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El visón americano abunda en Teruel, pero no supone una amenaza ambiental El visón americano abunda en Teruel, pero no supone una amenaza ambiental
El visón americano es de un tamaño mayor al europeo y por eso resulta una amenaza para estas poblaciones. Pixabai

El visón americano abunda en Teruel, pero no supone una amenaza ambiental

De los cinco núcleos localizados en España, uno está en el límite con la provincia de Castellón
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Cruz Aguilar

El visón americano es muy abundante en Teruel, de hecho en el límite con la provincia de Castellón hay uno de los cinco núcleos que hay contabilizados en España. Sin embargo, su presencia –derivada de abandonos y sabotajes en granjas– no pone en riesgo al visón europeo puesto que nunca ha llegado hasta Teruel, según confirma la responsable del programa de Especies del Fondo Mundial para la Naturaleza, WWF, Laura Moreno.

El visón europeo, sobre cuyo riesgo alerta WWF por la colonización del territorio por parte del americano, sí se localiza en Aragón, concretamente en la zona norte de Zaragoza. “Llegó a expandirse desde Rusia al resto de Europa”, dice Moreno, quien añade que España está en el límite de esa expansión, quedándose en la zona de Navarra, País Vasco y unas pequeñas manchas en las provincias de Burgos, Soria y Zaragoza.

El visón americano es un competidor sobre el mismo nicho ecológico, se alimenta de las mismas especies y, además es de un tamaño un poco mayor y depreda sobre las crías. Además, según indica la experta de WWF, al ser una especie invasora se reproduce mucho más. Ambos viven en el medio acuático, se extienden a través de los ríos y comen pequeños micromafíferos, como ratas de agua, topillos, anfibios o reptiles. “Cuando se elimina el americano, el europeo suele prosperar”, dice Moreno, quien no obstante reconoce que sí se han visto afectados por la contaminación de los ríos.

Cierre de granjas

Desde WWF llevan años pidiendo que se cierren las granjas de visones que hay en España y de las que en Teruel no queda ninguna, puesto que la última cerró en la pandemia al tener que ser sacrificados 92.700 de estos animales debido a que buena parte de ellos estaban contagiados de covid.

El contagio de varios trabajadores de la granja causó alarma en La Puebla de Valverde, donde estaba instalada desde hacía dos décadas. La medida del sacrificio fue muy polémica y algunas agrupaciones ecologistas la criticaron. El departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente acotó la decisión tras realizar diferentes muestreos durante los primeros día de julio que determinaron que más del 86% de los animales estaban infectados. Los animales fueron sacrificados con dióxido de carbono (CO2).

Los visones americanos llegaron a la provincia de Teruel en 1988 a través de la empresa Zovimar, que se instaló en Sarrión con 500 visones, 20 zorros y 6 mapaches. Dos años después la compañía peletera entró en suspensión de pagos y miles de ejemplares de visones se estuvieron muriendo de hambre encerrados en sus jaulas e incluso comiéndose unos a otros como método de supervivencia. Dejaron morir, según publicó el DIARIO DE TERUEL el 27 de julio de 1990, 4.500 animales murieron y algunas decenas de ejemplares fueron liberados para que sobrevivieran.

Río Mijares

Esos fueron los primeros visones que llegaron al río Mijares, aunque a ellos años después se sumaron muchos más en 2001. El 1 de agosto un sabotaje en una granja que había abierto algún tiempo después en La Puebla de Valverde puso en libertad a 13.000 visones de los 20.000 que había en ese momento en las instalaciones. Los técnicos indicaron en ese momento que buena parte de los mismos iban a morir porque no sabrían adaptarse a vivir en libertad y se capturaron, según la hemeroteca de esos días, en torno a 12.000 ejemplares, además de que varias decenas aparecieron atropellados en las carreteras.

Sin embargo, a pocos días del sabotaje ya se hablaba en DIARIO DE TERUEL de que unas cinco parejas de mustélidos habían alcanzado el cauce del Mijares y se establecieron pautas para su captura.

Estos sabotajes se atribuyeron a grupos que apelaban por la protección de los animales pero que, con sus acciones, causaron un grave daño ambiental para el resto de animales del entorno.

Este no fue el único boicot que sufrieron las granjas de visones ya que en el año 2010 hubo un par de asaltos en una empresa de Albalate del Arzobispo. En esta peletera, que se había puesto en marcha en 2002, se dejaron escapar en marzo un total de 126 ejemplares, de los que los Agentes de Protección de la Naturaleza recuperaron un centenar. En el mes de noviembre, un nuevo sabotaje dejó escapar 65 visones, aunque la mayoría murieron en la huida.