus condiciones de vida son francamente ingratas”, continuó.
Los 110 migrantes “han solicitado protección internacional derivada de la huida de un país en guerra”, señaló el representante del Gobierno de España, que apuntó que esa solicitud “les da un determinado estatus con sus derechos y con sus obligaciones, con una trayectoria que se personaliza para cada uno de ellos, pero que básicamente consiste en el aprendizaje del idioma en la resolución de su solicitud”. Esta situación, continuó el delegado, “deriva en un permiso de trabajo y de residencia, y la propia entidad también se encarga, en función de su experiencia o del entorno donde ellos vivían, si alguno estaba ya trabajando, buscar una ruta de integración social y laboral”. Beltrán lamentó los episodios de amenazas que ha vivido la plantilla del hotel, que reconoció “una llamada en tono amenazante, o un coche rayado”.
Los representantes estatales trasladaron a la delegación municipal que “estos chicos vienen a estar tranquilos, a aprender el idioma, a integrarse, a buscar trabajo, y que a priori no tiene por qué presentar ningún problema ni de convivencia ni de seguridad en el municipio”.
Consientes de que el ambiente ha estado “un poco más caldeado”, Beltrán y Gómez explicaron a la corporación que la “solicitud de tener un plan de seguridad iba principalmente pensando en que grupos de fuera del municipio, porque este municipio es un municipio acogedor”, en referencia a la movilización organizada por Vox el pasado fin de semana convocando una concentración que no fue autorizada por no cumplirse los plazos legales.
Beltrán confirmó que la preocupación de la Delegación del Gobierno ese refiere a “gente que pueda venir de fuera a montar aquí algún tipo de problema” por lo que se ha alertado a la Guardia Civil que “tiene un nivel de respuesta frente a cualquier tipo de incidente que una vez que esté alertada la comandancia”, descartando un incremento del número de agente.
El delegado aseguró que “ningún caso se está pensando en un plan que tenga que ver con proteger a la gente del municipio de los inmigrantes. De lo que estamos hablando es que ante una convocatoria, como ya ocurrió, de una manifestación” porque, insistió, “por parte de los inmigrantes no se espera ningún comportamiento violento”.
Formación
Por su parte, la responsable territorial de Accem en Aragón, Julia Ortega, recordó que los refugiados “llegaron ayer tranquilos. Lo primero que hicieron fue comer, porque llegaban hambrientos, y disfrutaron de la comida. Tenían muchas ganas de llegar y conocer el entorno, y por la tarde empezamos a hacer una primerísima valoración de situaciones sanitarias”. “A partir del lunes empezaremos con las actividades normales, con el programa, que principalmente en estos momentos va a ser continuar con las clases de Lengua y Cultura Española que ya empezaron en Cartagena”, añadió la responsable de Accem
El presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, consideró ayer que para que la integración de las personas migrantes sea real, el número de estas que llega a los municipios tiene que ser “acorde” con la población.
Así se refirió a la llegada de 110 migrantes, personas solicitantes de asilo procedentes de Mali en su mayoría, a Mora de Rubielos, una localidad de 1.500 habitantes. “Cuando el número de inmigrantes que se lleva a un pueblo o a una localidad aragonesa tiene que ver exclusivamente con que hay un equipamiento vacío donde los puedas meter y no se piensa en la integración, se está cometiendo un error”, dijo el presidente.
Misiva
Ante la llegada a Mora de Rubielos de un grupo de malienses, la Diócesis de Teruel y Albarracín, Cáritas Diocesana y la Parroquia de Mora de Rubielos invitan a los católicos y a todas las personas de buena voluntad a “acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados”, cada cual en la medida de sus posibilidades.
Lo hizo ayer en un comunicado remitido a los medos de comunicación en el que afirma que “”la acogida nos lleva a mirarlos no como un problema, sino como mujeres y hombres que han sufrido mucho en la búsqueda de un futuro mejor para ellos mismos y sus familias”. El escrito de la Diócesis recuerda las palabras del Papa Juan Pablo II en 2004 en las que invitó a que “nadie debe quedar insensible ante las condiciones en que se encuentran multitud de emigrantes. Se trata de personas que están a merced de los acontecimientos y que a menudo han vivido situaciones dramáticas”. Muchos malienses huyen de una guerra que cada vez se expande más, y que se agrava con las hambrunas. Sólo en Mauritania, país de unos 5 millones de habitantes, hay ya 200.000 malienses desplazados. Es decir, la gran mayoría de los refugiados de este país se quedan en la región, explican las entidades religiosas.
Tanto Cáritas como la Diócesis de Teruel y Albarracín aseguran entender que “algunas personas se sientan preocupadas ante la llegada de inmigrantes y refugiados, con una cultura tan distinta a la nuestra; pero no son de recibo las actitudes de quienes trabajan sistemáticamente por todos los medios para repeler a los migrantes. Y esto, cuando se hace con conciencia y con responsabilidad, es un pecado grave”, citando las manifestaciones del Papa Francisco el pasado mes de agosto.
Entiende la Diócesis que “es momento de rezar y trabajar juntos, despolitizando y desideologizando este drama humanitario”.