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El relevo generacional y encontrar y mantener al personal, problemas de las pymes rurales El relevo generacional y encontrar y mantener al personal, problemas de las pymes rurales
Los ponentes, durante la mesa redonda que tuvo lugar en Molinos

El relevo generacional y encontrar y mantener al personal, problemas de las pymes rurales

Cuatro empresarios de Ejulve, La Puebla y Castellote explican su experiencia en Molinos
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Cruz Aguilar

La falta de relevo generacional, la  problemática de encontrar personal y, sobre todo, la necesidad de ofrecer puestos atractivos para mantener en ellos a los trabajadores, son algunos de los principales problemas que pusieron sobre la mesa los emprendedores del medio rural que participaron el pasado jueves por la tarde en la jornada Apostando por el relevo empresarial. Tuvo lugar en Molinos y fue organizada por la Asociación para el Desarrollo del Maestrazgo.

En el debate, moderado por el gerente de Agujama, Enrique Asín, tomaron parte cuatro jóvenes que han tomado el reemplazo al frente de tres empresas de La Puebla de Valverde, Ejulve y Castellote. Precisamente esa dificultad en lo que a relevo empresarial se refiere fue una de las preocupaciones que transmitieron los asistentes al coloquio, que contó con más de una veintena de personas.

En este sentido, Enrique Asín concretó que muchas de las empresas “rentables, viables y asentadas” que hay en el medio rural turolense iniciaron su andadura en la década de los 90 del pasado siglo y buena parte de las personas que están al frente de las mismas “entran ahora en la edad de la jubilación”, dijo el gerente de Agujama, para añadir que se trata de “un capital empresarial humano de la provincia que está en riesgo, nos jugamos mucho con el relevo generacional”, aseguró a modo de conclusión tras el debate.

Para conocer el estado de la cuestión de los negocios de las sierras de Gúdar, Javalambre y Maestrazgo, desde Agujama van a realizar un censo de empresas que en la próxima década necesitan nuevas personas al frente. “No sabemos cuántas empresas hay en riesgo por falta de sustitución, pero dentro de unos meses, cuando acabe el estudio, tendremos cifras de cómo va a afectar esa falta de continuidad”, argumentó Asín.

Aunque en la jornada se habló también de problemas, la intervención de los emprendedores fue “un chute de optimismo” porque todos ellos están contentos con la decisión de seguir al frente de un negocio ya veterano y de su vida en el pueblo.

Eso sí, todos ellos coincidieron en señalar que los empleos que ofrecen tienen que ser más atractivos para los trabajadores y compensar con dinero pero también con incentivos, como la flexibilidad horaria que les permita la conciliación a sus empleados. “Es una debilidad del medio rural, como no pagues un poco más o tengas contenta a la gente, se van”, relataron algunos de los empresarios asistentes a la sesión organizada por Agujama.

El mecánico de La Puebla de Valverde Diego Cercós fue uno de los emprendedores que contó su experiencia en Molinos. Relató que tras estudiar Administración y Dirección de Empresas (ADE) encontró trabajo en Tarmac, empresa radicada en el aeropuerto de Teruel, pero decidió dejar un cómodo trabajo con buen horario y posibilidades de promoción para hacerse cargo del taller de automóviles de su padre porque no quería que echara la persiana. Tiene 24 años, lleva dos como mecánico y tiene cuatro trabajadores a su cargo. El hecho de que actualmente todos sean de la zona da estabilidad a una plantilla que en otros momentos peligró debido, principalmente, a la cercanía a Teruel.

En la mesa estaba también Diego Ortín, que continúa con Cárnicas Ortín, una empresa con sede en Ejulve que, según relató su propietario, ha sufrido varias crisis, la última de ellas derivada de la pandemia. Especificó que aunque la covid al final resultó ser una oportunidad porque les obligó a avanzar en la digitalización, en su momento pasaron momentos difíciles por la merma en las ventas. Diego Ortín hizo hincapié en el gran esfuerzo que supone la adaptación de una empresa familiar a la tecnología, la comunicación y las redes sociales. Precisamente es de los sistemas de calidad, control de costes y tecnología de lo que se han hecho cargo en Cárnicas Ortín él y su hermana, Alba.

Los últimos en intervenir fueron Alba Lucía Durango y Sergio Chirivella, que se han puesto al frente de una empresa en funcionamiento, la Escuela de Naturaleza y Albergue de Eana, aunque en su caso el traspaso no ha sido familiar. Durango es colombiana y Chirivella de Valencia, ambos son arquitectos de profesión, con trabajo por su cuenta pero con un ritmo de vida asfixiante y alejado del que desean tener junto a sus cuatro hijos. Por eso se han decidido a mudarse a Castellote para dar a sus hijos la educación y el entorno en el que desean criarlos. Explicaron que ellos no van a dejar su trabajo, por lo que la apuesta no entraña riesgos laborales, y especificaron que además cuentan con el apoyo y asesoramiento durante algún tiempo del anterior gerente, Javier Oquendo.