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La Procesión de Penitentes lleva a la Sangre de Cristo de Fuentes Claras a Villalba de los Morales La Procesión de Penitentes lleva a la Sangre de Cristo de Fuentes Claras a Villalba de los Morales
La imagen de la Virgen de los Dolores, a su entrada en la iglesia de Villalba de los Morales, donde los cofrades han de humillarse para pasar por el bajo dintel del templo. J. L. R.

La Procesión de Penitentes lleva a la Sangre de Cristo de Fuentes Claras a Villalba de los Morales

La cofradía celebra su 300 aniversario con una exposición y desfilando con sus tallas e instrumentos
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José Luis Rubio

El hermanamiento entre el municipio de Fuentes Claras y la pedanía de Caminreal, Villalba de los Morales, se certificó este domingo una vez más con la Procesión de Penitentes que celebra cada mes de mayo la Cofradía de la Sangre de Cristo de Fuentes Claras. La tradición reunió a más de 150 cofrades con 30 instrumentos, además de a un buen número de vecinos que asistieron a la llegada de los tambores y los estandartes, que aguardaron la llegada de las imágenes del Cristo de la Cruz y la Dolorosa para ser saludados con una reverencia por dos de las imágenes de Villalba y que, después del oficio religioso, compartieron bollos y chocolate cocido, por cuenta del prior de la hermandad. Después, los miembros de la hermandad cargaron las imágenes en los mismos camiones que las habían subido para devolverlas hasta Fuentes Claras, donde se volvió a salir en procesión con baile de banderas y saludos a las imágenes de los santos locales.

Todo ello, enmarcado en la celebración de los 300 años de la anotación más antigua que se tiene de la cofradía, fechada en 1725 en un libro de cuentas que se conserva el Obispado de Teruel, aunque se tiene certeza de que la hermandad es incluso anterior a esa fecha. La presidenta de la cofradía, Amparo Cebrián, explicó que “celebramos los 300 años en referencia a lo que hay escrito en el libro (de cuentas) del que tenemos constancia. Pero sabemos que hay otro libro más antiguo, porque en el de hace 300 años hace la mención de que se escribe, porque hay otro anterior que se ha acabado”.

Procesión por las calles de Villalba, camino a la iglesia.  J. L. R.



Por orden de lista

Después de congregarse los miembros de la Cofradía de la Sangre de Cristo en Fuentes Claras para cargar las imágenes de Cristo de la Cruz y la Virgen en los camiones con los que las trasladaron hasta Villalba de los Morales. Algunos hermanos completaron los más de 7 kilómetros que separan ambos pueblos a pie “como se hacía antiguamente”, apuntó la presidenta, aunque la gran mayoría se desplazó en sus vehículos.

Antes de las 9 de la mañana los cofrades se esmeraban en ataviarse con el hábito de la hermandad, con túnica y tercerol negros y el escudo de la cofradía pendiendo de un cordón morado. Algunos se cubrían la cara aunque la mayor parte de los 150 participantes en la procesión lo hicieron con el rostro descubierto.

Un miembro de la junta de la hermandad fue llamando a los cofrades por orden de lista, comenzando por los más nuevos y cerrando con el más veterano, que es el prior. Ese cargo se renueva cada año y lo ostenta el socio más veterano, aunque no sea el de más edad, y que en esta ocasión recayó en Miguel Ángel Bernal. Ser prior supone un orgullo para el titular y, entre sus responsabilidades, están la de portar la cruz con la que se cierra la procesión, acompañar a los difuntos que haya durante este año que hayan sido o bien cofrades o bien hermanas o hermanos, y también la de invitar a chocolate y dulces a los participantes en la procesión de los Penitentes.

Una gran bandera de terciopelo negro abrió la comitiva desde el cementerio de Villalba seguida de la banda de cornetas, tambores y bombos con cerca de 30 instrumentos. Un poco más atrás y acompañada de otro número de hermanos de la Sangre de Caminreal avanzaba serena la imagen de Cristo de la Cruz, porteada por cuatro cofrades que el azar quiso que fueran dos hombres y dos mujeres, ellas delante y ellos atrás. Mientras, la Dolorosa y la Cruz de Cristo que porteaba el prior cerraban la procesión.

A la entrada del pueblo aguardaban la llegada de la comitiva las dos imágenes de santos locales.

Los instrumentos fueron los primeros para instalarse en un lado de la carretera desplegando su repertorio de toques de exhibición, algunos de ellos estrenados este año en la exaltación celebrada en su pueblo. Entre un ritmo y otro llegó la imagen del Cristo a Villalba, precedida por un juego de banderas. Poco después fue el turno de la Virgen, ante la que se reclinaron los pasos locales como muestra de respeto para acompañarle en su entrada al casco urbano. Esa reverencia se llama Cortesías y simboliza “el encuentro de los santos de Villalba y los santos de Fuentes Claras”, explicó la presidenta Cebrián.

Tras las Cortesías, los pasos de Villalba y Fuentes Claras intercambian sus peaneros. “Se hace un intercambio de santo”, explicó Miguen Ángel Garcés, vocal de la junta directiva de la Sangre.

Una vez allí, las cuatro imágenes, acompañadas por la banda de cornetas, tambores y bombos, emprendieron su procesión conjunta hasta la iglesia donde se ofició una misa. No obstante, la procesión no siempre ha llegado hasta la iglesia del pueblo sino que antes caminaba hasta la ermita de San Bartolomé, en las afueras del municipio. Sin embargo, el estado de ruina del templo terminó aconsejando cambiar el lugar del final del desfile.

El prior de la cofradía invita a chocolate y bollos a los asistentes.  J. L. R.


Chocolate y bollos

La tradición dice que después de misa en Villalba de los Morales, el prior de la Cofradía de la Sangre de Cristo de Fuentes Claras invita a un piscolabis. Y el prior de este año, Miguel Ángel Bernal, cumplió a pies juntillas con la costumbre. Bernal, de 47 años, es uno de los priores más jóvenes que ha habido en la historia reciente de hermandad.

“Es que toda mi vida la he pasado en la cofradía”, explicó Bernal, a quien su madre le apuntó en a la hermandad cuando aún no había cumplido dos años.

Para el prior, llevar el cargo durante este año supone un honor. “Aparte de las creencias personales y la fe, que eso es muy personal para cada uno, la verdad es un orgullo, porque es el acto religioso, incluso no religioso, uno de los actos más importantes que tenemos durante el año”, explicó.

La encargada de la preparación de los 40 litros de chocolate caliente y los 110 bollos de azúcar con que se agasajó a los participantes en la jornada es Mariluz Domingo, madre de Miguel Ángel Bernal. Junto a un esforzado grupo de compañeras empezó a cocer el chocolate a las 6:00 de la mañana para ter las dos grandes ollas listas para el almuerzo. “Las hemos cocinados en fuegos de paella”, explicó Domingo, hecha aún un manojo de nervios.

Procesión de ida y vuelta

Con un protocolo parecido al desplegado en Villalba de los Morales, la Sangre de Cristo también procesionó en su Fuentes Claras natal, donde se volvieron a bailar las banderas y donde se sacaron las imágenes de los templos para que recibieran a las del Cristo de la Cruz y la Virgen de los Dolores, acompañados, además, del bandeo de campanas

300 años

La cofradía de la Sangre de Cristo de Fuentes Claras celebra este año su 300 aniversario, consciente, eso sí, de que la hermandad es mucho más antigua. Se conmemora esta fecha por el Obispado de Teruel y Albarracín conserva un libro de cuentas en el que hay un apunte de 1725 referido a esta organización, aunque esa misma notación refiere otra de otro libro anterior.

Entre los actos organizados por la hermandad para celebrar su onomástica, el sábado se organizó una exposición en el salón del ayuntamiento de Fuentes Claras con material histórico de la cofradía. El elemento estrella de la muestra fue, precisamente, el libro de cuentas que certifica el aniversario. Además, a mediodía se celebró una comida de hermandad.