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Las Rutas Ciclistas Seguras se extienden por los 68,7 kilómetros marcados en Teruel en 2017 Las Rutas Ciclistas Seguras se extienden por los 68,7 kilómetros marcados en Teruel en 2017
Señalización del inicio del tramo establecido como Ruta Ciclista Segura entre Teruel y Santa Eulalia, en la N-234

Las Rutas Ciclistas Seguras se extienden por los 68,7 kilómetros marcados en Teruel en 2017

La DGT mantiene los tres tramos marcados en cada provincia aragonesa siete años después
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José Luis Rubio

Con unos discretos 68,3 kilómetros, Teruel mantiene el honor de ser la provincia aragonesa con más  extensión de Rutas Ciclistas Seguras. Sin embargo, esta catalogación, estrenada por el Dirección General de Tráfico en 2017, no se ha visto incrementada ni en un solo kilómetro desde entonces. Mientras, desde la Federación Aragonesa de Ciclismo se aprovecha para a una adecuación y ensanchamiento de los arcenes así como su limpieza para que las bicicletas puedan circular por ellos con seguridad y se mira con envidia a los países centroeuropeos en los que se ha apostado por desdoblar las calzadas habilitando una específica para ciclistas.

De los 174 kilómetros contemplados por la DGT como Rutas Ciclistas Seguras, 68,7 corresponden a los tres tramos marcados por Tráfico en el territorio provincial. Pese a que cada una de las tres provincias aragonesas cuenta con tres tramos con señalización y restricciones específicas para proteger al ciclista, el territorio provincial turolense luce  la vitola de ser el que acumula más longitud en sus tres tramos.

Los tres segmentos que la DGT estableció hace siete años en la provincia de Teruel se encuentran dos en la N-234 y otro en la N-211. Los tramos corresponden a la N-234  entre Teruel y Santa Eulalia (24 kilómetros) y entre Monreal del Campo y Calamocha (16,3 kilómetros), y al tramo  entre Alcañiz y Alcorisa, en la N-211, que con 28 kilómetros es el más largo de toda la Comunidad Autónoma.

Según Race, las Rutas Ciclistas Seguras “están diseñadas para proteger a los usuarios de las bicicletas”. En total, en toda la Red Nacional de Carreteras habría más de 4.600 kilómetros con esta catalogación, de los que solamente 174 están en Aragón.

La Dirección General de Tráfico asegura en su web que además de la señalización de los tramos indicando una disminución de la velocidad en función del tipo de vía, en estos tramos se incrementa la vigilancia del cumplimiento de las normas, “en especial las relativas a la distancia lateral en los adelantamientos, la velocidad inadecuada y las maniobras antirreglamentarias, tanto de conductores como de ciclistas”, y la DGT apunta  una mayor presión de la vigilancia, especialmente en los meses de julio y agosto y durante los fines de semana, colaborando “ con los distintos titulares de las vías con rutas ciclistas protegidas para dar prioridad a las labores de conservación necesarias”.Todos los tramos seguros estarán señalizados con paneles indicando la nueva velocidad máxima, la longitud del tramo y el horario en que se aplica. Además, incluyen la señal triangular de peligro por presencia de bicicletas, y el recordatorio de mantener una distancia de separación lateral entre bicicletas y automóviles de al menos 1,5 metros, afirma la DGT.

El presidente de la Federación Aragonesa de Ciclismo, Luis Marquina, apostó por medidas más drásticas en la protección de los aficionados al ciclismo. Marquina defendió la conveniencia de imitar él modelo de otros países europeos en los que se está haciendo “es invertir y segregar”, aunque es consciente de que esa es complicada por el esfuerzo inversor que acarrearía y por las dificultades de la orografía española y aragonesa.

Marquina lamentó que en cualquier caso, el ciclista está siempre a merced de cuánto respeto le profese el automovilista. “Siempre estás dependiendo del coche, de si el coche te respeta”, dijo el directivo federativo, que celebró que cada vez son más los conductores que está empezando a entender “el tema de poder pisar la línea continua para adelante a la ciclista siempre y cuando haya la visibilidad”, así como “el tema de los grupos en las rotondas, que cuando está el primer ciclista ya dentro de la rotonda el coche ya no tiene prioridad”.

En un baño de realismo pragmático, Marquina reivindicó  “arcenes anchos” y “limpieza de la carretera”. “Lo que necesitamos son arcenes amplios, ya nos apartaremos nosotros pero necesitamos tener la opción de apartarnos”, reclamó.

En la actualidad, en Aragón hay 140 clubes federados que suman, en toda la comunidad, más de 25.000 ciclistas, de los que una buena parte cuenta con la licencia federativo.

A pesar de que los ciclistas profesionales como Joan Bou o Roberto Bou, entre otros, han encontrado en las carreteras turolenses un lugar ideal para entrenar por la baja densidad de tráfico, la provincia no se ha mantenido al margen de los accidentes con ciclistas implicados. El más grave se produjo en julio de 2017, cuando un vehículo arrolló mortalmente a un ciclista en la N-420 cuando este regresaba a su casa de Cella tras compartir una mañana de ruta con sus compañeros de club.

 

Nuevos modelos

El presidente de la Federación Aragonesa de Ciclismo se mostró esperanzado con el proyecto en el que está trabajando la Federación Española mediante el cual, a través de una aplicación instalada en el teléfono móvil del ciclista, permitiría alertar a los vehículos que se acercasen por la carretera de la presencia de la bicicleta en la calzada. Según Marquina, el proyecto está muy avanzado, aunque ahora deberá afrontar la parte más complicada que es la de las homologaciones y la estandarización de este sistema a nivel europeo.