El frío se cuela en el ‘Choricer’, donde la fideuá y los calçots compiten con la carne
Alcañiz, Castelserás, Torrevelilla y otros pueblos del Bajo Aragón celebraron ayer el Jueves Lardero, un día medio festivo (prácticamente todo el comercio y la hostelería cerró por la tarde en Alcañiz) que muchos bajoaragoneses conmemoraron bajo temperaturas que rondaron los cero grados. El frío hizo que ‘el Choricer’ -o ‘Choricé’, para los de Castelserás- se trasladara a domicilios o al interior de los masicos, al calor de una buena fogata.
En pleno mes de febrero y con un ambiente gélido a consecuencia del temporal de nieve, a muy pocos se les vio ayer fuera de las casas de campo o de paseo por los caminos tras la comilona del mediodía. Eso sí, ni faltó el chorizo, ni la longaniza ni la tradicional panceta. Ya lo dice el refrán: ‘Jueves lardero, longaniza en el puchero’. Aunque en los últimos años a los menús del choricer se han añadido los macarrones (para los niños) o las fideuás y los calçots, como tenían ayer de menú varias cuadrillas de Alcañiz.