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La nueva campaña de escamonda del Parque del Chopo Cabecero llega a nueve municipios La nueva campaña de escamonda del Parque del Chopo Cabecero llega a nueve municipios
Herminio Santafé durante la realización de trabajos de escamonda en el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra

La nueva campaña de escamonda del Parque del Chopo Cabecero llega a nueve municipios

Galve, con 79 trasmochos intervenidos, ha recibido un tercio de las podas de esta primavera
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José Luis Rubio

La primera campaña del año de trabajos forestales en árboles trasmochos que ha realizado el Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra ha concluido con un total de 225 árboles escamondados, a la espera de que en el otoño se complete la demanda de estos trabajos que los propietarios de ejemplares han solicitado a alguno de los ayuntamientos comprendidos dentro del territorio del parque cultural.

Como cada año, el Patronato del Parque Cultural aprueba destinar una partida de alrededor de 10.000 euros al cuidado de este patrimonio natural que da sentido al propio parque y que en esta ocasión ha sumado un total de 9.138 euros. “Estamos en las mismas cifras que otros años”, explicó el director del Parque Cultural, Ignacio Martínez, que añadió que las podas de los chopos cabeceros es un “derecho adquirido por los propietarios” de estos árboles, que cada año solicitan al Parque Cultural la atención para sus ejemplares que así lo precisan.

En esta edición de los trabajos forestales se han atendido los requerimientos de propietarios de nueve de los diez municipios que se encuentran dentro de los límites del Parque Cultural. Solo se ha quedado fuera de las podas el municipio de Gúdar, donde “hace dos años se hicieron bastantes”, explicó Martínez.

Víctor Herrero, durante la realización de trabajos de escamonda


Uno de los momentos en los que se deben hacer las podas de los álamos es antes de la primavera o con los primeros días de otoño., “cuando el árbol no sufre”, dijo Ignacio Martínez.

Una tercera parte de los 255 ejemplares escamondados esta primavera han sido en Galve, donde se ha trabajado sobre 79 trasmochos. En Aguilar del Alfambra se han podado 38 y en Monteagudo del Castillo, 30. Además de Gúdar, donde este año no se ha intervenido, el municipio de El Pobo, con 9, fue el que menos requerimientos de poda registró.

Podas a demanda

Los propietarios de un árbol trasmocho que esté en ciclo de poda puede solicitar, a través de su ayuntamiento, al Parque Cultural del Chopo Cabecero. “Tiene que ser el propietario quien quiera escamondarlo. Si no hay ningún propietario que necesite la madera, no se lleva a cabo”, explicó Martínez. A partir de ese momento, una vez que acude el maderista y trabaja el árbol, el propietario tiene que llevarse la madera que ha producido el trasmocho. Si antes esas vigas se empleaban para la construcción, hoy se han convertido en un recurso energético para las estufas en invierno. Los dueños de los árboles que hay que escamondar no tienen que sufragar nada por la poda, que costea íntegramente el Parque Cultural, pero sí tienen que hacerse cargo de la madera producida.

Los encargados de trabajar con los árboles son maderistas profesionales, expertos en este tipo de poda. “Antes era el propietario quien llamaba al maderista y se hacía todo bajo mano. Ahora hay una factura y el profesional tiene que estar asegurado”, relató el director del Parque, destacando la honestidad en la contratación de los trabajos. “Todo legal y todo en orden”, sentenció Martínez.

A pesar de que este año la primavera ha sido especialmente húmeda y lluviosa, el viento ha sido el factor meteorológico que más ha condicionado las podas.
 

En detalle

Un árbol trasmocho se obtiene cuando, siendo joven, se corta el tronco por encima de dos metros del suelo y las ramas que se obtienen tras el rebrote son podadas regularmente.

Tras el desmoche, el chopo forma un callo leñoso para cerrar el corte. Del extremo del tronco podado crecen nuevas ramas que irán creciendo con los años, a la vez que el propio tronco, cada vez más grueso. La escamonda periódica permite que se forme un ensanchamiento leñoso, la cabeza o toza, en la que se anclan las largas y pesadas ramas, también conocidas como vigas. La cabeza es una parte clave en el árbol pues soporta enormes esfuerzos en los días de viento.

Fuente: ParqueChopoCabecero

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