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La trashumancia fue la actividad más importante hasta el siglo XX en la zona La trashumancia fue la actividad más importante hasta el siglo XX en la zona
Los ponentes y representantes institucionales, durante la jornada en Allepuz

La trashumancia fue la actividad más importante hasta el siglo XX en la zona

En 1641 un pastor tenía el mismo número de ovejas que hoy hacen la vereda
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Hoy en día hay en el Maestrazgo 5.000 ovejas que hacen la trashumancia y se distribuyen en siete ganaderías diferentes. Para ese mismo número de reses, 5.020 concretamente, pidió autorización un solo propietario, Pedro Pin, en 1641, con el fin de llevarlas desde Sollavientos, en Allepuz, hasta Valencia. La trashumancia fue la actividad económica más importante hasta el siglo XX en la zona y la lana procedente de esos animales se exportaba a Italia. Además, el paisaje que hoy hay, así como buena parte del patrimonio, son consecuencia de cientos de años de pastoreo. De todo ello se habló en la jornada Extremar ayer y hoy. La trashumancia ovina en el Maestrazgo, que reunió a investigadores, técnicos y pastores para analizar la situación en una jornada que se celebró este pasado sábado en Allepuz.

Un nutrido público asistió a la jornada que tuvo lugar en Allepuz

El doctor en Historia José Luis Castán, cuya tesis doctoral está centrada en la trashumancia en la provincia de Teruel, destacó la importancia de esta actividad económica, clave hasta el pasado siglo en la zona y artífice de buena parte del patrimonio que hay hoy ahí, como “corrales, parideras y abrevaderos", según enumeró. También está presente la huella de este tipo de pastoreo en "ermitas, peirones, iglesias, masías, o incluso palacios", aseguró.

La jefa de los veterinarios en la Oficina Comarcal Agraria de Cantavieja, Dolores Cortés, expuso durante la sesión que desde el año 2018 el número de ganaderos han pasado de diez a siete, lo que es una muestra de cómo ha caído la cabaña de ovino en la zona. Cifró en siete las explotaciones ganaderas de la actualidad, con un total de 5.000 cabezas de ganado.

Además, en su intervención mostró un análisis de debilidades y oportunidades. En él definió algunas de las fortalezas, como el reciente reconocimiento a la trashumancia como Patrimonio Cultural Inmaterial por parte de la Unesco; el mantenimiento de los ecosistemas, la biodiversidad y la lucha contra los incendios; la figura del pastor como protector de la naturaleza, el mantenimiento de las zonas rurales al fijar población, la mayor valoración social a la ganadería extensiva por la calidad de su producto o el apoyo específico de la Política Agraria Común (PAC) al ganado extensivo y al pastoreo.

Entre las debilidades que a juicio de la veterinaria hay está el envejecimiento del sector y la escasez de relevo generacional; la falta de cooperativismo y coordinación entre los propios ganaderos; la difícil incorporación para quien no tiene patrimonio familiar o la ausencia de reconocimiento y apoyo a este tipo de ganadería, entre otras.

Testimonios

La jornada sirvió para dar voz a los verdaderos protagonistas, que son los pastores. Durante la mesa redonda, Gonzalo Gargallo pastor y masovero del Mas de Altaba de Cantavieja comentó con humor que sentía que su pasión por las ovejas era como un veneno en la sangre sin el que no se imaginaba vivir. Destacó la dificultad de mantener al mismo tiempo dos casas y, prácticamente, dos explotaciones ganaderas, en dos lugares tan distantes como Cantavieja y Vinaroz. Y en cuanto a mejoras que había experimentado la actividad de ir a extremo estos últimos años nombró las ventajas de disponer de teléfonos móviles y de complementar el desplazamiento a pie con el apoyo de un automóvil.

Por su parte, Azucena Alegre de Allepuz, se presentó como hija, sobrina, nieta, mujer y desde hace poco también madre de ganaderos trashumantes. Los lugares en los que a lo largo de los años ha ido acompañando al ganado de su explotación abarcan un amplio abanico territorial que ha ido pasando por las provincias de Tarragona, Valencia, Ciudad Real, Cáceres y, en la actualidad, Toledo. Como aprendizaje personal positivo de este continuo cambio de residencia temporal valoró especialmente lo enriquecedor que había resultado aprender catalán y valenciano y, en general, la apertura de carácter que había ido adquiriendo.

En el turno de palabra surgieron numerosos debates y propuestas de apoyo a la continuidad de esta actividad como la aplicación de nuevas tecnologías, la reducción de la burocracia y de la diferente normativa entre comunidades autónomas, o la realización de actividades educativas para que se conozca y valore esta actividad vital para el mantenimiento de los paisajes de la zona.

En la jornada estuvo presente el presidente del Maestrazgo, Fernando Safont, quien puso el acento en que la actividad se celebrara en una localidad donde todavía había ganados trashumantes. Por otro lado, indicó que se trata de una actividad que “forma parte de la identidad comarcal”.

Félix Rivas explicó durante la presentación de la jornada que, desde hace dos años, el área de Patrimonio de la Comarca de Maestrazgo está impulsando el desarrollo del Plan de Salvaguarda del Patrimonio Inmaterial Masovero. En este proyecto se ha hecho evidente que uno de los elementos más valiosos de este patrimonio es la trashumancia o, como se nombra en la zona, la práctica de “extremar”.

Como todo elemento del patrimonio inmaterial, estos desplazamientos estacionales de ganado son una actividad viva que se va adaptando a los cambios de la sociedad, pero también por ello pueden encontrarse en riesgo y necesitar de apoyo. Con este espíritu se ha preparado precisamente este jornada, con los objetivos de poner en valor la actividad de extremar y de homenajear a los ganaderos que la continúan ejercitando, y tratando de manera expresa de huir de cualquier idealización o visión edulcorada, poniendo encima de la mesa tanto sus luces como sus sombras.