

El Museo de Arte Sacro de Muniesa abre sus puertas en el antiguo colegio de las monjas
La exposición incluye dos pinturas de la artista local Carmen Avenia como homenajeMuniesa inauguró este domingo su Museo de Arte Sacro. Lo hizo en la histórica Casa Aranguren, edificio donado en 1929 por el notario Joaquín Aranguren y Genzor a las Hermanas de Santa Ana para la instalación de un colegio que prestó servicio educativo hasta finales de los años 60.
En el Museo se han expuesto tanto objetos históricos del culto católico de Muniesa como otros cargados de un valor sentimental. Es el caso de las obras de la pintora local Carmen Avenia, de la que se han colgado dos obras en una de las paredes de la estancia. Avenia fue la encargada de pintar íntegramente el altar de la iglesia parroquial, así como la ermita de la Virgen de Aliaga o el santuario de la Virgen de Aliaga de Cortes, cuyo altar mayor también es obra suya. “Se ha querido rendir un homenaje con dos obras que donó a las cofradías del Santísimo y de la Virgen de los Dolores”, afirmó Raúl Blasco, concejal de Turismo de Muniesa, que explicó que para cumplir con ese homenaje se le ha dedicado un panel en el que se han colgado los dos lienzos cedidos por las respectivas hermandades junto a un “libro museo en el que se explican todas las obras que (Carmen Avenia) ha donado a Muniesa”, concluyó el edil.

La exposición cuenta con piezas de gran valor histórico como “los trajes que se usan en San Lorenzo, que son de antes de la Guerra Civil” recalcó el concejal, recordando que “se mantienen porque una familia los guardó en un pajar”. Después, se han conservado en un armario especial para optimizar su conservación, continuó. “Se ha decidido, que ya que solo se usan en el día de San Lorenzo, tenerlas en este museo para que la gente las pueda disfrutar porque tienen un valor histórico importante”, dijo.
La muestra también exhibe una peana procesional que sirve de custodia de la Minerva. “Es muy antigua y tiene mucho valor”, señaló Blasco. Completa el catálogo de bienes expuestos un altar de 1917, que es el único que sobrevivió al incendio de la iglesia. “Es el único altar que se conserva porque el antiguo colegio, que es el local en el que se ha abierto el museo, no se quemó en la Guerra Civil, mientras que el resto de la iglesia sí que ardió. No se conservó ningún otro altar por lo que este tiene mucho valor”, explicó el concejal.
Un lugar de cultura
El lugar elegido también despertó emociones entre los vecinos más mayores que se acercaron a conocer la muestra. Muchos de ellos se sobrecogieron al volver a pisar el espacio que había sido el colegio de las monjas, donde ellos habían estudiado. El inmueble fue cedido a la congregación religiosa por la familia que era propietaria. Ahora, el espacio recupera su papel cultural.
El local es propiedad del Obispado y junto al Museo de Muniesa se encuentran las viviendas de los párrocos. El inmueble conserva la capilla-oratorio utilizada primero por las religiosas y, posteriormente, por la parroquia como lugar de culto. Desde 2018, la capilla se trasladó a la planta baja para mejorar su accesibilidad, lo que abrió la posibilidad de dar un nuevo uso cultural al espacio. La capilla se ha reconvertido en museo con el fin de conservar, proteger y mostrar obras de arte sacro de gran valor histórico y sentimental para la localidad. Este proyecto ha sido bien recibido por el Ayuntamiento de Muniesa, ha puesto en marcha una gestión con vista a un convenio con la parroquia para apoyar el proyecto.
El propio concejal de Turismo recordó cómo muchos de los visitantes aprovecharon la ocasión para intercambiar y compartir recuerdos de su infancia referidos a ese mismo espacio que ahora se dedica al museo.

Todavía no se ha concretado el calendario ni el horario de apertura del Museo de Muniesa y el Ayuntamiento está a la espera de firmar un convenio con la propiedad para poder instalar un sistema de vigilancia. De momento, para visitar la exposición hay que contactar con la parroquia, que es quien tiene las llaves, para que abra.
En paralelo, el municipio rindió homenaje al beato Fray Serapio Iranzo, mercedario nacido en Muniesa el 1 de noviembre de 1879, cuya devoción marcó profundamente a la comunidad. En su memoria, una de las calles próximas a la iglesia llevará su nombre, y a partir de ahora albergará también sus reliquias y un altar con un cuadro en su honor.