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Los vecinos de Olba dejaron sus hogares con  preocupación por sus animales domésticos Los vecinos de Olba dejaron sus hogares con  preocupación por sus animales domésticos
Personas desalojadas de Olba, ayer en la Venta del Aire, donde acudieron para ser realojados en hoteles. Javier Escriche

Los vecinos de Olba dejaron sus hogares con preocupación por sus animales domésticos

Los habitantes de la localidad y sus barrios han ido alojados en Albentosa, Sarrión y Manzanera
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Cruz Aguilar

Una par de mudas, las fotos que atesora de su madre y los papeles importantes. Con eso salió de su casa de Olba ayer Belén, para quien, sin embargo, todas esas cosas no fueron su prioridad: “Primero nos ocupamos de nuestros animales, los perros, dos gatos y la tortuga”, relató, para añadir que dejó sueltas a las gallinas con el fin de que pudieran escapar si se veían amenazadas por las llamas. Al igual que Belén, otros muchos vecinos abandonaron por la tarde sus hogares llevándose a sus mascotas y con la preocupación por el resto de animales domésticos que dejaron, como burros, caballos o aves. Belén fue una de las 250 personas desalojadas de Olba y San Agustín a causa del virulento incendio que se inició en Villanueva de Viver, Castellón. De ellos solo un centenar fue alojado en hoteles y casas rurales ya que el resto pasaron la noche en casa de amigos y familiares.

La principal inquietud de los vecinos de Olba eran sus animales. Muchos de ellos tienen caballos, burros o gallinas y algunos los trasladaron en remolques hasta corrales de pueblos vecinos o fincas fuera de la zona de peligro. Hubo quien abrió el gallinero antes de partir y otros que sacaron a los burros a un cercado tan solo cerrado por un alambre, de forma que los animales puedan huir fácilmente si llega el fuego. Es el caso de Pascual, del barrio de Los Tarragones, quien indicó que sus borricos son reacios a subirse a un remolque y “más hoy que estaban muy nerviosos por el humo”.

Vegetación frondosa y seca

La nube de humo llegó al valle en torno a las 13:00 horas y muchos de los habitantes de Olba y sus barrios ya entonces tuvieron claro que iban a ser evacuados por las condiciones del territorio, con frondosa vegetación que este año está muy seca.

El alcalde de Olba, Federico Martín, explicó a sus vecinos, una vez concentrados todos en la Venta del Aire tras dejar sus hogares, que la evacuación respondía al riesgo que entrañaba el humo y a que “no se sabe cómo se va a comportar el incendio”, aseveró. La ciudadanía estuvo en todo momento informada de la situación porque en el pueblo hay un grupo de WhatsApp por el que el alcalde les comunicó la evolución del fuego y los pasos a seguir para garantizar la seguridad.

Hubo algunos vecinos como Marcel o Carlos, que metieron la guitarra en el coche, pero más por la estima que le tienen que porque pensaran en usarla si la noche se hacia larga. “Yo me he llevado una multa de tráfico”, comentaba Pedro en la mesa del Hostal Los Maños, donde compartía una cerveza con sus vecinos y amigos.

Tili, de Los Villanueva, recordó mientras metía sus cosas en una bolsa aquel simulacro de incendio que hicieron en Olba hace una década. “He echado el libro de familia, que nos dijeron que los papeles importantes había que cogerlos”, decía ayer mientras charlaba con sus vecinos en la terraza de La Venta del Aire, donde el termómetro marcaba unos 20ºC atípicos para una noche de marzo en Gúdar-Javalambre. También se llevó un disco duro con fotos familiares y un libro “por si no podía dormir por la noche”. A su lado estaba María Dolores Chía, quien sólo echó un par de mudas porque su idea es regresar hoy a su casa.

La angustia que había en los rostros de los vecinos de más edad contrastaba con los juegos que compartían los niños, y es que para muchos de ellos la noche de ayer fue festiva por el hecho de dormir fuera de casa. Además, para que la situación fuera menos traumática, casi todas las familias fueron alojadas en un mismo establecimiento.

El encargado de la distribución de las camas fue Alfonso Novella, vecino de Mora que trabaja en la Venta del Aire y que, sentado en una mesa, iba distribuyendo a las personas que acudían en busca de un lugar para pasar la noche. En un principio los hoteles, hostales y viviendas rurales estaban destinados para las personas de mayor edad y el pabellón acogería a los más jóvenes, pero finalmente se pudo alojar a todo el mundo en establecimientos hoteleros, aunque el polideportivo se habilitó con la colaboración de la Cruz Roja, según manifestó la alcaldesa de Albentosa, Yolanda Salvador. Ella fue la encargada de coordinar todo el operativo para albergar a los vecinos de Olba, cuyo alcalde se ocupó de rastrear, con el apoyo de la Guardia Civil, tanto la localidad como sus barrios para que no quedara ningún vecino. Contó con la ayuda de la alcaldesa de Manzanera, Celia Durbán, y del concejal de Albentosa Carlos Chiva, quien señaló que están acostumbrados a preparar avituallamiento para las pruebas deportivas que se realizan en el pueblo y que “hacer bocadillos de jamón para todos no es ningún problema”.

El Hostal Los Maños sólo tenía libres cuatro habitaciones dobles, pero el personal habilitó más en la zona destinada al personal para poder alojar hasta a 26 personas, según explicó su gerente, Joaquín Sebastián.