La Cámara de Comercio forma en construcción a siete jóvenes usuarios del centro de Accem de Burbáguena

Los usuarios del centro de Accem de Burbáguena se forman en albañilería para favorecer su inclusión en el mercado laboral. Un total de siete residente han completado el curso de formación ofrecido por la Cámara de Comercio e Industria de Teruel para mejorar sus capacidades y su empleabilidad, una vez que se termine de tramitar su permiso de trabajo.

La formación se ha impartido desde el programa Talento Joven, que se gestiona desde la entidad cameral y que está financiado por el Fondo Social Europeo. Este programa está destinado a “mejorar la empleabilidad de los jóvenes mediante la orientación laboral y la formación”, explicó Clara González, técnica de Formación y Empleo de la Cámara de Comercio de Industria de Teruel, que explicó la intención de esta formación es que las personas que la reciben “mejoren sus posibilidades de inserción, pues bien, que a través de que sean formaciones demandadas por las empresas, también, pues que sean de interés para los propios jóvenes”.

Siete de los ocho alumnos que comenzaron el curso completaron la formación “para poder insertarse en el mercado laboral”, explicó la técnico de la Cámara, que refirió que se ha “intentado la parte de prevención de riesgos laborales, que es formación obligatoria para insertarse en el sector, pues ofrecérsela para que luego ellos puedan acceder a puestos de trabajo dentro del sector de la construcción y darles esas nociones básicas para que si acceden a esos puestos de trabajo, pues sepan manejarse y tengan unos conocimientos mínimos”.

La responsable del centro de Accem en Burbáguena, Elena Orús, recordó que fue en el pasado mes de septiembre cuando se les ofreció la propuesta de “lanzar la formación para menores de 29 años”. Para la responsable, la formación resultó “muy interesante por lo completa que es, su parte teórica y su parte práctica” y ofreció “una formación muy enfocada a la empleabilidad aquí en España, a pesar de sus formaciones en país de origen, pues que aquí puedan hacer una formación que además es muy necesaria en el contexto rural donde nos encontramos”.

El programa formativo consta de dos partes diferenciadas. Una, la primera, que tiene un carácter más general, sirvió para que los alumnos mejorasen en su empleabilidad, aprendiendo técnicas de búsqueda de empleo, cómo preparar un currículum o cómo afrontar una entrevista de trabajo, así o como derechos y obligaciones laborales. En la segunda, de carácter más específico, se fijó en el sector de la construcción con formación en prevención de riesgos laborales en albañilería y en aparatos elevadores, y se incluyó también formación en carretilla elevadora.

El curso constó de 120 horas de formación, de las que la mitad se destinaron a prevención de riesgos, manipulación de carretillas y parte de empleabilidad, y las otras 60 se centraron específicamente en la formación en el área de construcción, incluyendo tanto una parte teórica como una práctica que se desarrolló en un local municipal.