Síguenos
La integración de los inmigrantes, fundamental para que echen raíces en el territorio y frenen la sangría demográfica La integración de los inmigrantes, fundamental para que echen raíces en el territorio y frenen la sangría demográfica
Judith Ferrer (i), Mª Ángeles Zaera, Said El Ghoury, Darjaniva Fernández y Alejandro Balboa, en el coloquio de Perales

La integración de los inmigrantes, fundamental para que echen raíces en el territorio y frenen la sangría demográfica

Nuevos pobladores y vecinos muestran sus experiencias en Perales del Alfambra
banner click 244 banner 244
banner click 236 banner 236
Cruz Aguilar

Los inmigrantes son un pilar muy relevante en el medio rural turolense y la clave de que la relación con los lugareños funcione está en que los nuevos pobladores “den los primeros pasos” y los del pueblo “abran sus puertas”. Esta fue una de las premisas que salieron a relucir en Perales del Alfambra, donde tuvo lugar la jornada Nuevas oportunidades para nuestros pueblos, organizada por la Fundación Cepaim y con la despoblación como eje central.

El Colegio Rural Agrupado Teruel  es el que opera en todo el territorio del Altiplano, y sus 88 alumnos son considerados, como apuntaron algunos de los ponentes, “la esperanza” para esta zona. De esos chavales, 47 son migrantes o nuevos pobladores, lo que supone el 55% del total, según los datos que ofreció el director del centro escolar, José María Martínez, durante la mañana de ayer. 

La técnico de Cepaim en Teruel, Beatriz Benito, fue la encargada de inaugurar las jornadas con un cuento en el que comparaba la migración de las aves con la de las personas y destacaba la importancia de que todos “estemos integrados en la comunidad y seamos iguales”, dijo. 

En ese aspecto de igualdad también incidió Said El Ghoury, que llegó hace tres años a Visiedo junto a su mujer y a sus tres hijas en busca de mejor calidad de vida y sus expectativas se han cumplido. “Somos iguales, me siento como uno más en la zona”, señaló el participante en la mesa redonda.

Said El Ghoury destacó que para lograr una relación fluida con la gente del pueblo los extranjeros “deben dar el primer paso” mientras que los vecinos también tienen que poner de su parte. Said El Ghoury asegura. 

La familia El Ghoury fue la tabla de salvación a la que se agarró el colegio de Visiedo, como reconoció su alcaldesa, María Ángeles Zaera, que acudió a la Fundación Cepaim para solucionar un problema que, de momento, ya no existe en esta localidad del Altiplano: “Es difícil que las escuelas y los pueblos no se cierren, pero hemos de luchar entre todos”, aseveró.

En ese coloquio tomaron parte a su vez Alejandro Balboa y Darjaniva Fernández, que recalaron hace ya varios años en Camañas y se encuentran tan bien que están buscando vivienda en propiedad. Son universitarios y se fueron de Venezuela en busca de un sitio “en el que vivir con tranquilidad”. Y lo encontraron, tras recorrer otros cinco pueblos de España, en Camañas, donde tienen la vida que anhelaban e incluso trabajos vinculados a su profesión, ella ingeniera agrónoma y él informático. 

Balboa y Fernández denunciaron el “facilismo” que buscan algunos nuevos pobladores, que pretenden que les resuelvan “todos los problemas”. Así, Darjaniva Fernández indicó que la integración en una localidad supone “dar y dar”, por parte de ambas partes,  y matizó que su intención es adquirir una casa en Camañas “queremos tener la opción de compra, no que nos regalen nada”.

De todas formas, tanto El Ghoury como la familia Balboa Fernández insistieron en que la motivación que debe llevar a las familias de nuevos pobladores hasta el medio rural tiene que ser social y no económica porque si no no se cumplirán sus expectativas.