La mejor edición del Encuentro con Mío Cid quiere ser un punto de inflexión para el futuro de la recreación

La mejor edición del Encuentro Mío Cid recibió este sábado a casi 3.000 personas desde que al punto de la mañana se empezase con el reclutamiento de las tropas para participar en el desfile hasta que más de doce horas después, la diversión se desatase con la actuación del grupo folk Charraire, que estrenó la canción Babieca, compuesta para la ocasión.

El Poyo del Cid se llenó de música y pasacalles, de olor a ungüentos y a queso, del sonido de los cascos de los caballos y de armaduras. Pero sobre todo se llenó de sorpresa e ilusión, que desbordaba las expectativas de vecinos y visitantes hasta dibujarles una sonrisa casi perenne. La fiesta vivió su mejor versión para celebrar sus bodas de plata con la confianza de que el empujón que se le ha dado en esta XXV  edición sirva de punto de inflexión para hacer la recreación aún más grande.

Con la impuntualidad característica en este tipo de celebraciones, la mañana arrancó con el reclutamiento de las tropas junto al pabellón polideportivo que estaba marcado a las 11 de la mañana pero que entre unas cosas y otras se retrasó hasta mediodía.

Entre tanto, el campamento se desperezaba y ultimaba su puesta a punto con las jaimas de los grupos alineadas en la primera hilera de carpas, y los vendedores ambulantes en la columna central, junto a la taberna y con el toldo de sombra regalándoles un soplo de aire fresco. En la finca contigua, la pista del torneo  aguardaba a cobrar protagonismo por la tarde, al igual que las calles de tiro con arco, en las que el Club de Tiro con Arco de Caminreal realizó demostraciones de su destreza con las flechas.

Al filo del mediodía

Al filo del mediodía la actividad bullía en el polideportivo, donde la Asociación de Mujeres del Poyo del Cid  y  el colectivo marroquí de la localidad compartieron un abundante surtido de dulces y tés, que recogieron las felicitaciones de vecinos y visitantes que se arremolinaban alrededor de cada una de las bandejas que se pesaban entre los participantes.

El zaragozano Juan Manuel Pérez se relamía celebrando el sabor de estas viandas. “Siento vergüenza como aragonés por descubrir esta fiesta 25 años sin saber que esto existe”, se lamentó.

Con la tripa llena, y tras el reparto de escudos y pendones, arrancó por fin el desfile. Los malabaristas se subieron en unos altísimos zancos y, danzando, acompañaron a los gigantes del Campeador y Jimena en un masivo pasacalles al son de las dulzainas, gaitas y tambores de Charraire. Y así, bailando, la comitiva llegó a la estatua del Cid que preside desde hace 25 años la entrada al municipio  para, en la pradera de hierba sobre la que se asienta la imagen de bronce del Campeador, inaugurar oficialmente la edición del XXV aniversario.

El encargado de inaugurar la fiesta fue el alcalde en funciones de Calamocha, presidente de la Diputación de Teruel y del Consorcio del Camino del Cid, Manuel Rando, que destacó el papel que desempeño esta localidad “en la batalla de Valencia porque fue le punto donde se apoyó el Mío Cid para reclutar tropas y llevar a cabo las invasiones de la zona del río Alfambra hacia Valencia”. Rando, que fue maestro y director del CRA durante cerca de 20 años, destacó “la participación de todos y cada uno de los vecinos, del entusiasmo, de querer saber sobre su identidad” a lo largo de estos 25 años.

Además, Rando recordó que “este año que la DPT ocupa la presidencia del Consorcio Camino del Cid se quiso fortalecer esta fiesta” destacando que se trata de “un referente y se ha llevado todos los premios del Consorcio”.  Asimismo recordó que “la Diputación de Teruel la ha apoyado, lo ha hecho siempre, al igual que el Ayuntamiento de Calamocha”.

En su intervención, el alcalde en funciones hizo hincapié en la conveniencia de que el apoyo extraordinario que se ha hecho en 2023 con motivo del aniversario se prolongue en el tiempo. “Es que, en un pueblo pequeño, si estas fiestas no se apoyan de una forma decidida por mucho que se esfuercen es difícil mantenerlas” y añadió que la intención era “que este 25 aniversario fuera un punto de inflexión para reavivarla”. Para ello, continuó “no se necesitan grandes cantidades de dinero. La DPT ha aportado 14.000 euros y el Ayuntamiento de Calamocha 5.000, además del apoyo logístico”.

Premio Campeador

Tras la inauguración se entregó el premio Campeador al escultor bilbilitano Luis Moreno Cutando, autor hace 25 años de la estatua del Cid. Emocionado por el homenaje, Moreno Cutando, parco en palabras, aseguró que su “mayor ilusión ha sido que se hayan acordado” de él después de estos 25 años.

El premio Campeador está destinado a “una persona que lleva muchos años trabajando por el arte y por la cultura de Aragón”, aseguró el secretario de la Asociación Mío Cid, que recordó que precisamente, la ceremonia se estaba desarrollando a los pies de la imagen tallada por el escultor.

El grupo Charraire fue el protagonista musical del XXV Encuentro Mío Cid y desde primera ora animó el campamento con sus canciones y su espectáculo callejero. Dulzainas, gaitas y tambores resonaron todo el día. Y toda la noche.

Por la mañana fueron los encargados de conducir el desfile con ejercicio gimnásticos y de contorsionismo y malabares con cuchillos y bolos para, después, subirse a unos zancos y competir con los gigantes del Cid y Jimena.

El portavoz del grupo, Amador Guillen, recordó que su apuesta era “pasar un rato divertido con toda la gente y hacerles disfrutar del campamento y de las actividades”.  En su debut en esta fiesta costumbrista, Charraire fue protagonista a lo largo de toda la jornada “con animación callejera, animación durante las comidas y un concierto” con el que se cerró el programa de ayer y en el que se presentó el tema Babieca, compuesto especialmente para la ocasión.

Composición

“Debutamos este año y lo que hemos hecho es preparar un cosa muy chula, hemos compuesto un tema que se llama Babieca” que se presentó durante el concierto, adelantó Guillén, que explicó que “es una composición dedicada a todos los de la Ruta del Cid”.

Tras la parada obligatoria para comer, compartiendo mesa en el pabellón con paella gigante como menú, llegó el momento del tiro con arco. El presidente del Club de Tiro Caminreal, José Luis Sancho, recordó que “desde hace unos años colaboramos con la Asociación Mío Cid con la misión de colaborar en el campamento y enseñar a tirar con el arco a todo el público que quiere venir. Les dejamos nuestros arcos y flechas y les enseñamos”, relató.  Los arqueros acompañan, además, en el Descenso de Tropas desde el Poyo y en el cortejo fúnebre. Además, el torneo que se disputó por la tarde demostró las habilidades caballerescas de los contendientes.

Con las últimas luces de la tarde se celebró la Bajada de Tropas desde El Poyo del Cid con la participación de una treintena de caballos y muchos voluntarios que acompañaron a la tropa a pie hasta el campamento para cenar carrilleras y patata asada, permitiéndose una licencia temporal, ya que en el siglo XI este tubérculo no había llegado aún a Europa.

Después de haber esquivado la lluvia durante toda la jornada, los organizadores expresaron su satisfacción por la respuesta de los visitantes que, sobre todo a última hora, abarrotaron la campa.