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Las aves amplían su espacio de cría en El Cañizar con el sosiego de la pandemia Las aves amplían su espacio de cría en El Cañizar con el sosiego de la pandemia
Una cigüeña y una cigüeñuela, juntas en la laguna del Cañizar esta primavera. CROA El Cañizar

Las aves amplían su espacio de cría en El Cañizar con el sosiego de la pandemia

Las más de 200 especies distintas avistadas colocan al humedal entre los relevantes de España
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Cruz Aguilar

La combinación de tranquilidad con un buen nivel de agua hizo que durante el confinamiento las aves ampliaran sus zonas de cría y de campeo en la Laguna del Cañizar, entre las localidades de Villarquemado y Cella. Entre las especies más curiosas que disfrutaron allí de la primavera destaca una pareja de cigüeñas, un ave que otros años ha estado de paso mientras que este prolongó su estancia durante todo el verano e incluso buscó sitio para criar allí, aunque finalmente no lo hizo.

Tranquilidad y alimento son los “ingredientes” fundamentales que hacen un humedal atractivo para las aves, según explica Fernando Salas, que es aficionado a la ornitología. Por eso añade que durante el confinamiento los pájaros estaban muy tranquilos, “no tenían molestias y ocupaban una gran área de la laguna”. Esto se une a que el nivel de agua era muy alto, llegó hasta las 380 hectáreas inundadas y el humedal se convirtió en “un buen lugar, con agua y tranquilo”.

Iovanka de Leonardo, responsables del Centro de Recuperación y Observación Ambiental (CROA) de El Cañizar apunta que las aves criaron en zonas antropizadas aledañas a la laguna a las que habitualmente ni siquiera se acercan y matizó que incluso dentro de las instalaciones hubo aves, como las cigüeñuelas o las avefrías, que llegaron a poner sus huevos allí. 

De Leonardo plantea que esta tranquilidad que se logró debido al confinamiento de los ciudadanos motivado por la pandemia sanitaria habría que mantenerlo de alguna forma para garantizar un hábitat idóneo para las aves. Indica que la regulación es necesaria porque la laguna es un lugar de ocio para muchas personas que con sus gritos o con la incursión de sus perros en el propio vaso interfieren en la vida de pájaros y anfibios.

Comparable con Doñana

Fernando Salas destaca la importancia que tiene la Laguna de El Cañizar a nivel internacional porque allí se han avistado un total de 210 especies en su historia reciente. “Una cifra que es comparable con las que se ven en cualquier otro humedal, como el Delta del Ebro o incluso Doñana”, matiza. Especifica que cualquier día es posible admirar desde el entorno de este humedal 40 especies diferentes. 

No obstante, Salas apunta que la tranquilidad derivada del confinamiento no supuso un incremento en el número de especies porque se prolongó durante  poco tiempo. De todas formas, plantea la necesidad de que este entorno de gran riqueza ambiental cuente con un plan de gestión que permita un mejor aprovechamiento de los recursos hídricos y sea una garantía para la fauna. Recuerda que actualmente solo hay inundadas 80 de las 390 hectáreas que ocupa el humedal y recalca que nunca se llenarán mientras las compuertas sigan abiertas. “Falta regulación y se inundan las zonas que no deberían inundarse”, critica. 

La Laguna del Cañizar es un humedal por el que cada año pasan aves migratorias como las grullas, especie de la que se han llegado a ver 10.000 individuos en Villarquemado. También hay aves invernantes que acuden con el frío para pasar allí algunos meses. 

A todas ellas se suman las especies que resultan exóticas pero que en alguna ocasión han recalado por El Cañizar, como la Gaceta dimorfa, que es muy rara de observar en España y su presencia despertó tanto interés que acudieron desde varios puntos del país para verla en directo y eso que solo pasó 3 días por tierras turolenses. 

Escuchando al avetoro

Esta primavera los aficionados a la ornitología que acuden hasta la laguna para observar pájaros escucharon a un avetoro, que está en peligro de extinción y es muy esquivo. “El macho estuvo cantando toda la primavera, así que es posible que criara, la tranquilidad le vino muy bien”, reconoce Salas. 

Quien sí crió con toda seguridad en la laguna pese a que no es habitual que escoja Aragón para incubar sus huevos es la garza imperial. Y entre los pájaros que se han avistado recientemente destacan, según enumera el ornitólogo, el elanio azul “que es un ave bastante rara en esta zona, más habitual por Extremadura, aunque casi todos los años vemos alguno”, dice. Ocurre lo mismo con el aguilucho papialbo, una especie asiática poco común en Aragón, aunque “todos los inviernos algún ejemplar se descuelga” por Villarquemado, concreta el aficionado a los pájaros.

Aunque cada año se suman nuevas especies al catálogo de las avistadas en El Cañizar, Fernando Salas indica que el grueso de ellas se incluyeron ya en 2008, cuando el humedal logró por primera vez su máximo nivel de agua y los pájaros empezaron a poner sus ojos en él.