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Las altas temperaturas de marzo de 2023 ocasionaron una merma importante de la cosecha de trufa Las altas temperaturas de marzo de 2023 ocasionaron una merma importante de la cosecha de trufa
Algunos de los alumnos del Curso de la UVT, durante la visita a una plantación trufera

Las altas temperaturas de marzo de 2023 ocasionaron una merma importante de la cosecha de trufa

El Curso de la UVT en Mora de Rubielos aborda el tema del riego y el uso de sensores
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Cruz Aguilar

El regadío es fundamental para garantizar la cosecha de trufa. Esto es algo que se lleva diciendo años y que, sin embargo, en esta campaña no se ha cumplido. Muchos de los truficultores han regado lo suficiente como para paliar la falta de lluvia, pero aún así no han recogido lo esperado. La clave parece estar, según ha salido a relucir estos días en el Curso de Truficultura Práctica de Mora, en que las elevadas temperaturas de marzo impidieron la formación de la trufa en sus primeros estadios.

Los truficultores están acostumbrados a regar en mayo para paliar el calor que, en años anteriores, se da en esos meses, pero no suelen hacer aportes hídricos en marzo, un mes donde habitualmente las temperaturas no son tan elevadas como sí lo fueron en 2023. Fue un momento crítico, según apuntó el biólogo y truficultor Julio Perales, quien señaló que los riegos posteriores no fueron suficientes puesto que no se había formado la trufa.

Sin embargo, todas estos planteamientos son fruto de la intuición ya que, como apunta la directora del curso, la investigadora del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), María Martín, es necesario continuar con las investigaciones sobre biología y ecología de la trufa. Además, como planteó Perales, la recogida de datos y contar con sensores es vital para aprovechar al máximo el agua y no realizar más aportes que los que el suelo de cada finca puede retener.

El pasado lunes

El Curso de Truficultura Práctica está organizado por la Universidad de Verano de Teruel-Fundación Antonio Gargallo en colaboración con la Asociación de Recolectores y Cultivadores de Trufa de la provincia de Teruel, Atruter. Se inició el pasado lunes en Mora de Rubielos e incluye sesiones teóricas y salidas al campo para conocer fincas de cultivo y viveros. Están participando un total de 43 alumnos procedentes de diversos lugares de España e incluso del extranjero y este año se ha ampliado de cuatro a cinco días.

En las charlas están participando investigadores, truficultores y empresarios y ayer Ana Rincón, una de las investigadoras que forma parte del proyecto Tuberlink habló de los estudios de microbiología de las zonas truferas que se están realizando en busca de microorganismos que sean indicadores de la producción.

El curso se centrará hoy jueves en la promoción y las actividades vinculadas a la trufa, como el trufiturismo, y en la fiscalidad, un asunto de gran interés tanto para los profesionales como para los que compatibilizan actividad.