Restos del castillo de Monteagudo, que albergó la aldea del mismo nombre, protegida por un recinto amurallado. Está documentada la ocupación andalusí del recinto. Javier Ibáñez y Rubén Sáez
Las fortalezas andalusíes, atractivo añadido del Parque Cultural del Chopo Cabecero
Este sábado tuvo lugar la segunda edición de Arquitectura Militar en el Alto Alfambra
Javier Ibáñez y Rubén Sáez
Teruel
El sábado 6 de agosto se realizó la segunda edición de “Arquitectura militar en el Alto Alfambra”, organizada por el Parque Cultural del Chopo Cabecero y los ayuntamientos de Allepuz, Jorcas y Monteagudo del Castillo, con la colaboración de la Asociación para la recuperación de los castillos turolenses (Arcatur) y del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón. Al igual que en la convocatoria anterior, se visitaron tres fortificaciones del Parque, con explicaciones a cargo de Javier Ibáñez (arqueólogo) y Rubén Sáez (historiador militar), de Arcatur, participando en cada una de ellas entre 20 y 30 personas.
Se empezó a las 9:30 de la mañana por el Castillo de Jorcas, fortaleza andalusí sobre la que se asentó un castillo perteneciente al obispo de Zaragoza. De este enclave existe una detallada descripción realizada en 1532, y recientemente publicada en el libro Los castillos turolenses de la Mitra de Zaragoza. La visita propició un interesante debate sobre que debería hacerse con el antiguo depósito de agua (actualmente en desuso), que en su momento se instaló dentro del castillo, barajándose dos propuestas alternativas: su demolición, como elemento perturbador; o su aprovechamiento (como espacio cubierto), dentro de una potencial puesta en valor del monumento, invirtiendo en su musealización lo que costaría, de la otra forma, costaría su demolición.
Sobre las 11:00 de la mañana se visitó el Castillo de Allepuz, la fortaleza menos conocida del Parque Cultural del Chopo Cabecero; se trata de una fortificación andalusí, que, además de servir de refugio (en caso de peligro) para los habitantes de una hipotética alquería contigua, desempeñaba funciones estratégicas (control del acceso al paso de Sollavientos). En este caso, las preguntas de los asistentes se centraron en las potencialidades turístico-culturales de un enclave que, además, podría ser un mirador privilegiado.
Por último, y con un cierto retraso sobre el horario previsto, se visitó en Castillo de Monteagudo, fortaleza en cuyo subsuelo se conservan 3.500 años de Historia del Alto Alfambra. Las evidencias más antiguas se remontan al Bronce Medio, estando documentada la presencia de ocupación andalusí. Durante la Baja Edad Media, además del castillo “propiamente dicho”, albergó la aldea de Monteagudo, protegida por un recinto amurallado. La fortaleza se vio involucrada en múltiples conflictos, sufriendo significativos años durante las Guerras Carlistas y siendo reocupada con trincheras durante la Guerra Civil. Como en los casos anteriores, el debate también se centró sobre las posibilidades turístico-culturales de este monumento.
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Teruel
El sábado 6 de agosto se realizó la segunda edición de “Arquitectura militar en el Alto Alfambra”, organizada por el Parque Cultural del Chopo Cabecero y los ayuntamientos de Allepuz, Jorcas y Monteagudo del Castillo, con la colaboración de la Asociación para la recuperación de los castillos turolenses (Arcatur) y del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón. Al igual que en la convocatoria anterior, se visitaron tres fortificaciones del Parque, con explicaciones a cargo de Javier Ibáñez (arqueólogo) y Rubén Sáez (historiador militar), de Arcatur, participando en cada una de ellas entre 20 y 30 personas.
Se empezó a las 9:30 de la mañana por el Castillo de Jorcas, fortaleza andalusí sobre la que se asentó un castillo perteneciente al obispo de Zaragoza. De este enclave existe una detallada descripción realizada en 1532, y recientemente publicada en el libro Los castillos turolenses de la Mitra de Zaragoza. La visita propició un interesante debate sobre que debería hacerse con el antiguo depósito de agua (actualmente en desuso), que en su momento se instaló dentro del castillo, barajándose dos propuestas alternativas: su demolición, como elemento perturbador; o su aprovechamiento (como espacio cubierto), dentro de una potencial puesta en valor del monumento, invirtiendo en su musealización lo que costaría, de la otra forma, costaría su demolición.
Sobre las 11:00 de la mañana se visitó el Castillo de Allepuz, la fortaleza menos conocida del Parque Cultural del Chopo Cabecero; se trata de una fortificación andalusí, que, además de servir de refugio (en caso de peligro) para los habitantes de una hipotética alquería contigua, desempeñaba funciones estratégicas (control del acceso al paso de Sollavientos). En este caso, las preguntas de los asistentes se centraron en las potencialidades turístico-culturales de un enclave que, además, podría ser un mirador privilegiado.
Por último, y con un cierto retraso sobre el horario previsto, se visitó en Castillo de Monteagudo, fortaleza en cuyo subsuelo se conservan 3.500 años de Historia del Alto Alfambra. Las evidencias más antiguas se remontan al Bronce Medio, estando documentada la presencia de ocupación andalusí. Durante la Baja Edad Media, además del castillo “propiamente dicho”, albergó la aldea de Monteagudo, protegida por un recinto amurallado. La fortaleza se vio involucrada en múltiples conflictos, sufriendo significativos años durante las Guerras Carlistas y siendo reocupada con trincheras durante la Guerra Civil. Como en los casos anteriores, el debate también se centró sobre las posibilidades turístico-culturales de este monumento.
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