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Ladruñán conserva los restos de ocupación humana más antiguos hallados en Aragón Ladruñán conserva los restos de ocupación humana más antiguos hallados en Aragón
El equipo de arqueólogos durante las excavaciones realizadas en el abrigo, que ahora está protegido. P.U./R.D./M.B.

Ladruñán conserva los restos de ocupación humana más antiguos hallados en Aragón

El abrigo de la Fonseca presenta pinturas rupestres y actividad humana, algo que es poco habitual
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Cruz Aguilar

Las excavaciones arqueológicas realizadas en los yacimientos El Arenal de la Fonseca I y II de Ladruñán, en Castellote, han constatado que allí se encuentran los restos de ocupación humana más antiguos de Aragón, correspondientes al Gravetiense, en torno al 25.300 a.C. Otro de los aspectos más llamativos de los restos es que se han localizado pinturas levantinas en el mismo espacio de ocupación, algo que no ocurre en ningún otro yacimiento aragonés. 

Aunque las excavaciones todavía no han concluido, el sábado en Ladruñán se presentará el libro El Arenal de Fonseca (Castellote): ocupaciones prehistóricas del Gravetiense al Neolítico, que forma parte de la serie Monografías Arqueológicas que edita la Universidad de Zaragoza. La presentación es uno de los actos organizados para celebrar el II día del Geoparque del Maestrazgo el sábado 12 de mayo, que incluye a su vez una ruta senderista, la visita comentada a las pinturas, un taller de pinturas rupestres y un recorrido en kayac por el embalse de Santolea.

En el Arenal de la Fonseca hay restos de actividad desde el Gravetiense, en torno al 25.300 a.C., pero también del Epipaleolítico Macrolítico y el Epipaleolítico Geométrico. Además, Manuel Bea, arqueólogo que forma parte del equipo que está estudiando el yacimiento, comentó que también han localizado restos del periodo Magdaleniense, pero precisó que “no están bien consignados”.

Vínculo con los trazos

Se trata de un abrigo interesante porque algún momento de ocupación se vincula con el de realización de las pinturas. Para confirmar esta hipótesis se han realizado análisis de los pigmentos con el fin de relacionar los ocres que aparecen en el suelo con esos mismos tonos en las pinturas. 

Establecer esta relación “sería muy interesante” asegura Bea puesto que, tras un siglo estudiando el arte levantino, los investigadores aún no han podido establecer para él una cronología. “No hay técnica que nos permita una dotación absoluta”, dice el arqueólogo para añadir que con respecto a otros estilos artísticos sí hay fórmulas para su dotación. 

En el libro que presentan el sábado hay un capítulo dedicado a esos análisis preliminares que, aunque no son determinantes, sí establecen ideas que necesitan ser contrastadas. El físico encargado de analizar los restos ocres es Víctor Orera. En su estudio se han aplicado varias metodologías, como el análisis de los componentes químicos y mineralógicos de los pigmentos. También se han sometido las muestras al microscopio de barrido electrónico.

Por otra parte, se ha dado un tratamiento digital a la imagen y se ha elaborado un calco digital. Esto ha permitido diferenciar entre tres paneles decorados diferentes, dos de ellos levantinos en los extremos. Entre las figuras que aparece en uno de ellos hay un jabalí, que aunque no es un tema recurrente en el arte levantino sí se da en abrigos del Maestrazgo de Castellón y Teruel, además de “en un caso aislado en Cuenca”, especifica Manuel Bea. En la otra parte del abrigo hay representaciones humanas entre las que se han reconocido tres figuras de gran tamaño que muestran arqueros corriendo y el tratamiento digital de las imágenes ha permitido ver otros restos, algunos se pueden interpretar, aunque están muy mal conservados, como animales con flechas, lo que lleva a pensar que se trata de una escena de caza.

 Pero además, entre esos dos paneles de arte levantino hay un tercero con representaciones antropomorfas de carácter esquemático: “Es interesante que se pinte en diferentes etapas”, aclara el arqueólogo, para especificar que mientras el levantino se asocia a etapas de cazadores recolectores o Neolítico más antiguo, el arte esquemático se vincula a grupos de economía productora, ya a partir del Neolítico y la Edad de Bronce. Eso se interpreta por parte de los investigadores como una pervivencia ritual simbólica del abrigo, algo que no es nuevo en la zona puesto que ya se observó en el de la Vacada, también en Castellote. “Son lugares simbólicos que se mantienen entre la gente del lugar, que van de forma recurrente a ese abrigo”, matiza Manuel Bea.

Las excavaciones en el abrigo de la Fonseca se iniciaron ya en la década de los 80 con la investigadora Amparo Sebastián a la cabeza. Desde 2002 han trabajado en ese espacio un equipo formado por Pilar Utrilla, Rafael Domingo y Manuel Bea.

Visitas guiadas y comida popular

El II Día del Geoparque del Maestrazgo arrancará este sábado a las 10 de la mañana del sábado con la salida senderista hasta el Monumento Natural Puente de la Fonseca. El punto de encuentro será Ladruñán y desde allí se hará el desplazamiento en coche hasta el inicio del sendero de La Algecira, desde donde se continuará andando. A las 10:15 será la visita comentada a las pinturas rupestres y la presentación del libro El Arenal de Fonseca (Castellote): ocupaciones prehistóricas el Gravetiense al Neolítico, que forma parte de la serie Monografías Arqueológicas que edita la Universidad de Zaragoza. El encargado de presentarlo y hacer el recorrido guiado por las pinturas será el arqueólogo Manuel Bea, que ha formado parte del equipo de investigación de las pinturas. A las 11 habrá un taller de pinturas rupestres destinados a los niños y juegos tradicionales para toda la familia. A las 14 horas tendrá lugar la comida popular en el pabellón (previa inscripción) y ya por alta tarde se hará un recorrido en kayac en el embalse de Santolea. Después se llevará a cabo una visita a las ruinas del Convento Servita de Cuevas de Cañart.