

La burocracia, otra zancadilla que frena a los pueblos a la hora de salir adelante
Plantean leyes y medidas diferenciadoras entre el medio rural y las urbesLa primera de las mesas redondas del I Congreso de Despoblación sirvió para conocer ejemplos de diferentes zonas de España en materia de despoblación y puso sobre la mesa algunos de los problemas que hay en el medio rural, como las trabas burocráticas a las que se enfrentan los pequeños municipios, que los colocan en una posición de desventaja aún mayor con respecto a otros más grandes.
La secretaria general de Administración Local en la Junta de Andalucía, María Luisa Ceballos, lamentó la burocracia a las que deben hacer frente los ayuntamientos y comentó que hay que hacer un replanteamiento para que esos contratos se adapten a los municipios pequeños. “Ese Estatuto de Pequeños Municipios hay que ponerlo encima de la mesa de forma seria para que todas esas iniciativas sea posible realizarlas en esos pequeños municipios”, dijo.
En este mismo sentido se pronunció el director general de los Servicios Jurídicos, Coordinación Territorial e Internacional en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Francisco Díaz, quien señaló que la legislación no puede ser similar para un pueblo como Segura de los Baños, que no llega al medio centenar de habitantes, que para una ciudad como Madrid, porque, aseguró, “al final hay un cuello de botella en la gestión que se llama Administración”.
Desde el público, una representante municipal preguntó qué se podría hacer para mejorar la situación de las pequeñas localidades con respecto a la Ley de Contratos, y Francisco Díaz respondió que desde la FEMP se ha solicitado de manera reiterada un cambio en esta norma, al igual que la reforma en la financiación municipal.
Díaz puso el acento en la apuesta por la economía local, basada en la agricultura y la ganadería, para mantener la población en el territorio. Desde la FEMP piden a la UE un Fondo Europeo permanente contra la despoblación con asignación directa a los municipios.
Incidió a su vez en que la política de cohesión baje al territorio y que la capacidad de decisión y ejecución la tengan los que viven en él, porque “cuando se gobierna desde lo local los proyectos no se quedan en papel”, dijo, para señalar que la despoblación tiene que ser un objetivo específico, es transversal y “la unión de todos es la única manera de hacer las cosas”, sentenció.
El analista político de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) Marc Bournisien de Valmont, indicó que frenar la sangría demográfica es un reto fundamental a nivel internacional, comparable con el tecnológico o climático y subrayó también la transversalidad del mismo.
Propuso combinar dos enfoques complementarios, la mitigación, que es frenar la despoblación con políticas económicas y de atracción de talento, a través de sectores clave como la bioeconomía, las nuevas formas de turismo o la reindustrialización. Dijo que en este planteamiento el medio rural presenta ventajas comparativas que hay que aprovechar. Por otro lado, está la adaptación, rediseñando servicios e integrando estrategias, porque “revertir la población en ciertos territorios es imposible”.
La vicepresidenta de la red francesa de Entidades Territoriales por una Economía Solidaria (RTES), Patricia Andriot, explicó que en el país galo no hay una política específica para la despoblación, pero sí políticas activas de desarrollo rural. Cuentan con una agenda rural desde el año 2017 y ya están viendo los primeros resultados, aseguró.
Andriot matizó que no hay que separar zonas urbanas de las rurales, sino fomentar la cooperación, una herramienta que también considera necesaria con otras zonas de Europa.